Mi madre tiene 75 años y hace poco comenzó a tomar clases de yoga en Nueva Jersey. ¡Esto prueba que el yoga es para todos, y que nunca es demasiado tarde para comenzar una nueva práctica!
Antes de su primera clase, me envió una serie de preguntas por mensaje de texto. Eso me recordó lo importante que es apoyar a los nuevos cuando comienzan. También fue un recordatorio de las cosas que parecen obvias para los practicantes experimentados y los instructores, pero que pueden no ser evidentes para quien empieza a tomar clases.
Si eres nuevo en yoga, ¡sigue leyendo y te daremos nueve consejos que te ayudarán!
Es una buena idea ponerte en contacto con el estudio de yoga y pedir que te recomienden un tipo de clase que sea adecuado para ti. Cuéntales tu historial de actividad física, infórmales si tienes lesiones o limitaciones de algún tipo. Incluso con clases de yoga suave, siempre hay diferencias entre los instructores. La persona encargada del estudio puede ayudarte a encontrar el mejor punto de partida para ti.
Lo mejor será que comiences en una clase específica para principiantes, donde aprenderás las posturas básicas, la alineación y los fundamentos de la respiración. Si no hay clases para principiantes, comienza en una clase de yoga suave. Las clases suaves se mueven a un ritmo más lento, lo que te permitirá aprender cómodamente las posturas y la respiración. Después de esto, muchos eligen el yoga suave como su práctica principal, mientras que otros elegirán clases físicamente más rigurosas. Tiene más sentido ir con calma al aprender una nueva disciplina que estar presionándote en una clase para la que no estás preparado.
Si no hay clases para principiantes, comienza en una clase de yoga suave.
Intenta llegar unos 15 minutos antes de que comience la clase. Esto te dará tiempo para instalarte, saber dónde está el vestidor y acostumbrarte a la energía del lugar. Si entras corriendo a una clase de yoga traerás toda tu energía ansiosa a la colchoneta. Mis nuevos alumnos a veces confiesan estar nerviosos al tomar su primera clase, algo que es perfectamente normal. Trata de no aumentar este estrés de principiante llegando tarde.
Asegúrate de presentarte y hazle saber a tu profesor que eres nuevo en esta disciplina. Siempre intento acercarme a los nuevos estudiantes y preguntarles si llegan con alguna preocupación física o emocional. No seas tímido: es lo mejor que puedes hacer por ti, hablar sobre lo que enfrentas. Tu instructor puede, por ejemplo, ofrecerte algunas posturas con modificaciones útiles pensadas para ti.
Después de trabajar durante muchos años en el campo de la educación, me di cuenta de que hay mucha gente que siente una atracción natural hacia la última fila de una clase. Las clases de yoga no son una excepción, muchos primerizos optan por la última fila cuando comienzan. Pero, dependiendo de la disposición del lugar y del número de personas en la clase, quizás esa no sea la mejor opción. Mejor asegúrate de colocar tu colchoneta donde puedas escuchar y ver bien al profesor.
La mayoría de las clases de yoga comienzan con un momento para respirar y centrarse antes de pasar a las posturas. Quizá el profesor presente un tema o una intención u objetivo para la clase. Considera usar este tiempo para establecer tu propia intención. Por ejemplo, puedes decidir concentrarte en respirar profundamente durante toda la clase o practicar no juzgarte a ti mismo ni a los demás. Agradecer por la oportunidad de hacer yoga para cuidar tu cuerpo es otra forma de darle fundamento a tu práctica. Sea cual sea tu enfoque, intégralo a tu mente cada vez que necesites algo de inspiración o úsalo simplemente para motivarte a venir a clase de yoga.
Una de las indicaciones más comunes en una clase de yoga es: “escucha a tu cuerpo”. Cuando era nueva en el yoga, no estaba muy segura de lo que significaba eso. Pero, a medida que evolucionas en tu práctica, la conexión con tu cuerpo se vuelve más profunda y es más fácil entender esto. Mientras tanto, solo recuerda que el yoga no debe doler. Si sientes un dolor agudo, sal de inmediato de la postura o regresa a lo que llamo una postura "base": la postura del niño, la de la montaña o la postura fácil.
Encontrarás nuevas sensaciones, desafíos o aperturas en tu cuerpo, esto es completamente normal y beneficioso. Si alguna vez tienes dudas sobre si lo que estás sintiendo es seguro para ti, peca por precavido y sal de la postura. Algo más: usa tu respiración como indicador. Si se vuelve irregular, inestable o te encuentras conteniendo el aire, puede ser una señal de que has excedido tus límites. Tómate un descanso y haz algunas respiraciones profundas antes de volver a la práctica.
Cuando estaba en la escuela secundaria, mi maestra de inglés me pidió que me quedara unos minutos después de la clase para hablar conmigo. Me dijo que cada vez que me entregaba un trabajo o una prueba, yo miraba mi calificación y, acto seguido, estiraba mi cuello para ver la calificación de los demás. “Si siempre te estás comparando con los demás, te volverás loca”, me dijo. Veinte años después, todavía recuerdo ese sabio consejo.
El yoga no es una competencia. No se entregan calificaciones. Nadie gana ni pierde. Practicamos el progreso, no la perfección. Entonces, ¿qué importa si tu vecino puede profundizar en la postura de silla más que tú? Tal vez lleva más tiempo practicándola o tu cuerpo está construido de manera diferente. Mantén tus ojos en tu propia colchoneta y enfócate en moverte de manera que le sea útil a tu cuerpo y tus necesidades.
El yoga no es una competencia. No se entregan calificaciones. Nadie gana ni pierde. Practicamos el progreso, no la perfección.
Para una gran parte de los alumnos, tanto los que comienzan como los que ya llevan un tiempo haciendo yoga, savasana puede ser la postura más difícil de la clase. Como acostumbramos a estar en constante movimiento, el solo hecho de permanecer quietos con nosotros mismos y nuestros pensamientos sin movimientos que nos distraigan, puede ser una experiencia nueva.
Una vez más, comienza donde estás y evita juzgar tu experiencia.
También sucede que algunos nuevos estudiantes me dicen que se estresan en savasana porque no pueden detener sus pensamientos. Pero la idea de que uno "debe detener los pensamientos" en savasana es errónea. En lugar de tratar de detenerlos, solo obsérvalos, libéralos y luego devuelve tu enfoque a la respiración. Puedes quedar atrapado en muchos pensamientos durante savasana, solo tienes que volver a tu respiración una y otra vez y dejar que tu cuerpo se afloje en la colchoneta.
El yoga es una práctica de acumulación. Con cada clase que tomes, su impacto en tu vida seguirá aumentando. A menudo, veo que las caras se iluminan después de la primera clase. Pero si el yoga no te produce un "clic" de inmediato, entonces dale más tiempo. Prueba diferentes estilos de clases y diferentes instructores hasta que encuentres al más adecuado para ti. Con aplicación y regularidad, ¡pronto comenzarás a cosechar los muchos beneficios que trae el yoga!
Mi madre ya no me envía mensajes con preguntas. Por el contrario, me envía mensajes de agradecimiento y emoción por las lecciones que está aprendiendo y los regalos que recibe. Si eres un principiante, disfruta de las lecciones que siempre trae lo nuevo. Ten en cuenta tus necesidades durante el proceso, busca el apoyo que necesites y piensa que todo sucede a su propio tiempo.