Casi todas las resoluciones de año nuevo comienzan con estas palabras: "este año haré...". Convocamos toda nuestra fuerza de voluntad y nos comprometemos a cambiar no solo lo que hacemos, sino también quiénes somos. Establecemos objetivos e imaginamos cuán felices seremos cuando tengamos todo lo que queremos.
Pero si hay algo que nos enseña el yoga es que hay una inmensa diferencia entre el deseo ("haré tal cosa") y la voluntad. La mayoría de las resoluciones de año nuevo surgen de deseos desacertados del ego, de los sentidos y del condicionamiento. Casi siempre fallan porque parten del supuesto de que tú no eres lo suficientemente bueno y refuerzan la creencia errónea de que tu felicidad depende de obtener lo que quieres.
La tradición del yoga ofrece una alternativa diferente a estos "propósitos de año nuevo": es la práctica de sankalpa o resolución. Una práctica de sankalpa se basa en la premisa radical de que ya eres quien necesitas ser para cumplir con el dharma de tu vida. Solo necesitas enfocar tu mente, conectarte con tus deseos más sinceros y canalizar la energía divina en tu interior.
Rod Stryker, fundador de ParaYoga, nos explica que la mente es la arquitecta principal de la vida. Para crear lo que estamos destinados a vivir, debemos llevar la mente una y otra vez hacia nuestro dharma, hacia nuestras intenciones más profundas y hacia las cualidades internas de lo Divino.
Un sankalpa es una afirmación que hace todo esto para nosotros. Stryker explica que "kalpa" significa el voto o "la regla que debe seguirse por encima de todas las demás reglas", y "san" se refiere a una conexión con la verdad más elevada. Sankalpa, entonces, es un voto y un compromiso que hacemos para sostener nuestra verdad más elevada. "Por definición, un sankalpa debería honrar el significado más profundo de nuestra vida. Habla sobre el arco más grande de nuestras vidas, nuestro dharma, el propósito principal por el que estamos aquí". El sankalpa se convierte entonces en una afirmación a la que puedes recurrir para recordar tu verdadera naturaleza y guiar tus elecciones.
Las típicas resoluciones de año nuevo se abandonan enseguida, en cuanto el entusiasmo y la voluntad se agotan. Esto no sucede con el sankalpa, ya que no necesita de la fuerza de voluntad guiada por el ego a la que generalmente recurrimos para realizar cambios. Según Richard Miller, PhD, psicólogo clínico y profesor de las tradiciones no duales Advaita Vedanta y Cachemira, cuando el sankalpa llega trae consigo todo lo que necesita para realizarse plenamente. Esto incluye iccha (una gran voluntad y energía), kriya (acción) y jnana (la sabiduría para saber cómo realizar esa acción). "Estos son todos los aspectos de lo Divino, y viven dentro de nosotros. Cuando llega el verdadero sankalpa, despertamos estas tres cualidades de lo Divino", dice Miller. "No tienes que preguntar dónde encontrarás la voluntad para cumplirlo. La energía y la voluntad ya están allí. El sankalpa nos informa de la acción que estamos dispuestos a realizar en el mundo".
Un sankalpa puede tomar dos formas. Lo primero es lo que Miller llama "el deseo sincero": una afirmación que refleja tu verdadera naturaleza. Este tipo de sankalpa abarca mucho más que un propósito de año nuevo y no requiere ningún cambio o acción. Es literal y simplemente una afirmación de quién eres, algo como "ya estoy completo y curado" o "yo soy la paz". Según Miller, esto no proviene de la mente intelectual: "La resolución viene de lo más profundo de nuestro ser, directamente del misterio que realmente somos. Luego informa a nuestra mente sobre una dirección particular que debemos tomar o que estamos tomando en nuestra vida".
Un sankalpa también puede adquirir una segunda forma: la de una intención u objetivo específico. Brenna Geehan, instructora certificada de ParaYoga, explica: "Cuando descubres tu propósito, no sucede todo a la vez. Para vivir la misión de tu alma, necesitas completar hitos". Establecer intenciones específicas puede ayudarte a alinear las elecciones de cada momento con el deseo más sincero. Geehan sugiere que pienses en el próximo año y te preguntes qué cosas en particular deben suceder para que puedas avanzar en tu camino. Tu sankalpa específico describirá lo que necesitas hacer y hacia dónde debes dirigir tu energía, de esta manera avanzarás en dirección a los objetivos más grandes de tu vida.
Descubrir tu sankalpa es un proceso de escucha. Tu deseo más sincero ya está presente, solo espera ser visto, oído y sentido. No es algo que necesites inventar, tampoco tu mente tiene que salir a buscarlo desesperadamente.
Miller describe tres etapas del proceso de escucha definido por la tradición Vedanta. La primera, sravana, es la voluntad de escuchar el mensaje del deseo sincero. Para escuchar al corazón se requiere coraje; una mente tranquila y estable —cultivada en la meditación— podrá oír mejor este llamado íntimo del alma. El segundo estado, manana, es el acto de ponerse a disposición y recibir al mensajero. Cuando escuchas el llamado, debes estar dispuesto a reunirte con él, sentirlo y reflexionar profundamente sobre su mensaje. La etapa final, nididhyasana, es la voluntad de hacer lo que el deseo requiere de ti. "Te llamará a la acción, al mundo", dice Miller, "Debes estar dispuesto a responder".
¿Qué pasa si te sientas a escuchar y no obtienes ninguna respuesta? ¿Qué sucede si las respuestas que escuchas (un nuevo automóvil, un nuevo trabajo, una mejor relación) suenan más a los deseos incesantes de tu ego, de tus sentidos y de tu mente condicionada que a la sabiduría de tu corazón?
La terapeuta de yoga Anne Douglas se especializa en guiar a sus alumnos a través del proceso —muchas veces dificultoso— de responder la pregunta: "¿Qué es lo que realmente quiero?". Douglas ha descubierto que cualquier meta (incluso una típica resolución de año nuevo) puede ser un punto de partida, por eso simplemente alienta a los alumnos a comenzar donde están. "Hasta un deseo considerado como simple o superficial nos puede conducir al deseo más profundo. Es posible que este primer deseo surja del condicionamiento, pero si confías en la práctica y sigues a tu corazón, te llevará a la esencia de tu ser".
Para llegar a ese anhelo más profundo, trabaja con cualquier objetivo que aparezca pero también pregúntate qué hay debajo de él. Por ejemplo: una de las intenciones más frecuentes que Douglas escucha en nuestra cultura es "quiero ponerme en forma" o "quiero perder peso". Cuando trabaja con sus alumnos, les pide que imaginen cómo será la vida y cómo piensan que se sentirán al perder peso y ponerse en forma. ¿Se trata de amor propio, bienestar físico o libertad? ¿Cuál es el sentimiento por el que luchan? ¿Cuál es el anhelo del corazón que los orienta en esta dirección?
Otra intención muy frecuente es dejar de hacer algo: fumar, ir de compras o comer carne. Para investigar el deseo sincero detrás de este tipo de intención, pregúntate qué está tratando de satisfacer este comportamiento de hoy. ¿Estás buscando paz mental, liberarte del dolor o sentirte aceptado? "Observa si puedes encontrar un apetito más profundo, un anhelo que pide ser alimentado", sugiere Douglas. Ese apetito puede llevarte hacia lo que el corazón realmente anhela. "Si alguien comienza con 'quiero dejar de fumar', es probable que mientras lo trabaja empiece a sentir un deseo más profundo, como 'quiero cuidar mi cuerpo'. Más adelante, el sankalpa podría convertirse en 'amo mi cuerpo' o incluso 'yo soy amor'. Va evolucionando pero mantiene el sentimiento de la intención inicial de dejar de fumar".
Generalmente identificamos un deseo como "yo quiero" y una intención como "yo haré" o "yo no haré", pero estas frases carecen del compromiso verdadero que proviene del deseo sincero y de la conexión con el dharma personal. "Un sankalpa no es una petición o una oración", dice Miller, "es una afirmación de un hecho profundamente sostenido y es un voto verdadero en el momento presente".
Por esta razón, tu sankalpa (ya sea un deseo sincero como una intención específica) debe declararse en tiempo presente. Por ejemplo, en lugar de decir: "Quiero ser más compasivo", tu sankalpa podría ser "la compasión es mi verdadera naturaleza" o "yo soy la compasión". En lugar de establecer la intención "no comeré carne", tu sankalpa específico podría ser: "Por compasión a mi cuerpo y a otros seres, me alimento mediante una dieta vegetariana". Declarar tu sankalpa en tiempo presente reconoce la gran voluntad, energía y verdad que trae el descubrimiento de tu deseo más sincero. También te recuerda que todo lo que se te pide ya existe adentro tuyo.
La práctica principal del sankalpa es la recordación. Al traer esta afirmación a tu mente, fortaleces tu resolución y honras a tu deseo sincero. Pero simplemente recitar el sankalpa no es suficiente. "Tan pronto dices que quieres algo, una parte de ti reconoce que no lo tienes", explica Stryker. "Al repetir lo que quieres, refuerzas la creencia de que no lo tienes". Cuando la mente inconsciente opera desde un lugar de escasez o percibe insuficiencia, se debilita la energía que sostiene a tu resolución.
Stryker cita al Tripura Rahasya, un texto tántrico que enseña que la calidad de la mente que recita el sankalpa determina su efecto. Para realizar plenamente tu propósito, la mente debe pasar del pensamiento dualista a la conciencia no dual. Así es que la meditación se convierte en el terreno más fértil para la práctica del sankalpa, porque lleva a la mente a un estado de presente absoluto. "Cuanto más tiempo podamos relajarnos fácilmente en ese lugar de unidad, más rápidamente podremos cumplir nuestro sankalpa", explica Stryker, y agrega: "La mente se convierte en un agente más poderoso que nos ayuda a cumplir nuestras intenciones".
El estado mental más propicio para recordar tu sankalpa es la experiencia directa de que ya estás abierto, eres eterno y perfecto: todo lo que el no dualismo describe como el estado puro del ser. "Si eso no se encuentra en su lugar, aparece el ego", dice Miller, y agrega: "El ego te hará llegar a la intención desde el lugar de 'hay algo mal en mí que debo arreglar'. Debes conectarte con la calidad del ser que ya está entero y completo".
Una de las prácticas más poderosas para encontrar este estado y plantar la semilla de sankalpa es el yoga nidra. Si bien nidra significa "dormir", en realidad es un proceso de despertar a tu verdadera naturaleza. El yoga nidra relaja sistemáticamente el cuerpo y la mente y te guía a una conciencia profunda. Estás consciente y despierto, pero experimentas una desidentificación del cuerpo y de la mente. De esta manera, la confusión entre prakriti y purusha se disuelve y tú descansas en la paz, la sabiduría y el amor a tu verdadera naturaleza.Anne Douglas lo explica así: "Descubrimos un profundo nivel de apertura en el yoga nidra. Nuestras limitaciones autoimpuestas se disuelven y somos puro ser". Cuando traes tu sankalpa en el estado de vigilia, pueden aparecer las dudas y el ego. "Cuando traes tu sankalpa en yoga nidra, el deseo sincero llega como una sensación percibida en cuerpo y mente. Está absolutamente vivo y verdadero en ese momento".
Una vez que hayas identificado y sembrado la semilla de tu sankalpa, puedes comenzar a fortalecer el sankalpa shakti, la energía necesaria para ejecutar la acción requerida por tu resolución. Según Geehan, cada elección que hagas sostiene o socava tu resolución. Esto es cierto incluso para las decisiones que no parecen estar directamente relacionadas con tu intención específica. "Por ejemplo, digamos que eres consciente de que el azúcar altera tu energía y tu sueño. Pero, una y otra vez, "olvidas" este conocimiento e igualmente te comes unos dulces. Cada vez que haces esto, refuerzas esa parte de ti que le dice al conocimiento y a la intención "no me importa nada", dándole poder para que vaya en contra de tu conciencia".
Por otro lado, cada elección consciente que haces es una oportunidad de fortalecer el sankalpa shakti. Esta es la base para una práctica de ParaYoga llamada "el punto de partida". Las instrucciones son simples: elige algo negativo que hagas cotidianamente y comprométete a no hacerlo durante 40 días. Morderte las uñas, tomar café, mirar televisión, no importa lo que elijas, siempre que se trate de algo de todos los días. Si bien puede estar relacionado con tu sankalpa, no es necesario que lo esté.
Esto puede parecerse mucho a una típica resolución de año nuevo, pero la diferencia es que la práctica del punto de partida no se focaliza en el hábito que estás tratando de romper. Cuando sientas llegar el impulso, en lugar de seguir tu costumbre, recuerda tu sankalpa. Así el hábito se convertirá en un recordatorio que te remite a tu resolución.
En el espacio entre el impulso de actuar y recitar tu sankalpa, es importante hacer una pausa e invitar a la mente a quedarse en un estado de unidad. Disfruta de unas cuantas respiraciones conscientes y encuentra la pausa entre las respiraciones. "Tómate un momento para recordar la verdadera naturaleza de tu ser. En ese estado (un lugar de totalidad y unidad, no un lugar de confusión, escasez o incluso de expectativa) recuerda tu sankalpa", dice Stryker. Esta es la clave para la práctica del punto de partida. "El sankalpa no está siendo reintroducido en una mente que piensa que no tiene lo que crees que quieres tener. Esto potencia el sankalpa de una manera completamente diferente".
Incluso los casos en que olvidas tu intención pueden transformarse en ayuda para tu sankalpa. Anne Douglas emplea el recuerdo de estas oportunidades perdidas para preparar a sus alumnos para futuras elecciones. "Retrocede en el tiempo al punto donde lo perdiste. Regresa a ese sentimiento sensorial de compulsión, vuelve a imaginarlo y recrea el momento". Una vez que estés completamente empapado de ese sentimiento, imagina que el hábito no te vence. Usa el poder de tu sankalpa y siente el deseo sincero en todo tu cuerpo. "Entonces vuelve a recordar el sentimiento de compulsión. Transita de un lado a otro, fortaleciendo cada vez más la sensación del deseo sincero."
Puedes aplicar el mismo enfoque no solo al comportamiento elegido para la práctica del punto de partida, sino a todas tus elecciones. Miller aconseja una revisión diaria de tus acciones desde la perspectiva de tu propósito. Por ejemplo, digamos que tu deseo es: "Estoy lleno de compasión divina" y tu sankalpa específico es "En cada encuentro, me trato a mí mismo y a los demás con amabilidad". Observando tu día, pregúntate: ¿Fui hoy poco amable, mezquino o insensible? Esta revisión debe hacerse desde un sincero interés en ver qué sucedió, sin hacer una severa autocrítica. ¿Cuál fue la situación? ¿Qué pensaste? ¿Cómo se sintió? ¿Qué dijiste y qué hiciste? ¿Qué sentiste?
Miller no se refiere a estos errores como fracasos, sino que los entiende como "alejarse de uno mismo". Un momento de falta de compasión no determina lo que tú eres. "El sankalpa realmente describe quiénes somos y cómo nos movemos en el mundo cuando estamos en armonía con nosotros mismos". La vida es simplemente el proceso de aprender a alinearnos con esa verdadera naturaleza; esto implica que, a veces, nos salgamos del camino.
Cuando te des cuenta de que te apartaste de ti mismo, imagínate cómo podrías haber respondido. ¿Qué podrías haber pensado, dicho y hecho que fuera más coherente con tu resolución? ¿Cómo lo hubieras sentido? Obsérvate en acción y siéntelo en tu cuerpo. Visualiza esta nueva respuesta hasta sentir que realmente actuaste así. Según Douglas, esta práctica "ayuda a disolver el condicionamiento que nos aleja de nuestro dharma y del despertar a nuestra verdadera naturaleza".
Cuando empiezas a trabajar con el sankalpa, la práctica parece contradictoria. Comienzas identificando lo que quieres, pero la única forma de verlo es reconocer que ya lo eres y que ya lo tienes. Estableces metas específicas y te comprometes a romper hábitos, pero en cada oportunidad de actuar de acuerdo a estas metas, reconoces que ya eres perfecto y ya estás completo.
Según Rod Stryker, esta aparente contradicción es la esencia de la práctica del sankalpa y de las enseñanzas no duales. "Todo se remonta a esta idea de que cada uno de nosotros está tanto siendo como convirtiéndose. Hay una parte de nosotros, para atman, que es trascendente, inherente y no necesita nada. También tenemos un jiva atman, esa parte de nosotros que llega a la vida con un propósito y un destino y siempre se está convirtiendo". Stryker explica que para cumplir tu dharma debes encontrar una manera de integrar estos dos aspectos aparentemente opuestos del ser. "Para la felicidad es vital que recorras ambos caminos simultáneamente. Dirige tu energía con intención, pero ten en cuenta que tu naturaleza no cambia, sin importar si alcanzas tus metas o no. Vive lo más satisfecho posible entre la meta y la realización de la meta".