Consejos para enseñar la filosofía del yoga en una clase de asana

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Para mí, como practicante de yoga, la filosofía del yoga y las asanas van juntas como el pan y la mantequilla: la filosofía me ayuda a profundizar en las asanas y, cuanto más profundo voy, mejor incorporo la filosofía.

Pero como profesora de yoga, no siempre me ha sido fácil darme cuenta cómo inyectarle a mis clases la sabiduría del Yoga Sutra, por ejemplo. Cuando comencé a enseñar, hablaba de manera general sobre ciertos temas, como no-violencia o veracidad, pero sin referirme a la fuente del sutra en particular. Por una parte, pensé que sería como hablarles en chino a mis alumnos. Por otra parte, no me imaginaba cómo podía traer un sutra a clase y vincularlo con las asanas durante 75 minutos, ¡ni que decir en una clase de apenas una hora!

No quería ser el tipo de profesora que comenzaba la clase con una charla de 15 minutos sobre dharma y luego no paraba de hablar... o se olvidaba del tema en cuanto se acababa la conversación. Nunca disfruté ese tipo de clases. Además, me sentía como un fraude tratando de enseñar sutras con los que yo misma había luchado.

Pero con paciencia, tiempo e interés en mejorar mis habilidades como maestra, aprendí a incorporar la filosofía en mis clases de una manera que sentí auténtica.

Aquí están algunas de las cosas que descubrí y que me permitieron mejorar la forma en que doy mis clases.

No tienes que decir nada profundo para causar un impacto.

Por muy blasfemo que suene en el mundo del yoga, lo voy a decir igual: una referencia directa a la filosofía del yoga no es indispensable para dar una buena clase. Comprender esto antes de comenzar a enseñar filosofía puede aliviarte la presión.

Algunos maestros se estresan tanto por tener algo alucinante para decir que hasta les da miedo enfrentar la clase. Pero piensa en esto: llevar a otra persona de regreso a su cuerpo y su respiración utilizando únicamente un discurso simple y directo, ya es increíblemente poderoso y significativo en sí mismo. A medida que maduraba en mi enseñanza, empecé a darme cuenta de que podía ser buena maestra aunque no mencionara la valentía de Arjuna en la batalla cuando mis estudiantes practicaban las posturas del guerrero, ni hablara del yoga chitta vritti nirodha (la práctica de detener la tendencia de la mente a divagar) mientras estaban acostados en savasana.

Hacer cosas "profundas" solo por hacerlas, se sentía forzado.

Un estímulo simple hace mucho por tus alumnos, dirigirlos a su respiración para enfocar su atención, también. Hacer cosas "profundas" solo por hacerlas, se sentía forzado.

Una vez que entendí esto, el arte de compartir la filosofía del yoga se volvió natural para mí. Cuando no hablaba de filosofía en la clase, después pensaba: "Ahhh… ese hubiera sido un buen momento para hablar sobre la concentración". A la siguiente clase, incluía ese concepto con toda naturalidad.

Enseña lo que sabes

Es difícil fortalecer a tu clase en un tema filosófico si tú no te sientes fortalecido y aún no has incorporado su sabiduría. Por eso, elige hablar de lo que conoces. Quizás tapas (disciplina) te ha ayudado a mantener una meditación diaria o práctica de asana. Si ese es el caso, enseña los sutras con respecto a ese concepto. Si estás en busca del autoconocimiento, enseña los sutras referentes a svadhyaya (estudio y conocimiento del yo). Fíjate cómo usas el Yoga Sutra (o cualquier otro texto yóguico) para tu propia vida y enseña desde ese lugar. Será mucho más significativo que elegir un sutra cualquiera al azar. Deja que tu enseñanza sea fiel a lo que eres, en todos los aspectos.

Conoce tus fortalezas.

Cuando se trata de enseñar o practicar yoga, cada uno de nosotros tiene sus dones. Identifica tus fortalezas y encuentra su conexión con las Escrituras. Pregúntate: ¿qué me gusta de yoga? ¿qué me ofrece? ¿cómo puedo compartirlo? Luego, escribe sobre los temas que se relacionen con tu pasión por enseñar yoga. Después de tener esa lista de temas, comienza a estudiar. Lee el Yoga Sutra y el Bhagavad Gita, fíjate qué resuena contigo y qué pasajes aclaran los temas que tienes en tu lista.

Pregúntate: ¿qué me gusta de yoga? ¿qué me ofrece? ¿cómo puedo compartirlo?

Por ejemplo, si una de tus fortalezas en la práctica es el esfuerzo constante, puedes conectar esto con la idea de renuncia a los frutos de las propias acciones, una gran enseñanza en el Bhagavad Gita. Durante la clase, puedes hablar sobre el esfuerzo que algunos estudiantes hicieron para llegar a clase, así como también puedes referirte al esfuerzo que se requiere para dejar de lado las expectativas una vez que estás en tu tapete.

Mientras guías a tus alumnos a través de las posturas, puedes pedirles que hagan un esfuerzo para estar presentes en toda la experiencia y menos enfocados en los resultados. Esto resonará especialmente en aquellos alumnos que tienden a ser muy exigentes consigo mismos en la clase, puede alentarlos a estar bien donde sea que estén y aceptar que lo que hagan será suficiente.

Algunos consejos más

  • Confía en que lo que compartas, será importante. Lo que sea que te nutra e inspire, probablemente nutrirá e inspirará a otras personas. No es realista pensar que tu relación con la filosofía del yoga pueda resonar en todos, pero confía en que si lo que estudias realmente toca tu interior, entonces todo lo que compartas será significativo. No llevo la cuenta, pero cuando escucho a un alumno decir: "¡Sí, me siento así!" o asiente o me sonríe, sé que he llegado al menos a una persona y eso es una victoria.

  • Mantenlo simple. Piensa en un pasaje o un sutra. Fíjate si puedes compartir tu interpretación de una manera concisa. Cuantas menos palabras, mejor. Deja espacio para que tus alumnos procesen tus palabras en silencio. Esto permitirá que surja su propia conexión con el sutra o el pasaje. Hablar demasiado puede quitarles esa posibilidad.

  • Escucha a tus alumnos. Antes de la clase, siempre hablo con ellos para intentar conocerlos en un nivel más profundo. Aunque sea breve, tener una visión de sus vidas puede darnos pistas sobre qué aspectos filosóficos podrían interesarles.

  • Mantente conectado con lo que está sucediendo en el mundo. Los desastres naturales, la injusticia social, la agitación política y las tragedias masivas nos afectan a todos. No es necesario que hables de las noticias, pero puedes ofrecer cierta sabiduría yóguica que te haya dado consuelo durante momentos difíciles y hasta te haya inspirado a actuar.

  • Deja que las fuentes hablen por sí mismas. No tienes la obligación de hacer un comentario original sobre los textos que los académicos ya han comentado tanto. Dejar que las fuentes hablen por sí mismas te quitará presión.

Descubrí que para superar mi reticencia a compartir filosofía en clase solo hacía falta tiempo y estudio. Si ya te sientes inspirado para hacerlo, tómate un tiempo más. Deja que tu relación con lo que estás estudiando se profundice y se expanda. Finalmente, esa sabiduría emanará naturalmente de ti. Y recuerda, puedes crear una experiencia verdaderamente significativa sin hablar de filosofía. ¡Tú puedes hacerlo!

Acerca del Maestro

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Allison Ray Jeraci
Hi, I'm Allison. I’m an international yoga teacher, trainer, and writer. I've taught yoga and martial... Leer más