Consejos médicos para las hernias

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El abdomen contiene varios órganos de los que depende nuestra vida y bienestar. Allí se encuentran protegidos por los músculos que conforman el abdomen. Si estos músculos se debilitan demasiado, se produce una abertura en la pared abdominal y el órgano interno sobresale: esto es lo que llamamos una hernia. 

Una hernia puede ser congénita o puede ser ocasionada por una cirugía o falta de ejercicio.

Esta debilidad puede ser congénita o puede ocasionarse por una cirugía o falta de ejercicio. En el caso de las cirugías, las líneas de sutura postoperatorias dejan a la zona muy vulnerable. Por otro lado, la falta de ejercicio debilita los músculos y sobrecarga el abdomen con exceso de grasa. Exigir a los músculos debilitados levantando mucho peso o por una tos o constipación crónica, puede crear una abertura que resulte en una hernia.  

Las posturas de yoga no pueden sanar una hernia: una vez que se produce la fisura, se necesitaría una cirugía reparadora para cerrarla completamente. Sin embargo, el yoga puede ayudar a evitar su recurrencia, ya que fortalece los músculos abdominales, reduce la grasa y promueve la conciencia corporal. También puede prevenir la aparición de una hernia por primera vez.

Comienza tu práctica de asana gradualmente, siempre bajo la supervisión de tu médico o de un especialista en yoga.

Si has tenido una cirugía reparadora de hernia abdominal, debes esperar por lo menos hasta dos semanas antes de comenzar a practicar yoga (si has tenido una cirugía más compleja, debes esperar aún más tiempo). Luego, comienza tu práctica de asana gradualmente, siempre bajo la supervisión de tu médico o de un especialista en yoga. Durante este periodo de recuperación evita las elevaciones de ambas piernas a la vez, flexiones hacia adelante o hacia atrás, flexiones laterales, torsiones, saludos al sol, asanas boca abajo y la postura del camello.

Ya sea que estés recuperándote de una cirugía o simplemente deseas fortalecer la pared abdominal, te será beneficioso añadir estos ejercicios a tu rutina básica de hatha yoga.

ELEVACIONES CON UNA SOLA PIERNA 

Acuéstate con los brazos a los lados. Mientras inhalas, levanta lentamente tu pierna izquierda todo lo que puedas, sin flexionar la rodilla. Detente si sientes dolor en los isquiotibiales. Luego, exhala y baja la pierna. Mantén la parte baja de la espalda cerca del suelo. Comienza haciendo 5 elevaciones con cada pierna y continúa hasta completar 20 repeticiones.

Si estás recuperándote de una cirugía, practica estas elevaciones hasta tres veces por día. Puedes levantar las piernas hasta formar un ángulo de 60º, pero no vayas más allá. Además, evita cualquier tensión en el abdomen.

ELEVACIONES DE CABEZA

Acuéstate con las piernas estiradas y los brazos a los lados. Exhala y levanta la cabeza, los hombros y los brazos. Sostén la posición por un momento, baja al inhalar y relájate. Repite esto hasta 20 veces. Evita este ejercicio si sientes algún dolor en el abdomen o en el cuello, o comienza haciendo pequeñas elevaciones y luego avanza gradualmente hasta llegar a la posición completa.

EL EMBRIÓN

Acuéstate con los talones juntos y los brazos estirados junto a tu cabeza. Flexiona las rodillas y levanta las piernas. Inhala suavemente. Exhala y lleva las rodillas al pecho, sostenlas con las manos entrelazadas. Lleva el mentón a las rodillas. En el siguiente paso extiende la pierna izquierda en un ángulo de 45 grados y haz círculos en el aire, 5 veces en sentido horario y otras 5 veces en sentido contrario, respirando con normalidad. Repite este movimiento con la pierna derecha. Por último, lleva ambas piernas al pecho y balancéate hacia adelante y atrás unas cuantas veces.

POSTURA DE LA MEDIA VELA

Acuéstate boca arriba, inhala y levanta las piernas. Si es necesario, flexiona las rodillas. Exhala y lleva las piernas hacia atrás hasta que las caderas se despeguen del suelo. Sostén las caderas con las manos, descargando el peso sobre los brazos, hombros y codos. Inhala y lleva las piernas a la vertical, pero mantén el tronco en un ángulo de 45 grados. Si es demasiado esfuerzo para tus manos, entonces baja las piernas hasta llegar a la altura de la cabeza. Sostén la postura respirando con normalidad. Luego, flexiona las piernas, libera las manos y sal de la postura mientras exhalas.

RESPIRACIÓN POR PARTES

Inhala y lleva el aire al abdomen, expandiéndolo. Exhala despacio y uniformemente, llevando el abdomen hacia adentro. Las primeras veces puedes poner una de tus manos en el abdomen para sentir la diferencia. El pecho y los hombros quedan en su lugar.  Luego, sin mover hombros y el abdomen, inhala y expande la caja torácica. Exhala y relaja las costillas. Aquí también puedes usar las manos para sentir el movimiento: colócalas a los lados del tórax. En la última etapa de la exhalación, empuja con suavidad las costillas. Ahora deja el abdomen un poco hacia adentro y el tórax en su lugar. Inspira y exhala dejando que los hombros se muevan hacia arriba y abajo. Por último, combina los tres movimientos: inhala desde el abdomen, continúa en las costillas y termina respirando con las clavículas. Exhala en el orden contrario.

BLOQUEO ABDOMINAL

Flexiona tu cuerpo hacia adelante, apoya las manos sobre las rodillas y deja que el peso del torso se descargue sobre tus brazos. Exhala por la boca completamente y luego cierra la garganta para que no entre más aire. Expande el pecho como si estuvieras inhalando y aspira el abdomen, formando una profunda depresión. Trata de relajar los músculos abdominales mientras haces el ejercicio. Al principio puede resultar difícil, pero si lo practicas todos los días podrás dominarlo. Mantén la posición hasta que necesites respirar. En ese punto, relaja los músculos e inhala suavemente.

Precaución: evita este ejercicio durante la menstruación, el embarazo, si tienes una inflamación o un sangrado. Si sufres de hipertensión o cualquier enfermedad cardíaca, no hagas este ejercicio.

BOMBEO ABDOMINAL

Inclínate hacia adelante, coloca las manos justo por encima de las rodillas y, una vez más, deja que tu peso recaiga en los brazos. Exhala completamente por la boca. Cierra la garganta de manera que no entre más aire a los pulmones. Expande el pecho como si estuvieras inhalando y aspira el abdomen hacia arriba. Con los pulmones vacíos, relaja los músculos para que el abdomen vuelva a su posición original. Vuelve a aspirar el abdomen y a expandirlo, tantas veces como puedas hasta que necesites inhalar. Luego respira con normalidad. Repite este ejercicio tres veces.

Precaución: evita este ejercicio durante la menstruación, el embarazo, si tienes una inflamación o un sangrado. Si sufres de hipertensión o cualquier enfermedad cardíaca, no hagas este ejercicio. Extraído de Yoga for Common Ailments, por Dr. Robin Monro, Dr. R. Nagarathna y Dr. H. R. Nagendra. Registrado en 1990 por Gaia Books, Ltd. Reimpreso bajo autorización de Fireside, impresión de Simon & Schuster, Inc.

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