La piel es nuestra primera protección contra las toxinas ambientales y los patógenos que nos rodean. Como consecuencia, recibe una golpiza todos los días.
La mayoría de los problemas cutáneos agudos —como las ampollas pasajeras y la hinchazón asociadas con la dermatitis de contacto— provienen de reacciones a irritantes externos: el níquel de las joyas, la savia de plantas como la hiedra venenosa, las picaduras de insectos o una infección en una herida. Por otro lado, las afecciones crónicas de la piel como la psoriasis, el eczema, la urticaria crónica o el acné tienen causas internas que el ayurveda atribuye a las toxinas generadas por desequilibrios en la sangre, los pulmones o el hígado.
El ayurveda plantea que las afecciones crónicas de la piel como la psoriasis, el eczema y el acné son causadas por toxinas generadas por desequilibrios en la sangre, los pulmones o el hígado.
Desde la perspectiva ayurvédica, las toxinas que alteran la piel surgen del exceso de rakta dhatu (tejido sanguíneo), que junto con el rasa dhatu (plasma) nutren la piel. El rakta dhatu se desequilibra cuando ingerimos alimentos calientes, bebemos alcohol u otros irritantes del hígado, sufrimos una exposición intensa al sol, trabajamos demasiado o experimentamos emociones negativas intensas. En resumen, el rakta dathu se ve afectado con todo aquello que posea los atributos del dosha pitta. Dado esto, no resulta sorprendente que las personas con pitta dominante experimenten más enfermedades de la piel que los vatas o kaphas, por la sola razón de que el pitta tiende a sobrecalentar la sangre. Por el contrario, cuando el rasa y el rakta dhatus están bien equilibrados, la piel está lisa, húmeda y brillante.
Debido a que la mayoría de los casos de dermatitis de contacto visibilizan el efecto producido por un exceso de pitta (sarpullidos con enrojecimiento y temperatura, ampollas), una vez que se elimina la fuente de la irritación, responden bien a los remedios tópicos refrescantes como el gel de aloe y la crema de caléndula.
Los casos de dermatitis de contacto (sarpullidos con enrojecimiento y temperatura, ampollas) responden bien a los remedios tópicos refrescantes como el gel de aloe y la crema de caléndula
El ayurveda también utiliza estos y otros remedios tópicos para tratar los síntomas de los trastornos crónicos de la piel (ver el apartado siguiente "Tratamientos tópicos ayurvédicos"), pero debido a que estas afecciones surgen principalmente por el exceso de rakta dhatu, el objetivo primordial consiste en purificar la sangre. Dado que los pulmones y el hígado nutren y limpian la sangre, proteger y purificar estos dos órganos —con expectorantes y diaforéticos para los pulmones, alteradores (purificadores de sangre) y tónicos amargos para el hígado— tiene un impacto notable sobre la piel.
Los alteradores herbales para uso oral tienen un efecto primordial de enfriamiento y poseen un sabor amargo y astringente. Además de limpiar la sangre y curar la piel, matan bacterias y reducen la fiebre. Las alternativas más comunes en occidente son aloe, bardana, diente de león, equinácea y trébol rojo; sus parientes ayurvédicos son la centella asiática, el guduchi, el manjistha, el neem y la cúrcuma son sus parientes ayurvédicos.
Las hierbas y fórmulas que purifican la sangre tienen una mejor recepción en climas cálidos, cuando pitta está en aumento, o en cualquier momento en que los síntomas de calor empeoren. Los alteradores no deben tomarse durante más de dos o tres meses; debe evitarse su uso durante el embarazo o cuando vata se encuentre elevado.