Ram Das Puri, desierto de Nuevo México, 24 de junio del 2002: la celebración del Solsticio de Verano es un evento mundial para los amantes de kundalini Yoga. Muchos seguidores de Yogui Bhajan y algunos extraviados como yo cada año aparecen en ese extraño campamento de consciencia. Hay que aventarse como los valientes para llegar hasta ahí, pues es una comunidad en medio de la nada. La mayor comodidad del lugar es una construcción de madera con unos cuantos sanitarios de agua corriente. Aproximadamente mil quinientas personas llegan a la cita cada año para meditar, cantar y hacer yoga desde las 4 de la mañana hasta que el sol se guarda. Las meditaciones y prácticas, van desde un sencillo “cierra tus ojos por 11 minutos” hasta sostener los brazos para arriba por 62 minutos. Grandes maestros de todo el mundo son los encargados de guiar a las pobres almas perdidas al reencuentro con la consciencia. Una bola de lechuga, un par de cucharones de frijol mongo y zanahorias con betabel, son el sustento diario ante el rigor que ofrecemos al cuerpo. Por la noche caemos totalmente rendidos sobre una cama de tierra y piedra, que nos apapacha debajo del cielo en una tienda de 3 estrellas.
Voluntariamente se hace el viaje desde todas las partes del mundo. Una de esas almas alborotadas, hace casi veinte años, fue su servidor. Quizás al leer el párrafo anterior cualquiera diría: ¨Pero que locura, jamás iría a un lugar así¨. Quizás yo también lo pensé, pero gracias a que seguí la voz de mi corazón, mi cuerpo regreso por 10 años seguidos. Y quizás la respuesta a un lógico ¨como porqué someterse a tal tortura¨ se entenderá en el párrafo siguiente:
El sol estaba ya casi vencido. Mi cuerpo estaba deshecho por las horas de posturas anormales para meditar. Poca voz me quedaba, pues los cantos de mantra habían abusado de las cuerdas vocales. Estaba sentado sobre una vieja banca. Un ligero viento me alborotaba el pelo y las ideas. El chai y la vista de nubes rosas, pacificaban mis sentidos. Llevaba nueve días buscando luz, pues había perdido la linterna que me guiaría desde el campamento central a un kilómetro adentro del desierto hasta mi hogar temporal. La primera noche me llene de angustia y temor, pisando con cautela cada roca, cada montículo. Mi mente se imaginó serpientes y alacranes saliendo por todas partes hacia mis pies. Pero nada pasó. Nada pasó. Cada noche llegue a salvo. Cada noche el cielo se fue aclarando. Cada noche fui encontrando la paz que tanto había buscado por años. Nueve días de trabajo arduo sobre el alma. Y en el último día recibí una visita angelical:
___Escuche que estabas buscando luz ¨Light¨
Yo embobado por la belleza de ella, apenas y entendía lo que me decía.
___Aquí tienes, para que te acompañe
Y sin contestarle más que con un movimiento zombie de mi cabeza, mis ojos leyeron la leyenda de esa pequeña ¨luz¨ que me regalaban y lo que leí fue: TRUST.
Era una pequeña linterna que regalan en los bancos y que tienen la leyenda de ¨TRUST FUND¨. Pero para mi el mensaje fue claro. Y por eso regrese 10 años seguidos. Y por eso 20 años después sigo practicando y compartiendo las enseñanzas.
Así empecé mi camino y desde entonces no he parado.
Se abrió la puerta creativa y de ahí surgió Soul Yoga, escuela de yoga para el alma. He formado más de 2 mil instructores con la intención de abrir su corazón para darle lugar a la consciencia. Para ello he diseñado 17 sistemas de vinyasa, 100 secuencias Namaskar y muchas formas de meditación. Esta cualidad de organización y razonamiento la adquirí en la Licenciatura de Economía, la maestría en finanzas y 13 años que me dediqué a organizar el Programa Más Basketball.
Me considero artista, pues ofrezco yoga desde lo que siento. Así que los entrenamientos se concentran en desarrollar la sensibilidad. Esa sensibilidad me ha llevado a publicar dos libros: Alma enamorada y Alma Inmortal. Ambos los uso constantemente para inspirar a los alumnos.
Me dedico con todo el corazón a impartir el Vinyasa Lab Avanzado 300 horas, el Soul TT200 y el Training Soul Hearting.
Mi mayor logro es formar a través del amor y la consciencia a mis tres hijos Nicolás, Zoe y Noah.
Sat Nam
¿De qué estilo de yoga, tradición y / o linaje eres?
Soul yoga no solo es un estilo de vinyasa, es un estilo de vida en donde buscamos inspirar a través de la mente, el cuerpo y la energía para trascender hacia el alma.
Esta escuela de yoga para el alma, utiliza más de 100 diferentes namaskars, 17 sistemas de vinyasa, y múltiples tipos de pranayama, mantra, sutra y meditaciones para guiar a los practicantes hacia la transformación de cada uno de sus koshas o cuerpos.
Cada sesión es diferente, lo que lo hace único y completamente vivencial.
¿Qué podemos encontrar en tus clases de YI?
Las clases que ofrezco en Yoga International van de la mano con mi práctica de soul yoga. El objetivo de mis clases es dar una experiencia exaltada del ser. Para ello ofrecemos secuencias creativas, respiraciones, declamamos poemas específicos al tema de la clase, repetimos Soul Mantras para afirmar el objetivo y damos todo el corazón en cada práctica.
Además, cuento con algunas clases de InsaYoga en donde trabajamos más la parte de cardio y hacemos ejercicios combinados de Insanity con Yoga.
¿Qué piensas hoy en día sobre el yoga?
Me encanta que el yoga haya evolucionado tanto. Es una maravilla poder practicar tantos estilos con tan buenos maestros. Cada camino es diferente, y yo tengo la confianza absoluta de que todo es perfecto tal cual es. Por ello se que cada alumno tiene el maestro que necesita. Sea cual sea su forma. Y lo mejor, es que yoga hoy no es un secreto. Cualquiera puede aprender con solo apretar un botón. Lo único que falta, es la voluntad.
¿Qué te gusta hacer además de yoga?
Mi vida ha sido una montaña rusa. Me ha llevado a caminos muy diferentes. He tenido muchísimos maestros. Quizás por ello Soul Yoga tiene tantas expresiones como experiencias he tenido.
Me gusta lo diferente. Me apasiona emocionarme. Por eso un día haré surf, otro bailaré salsa y quizás pasado mañana escalaré una montaña. Nada se me hace demasiado raro. Me abro a todas las experiencias. Soy una persona muy física y sensible. Puedo disfrutar una velada de poesía o el estruendo de un estadio de fútbol.
Soy un camaleón emocional vivencial. Siempre y cuando sea emocionante...ahí me tendrás.