El mito de la simetría en el yoga

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A tadasana (postura de la montaña) se la conoce como la "postura base" para todas las otras asanas. A esta asana fundamental se la relaciona con la "posición anatómica" que aparece en las ilustraciones de los libros de anatomía y que generalmente se define como "neutral": estar de pie erguido en una postura alineada verticalmente, con dos lados simétricos. Una palabra que frecuentemente se usa como sinónimo de tadasana es "samasthiti", que significa "igualdad de condiciones". Esto indica que el cuerpo está alineado de tal manera que es equivalente o simétrico en ambos lados.

Esta posición de simetría y equivalencia en ambos lados del cuerpo es un ideal que todo estudiante de yoga aprende que debe esforzarse por alcanzar. Entre los muchos beneficios que se le atribuyen a tadasana, se dice que mejora la postura, corrige los desequilibrios musculares y nos enseña la base para todas las posturas de pie.

Como resultado de este énfasis en la simetría basada en tadasana, muchos estudiantes perciben cualquier asimetría en sus cuerpos como intrínsecamente problemática. De hecho, la preocupación por las asimetrías corporales no está limitada al mundo del yoga: los terapeutas corporales, fisioterapeutas, quiroprácticos y muchos otros profesionales de la salud física y la salud en general también nos hablan de la importancia de la alineación simétrica.

Como resultado de este énfasis en la simetría basada en tadasana, muchos estudiantes perciben cualquier asimetría en sus cuerpos como intrínsecamente problemática.

Por ejemplo: si al estar de pie observamos que uno de nuestros pies gira hacia afuera más que el otro, sentimos que esto es un desequilibrio que debe ser corregido enderezándolos para que apunten hacia adelante. O si al practicar janu sirsasana (postura del sauce) nos damos cuenta de que podemos plegarnos más fácilmente sobre una pierna que sobre la otra, suponemos que hay una asimetría entre los lados del cuerpo que debemos trabajar para nivelar. Lo mismo puede decirse de muchas otras asimetrías corporales, como un hombro más alto que el otro, una cadera que es capaz de girar hacia afuera más que la otra y una pelvis en rotación levemente descentrada.

Aunque a primera vista parece que el ideal de simetría es muy importante en el yoga, en realidad no hay evidencia sólida que apoye esta creencia. Existen innumerables estudios científicos sobre el tema pero no han logrado establecer un vínculo entre las asimetrías del cuerpo y el dolor, las disfunciones o la falta de salud. Si bien este descubrimiento nos puede parecer sorprendente y completamente opuesto a lo que la mayoría de nosotros aprendimos en el profesorado de yoga, una mirada a la estructura interna del cuerpo puede ayudarnos a reconsiderar nuestra visión sobre la simetría.

En el interior todos somos asimétricos

Aunque el yoga es una práctica centrada en la respiración, no hacemos una pausa para apreciar que nuestros dos pulmones son diferentes entre sí por naturaleza, tanto en tamaño como en estructura. Nuestro pulmón derecho está formado por tres lóbulos, mientras que el izquierdo tiene solo dos. Además, el izquierdo es más pequeño, de esta manera hace espacio para el corazón. Y mientras el corazón está ubicado a la izquierda del centro, el gran hígado está a la derecha del centro. Un dato poco conocido es que la ubicación asimétrica de nuestro corazón e hígado tiene también que ver con la asimetría del diafragma, el músculo respiratorio más importante. El lado derecho del diafragma se encuentra más arriba y el lado izquierdo está más abajo.

 

Si nuestra estructura interna está asimétricamente construida, ¿es lógico pensar que las asimetrías externas —cómo nuestro cuerpo se ve o se mueve desde afuera— son intrínsecamente problemáticas? Veamos algunos ejemplos.

Escoliosis y dolor de espalda

Generalmente se nos enseña que la escoliosis o la desviación de las curvas de la columna —hacia la derecha o hacia la izquierda de la línea central— son asimetrías problemáticas que causan dolor de espalda y disfunciones. Es cierto que los casos graves de escoliosis pueden estar asociados al dolor, pero los estudios científicos no han podido identificar un vínculo causal entre la escoliosis moderada a leve y el dolor o disfunción en la espalda. [Ver aquí, aquí y aquí]

Es importante recordar que si bien una persona puede tener escoliosis y sentir dolor, eso no significa que el dolor fue causado por la escoliosis. La correlación no implica causalidad y el dolor es un fenómeno mucho más complejo y multifactorial que lo que muestran algunos modelos simplificados.

Si la asimetría de la escoliosis causara dolor de manera inevitable, entonces todas las personas con escoliosis tendrían dolor de espalda. Pero la literatura científica demuestra que no es el caso. De hecho, un estudio reciente examinó a 500 personas de entre 25 y 64 años sin ningún dolor de espalda y descubrió que el 13,4% tenía escoliosis. [Ver aquí] Otro estudio examinó radiografías de tórax de 760 hombres y mujeres mayores de 50 años y encontró que el 25% de esta población tenía escoliosis. [Ver aquí] Estos estudios sugieren que la escoliosis es mucho más común de lo que se cree, muchas personas tienen esta condición sin saberlo y no sienten ningún tipo de dolor.

Diferencia de longitud de las piernas

Otra asimetría corporal que se considera problemática es la diferencia en el largo de las piernas, es decir, tener una pierna más corta que la otra. La idea es que esta desigualdad provoca asimetrías en la pelvis y la columna vertebral, causando dolor de espalda. Sin embargo, esta creencia es refutada por numerosos estudios científicos que no han encontrado correlación entre tener las piernas de distinto largo y el dolor de espalda. [Ver aquí, aquí, aquí y aquí] Sorprendentemente, la gran mayoría de las personas tiene al menos una pequeña diferencia de la que ni siquiera es consciente (¡la evidencia indica que el 90% tiene las piernas de distinto largo!). Esto muestra que la mayoría de las veces esta diferencia es benigna y no todas las asimetrías deben ser consideradas como patologías. [Ver aquí y aquí]

Desequilibrios musculares

Otro tipo de asimetría que recibe mucha atención en el yoga es la diferencia o desequilibrio en la fuerza muscular. Se le suele achacar dolores, disfunciones y malas posturas. Un ejemplo clásico es la postura con los hombros curvados hacia adelante. Se cree que esta curvatura ocurre porque los músculos del tórax (los pectorales) son demasiado fuertes, mientras que los músculos de la parte superior de la espalda (los romboides) son demasiado débiles. Para abordar este “desequilibrio”, los profesores usan tadasana con el fin de ayudar a los estudiantes a "realinear" su cuerpo y encontrar la posición neutral óptima.

Pero, en primer lugar, no hay evidencia que sostenga la idea de que los desequilibrios musculares causan dolor y disfunciones. Por el contrario, probablemente son un resultado normal y saludable de la adaptación del cuerpo a las actividades que se realizan con regularidad. Por ejemplo, piensa en un guitarrista. Es sabido que cuando alguien comienza a tocar la guitarra con regularidad desarrolla callos en los dedos de una mano, generalmente la izquierda. Esta es una respuesta normal del cuerpo adaptándose al esfuerzo de tocar la guitarra. Podemos entender que este desarrollo asimétrico de callos es positivo ya que hace que sea más fácil tocar el instrumento. No lo vemos como una patología ni decimos que los guitarristas deben desarrollar callos en la otra mano también para poder mantener la simetría. ¡Eso sería tonto!

Podemos ver los desequilibrios musculares de manera similar. Nuestro cuerpo se fortalece en respuesta a las cargas que colocamos sobre él, ya sean simétricas o asimétricas. Por ejemplo, los jugadores de tenis desarrollan más fuerza en los músculos y en los huesos del brazo dominante. [Ver aquí] No se ha encontrado una mayor propensión a las lesiones de rodilla en los jugadores de fútbol con una diferencia de fuerza entre las piernas o entre los cuádriceps e isquiotibiales. [Ver aquí] En un estudio se encontró que los jugadores de fútbol australianos tenían el músculo psoas más grande en el lado de la pierna que usaban para patear y esta asimetría no estaba asociada a ninguna lesión. [Ver aquí] Curiosamente, en este otro estudio se concluye que los jugadores de cricket con músculos más simétricos muestran más dolor que los que tienen más asimetría. [Ver aquí y aquí]

Más pertinente a nuestra discusión sobre yoga y tadasana es una investigación que sugiere que, a pesar de lo que indica la creencia popular, no hay evidencia de que la postura con los hombros hacia adelante esté correlacionada con el dolor o que un desequilibrio muscular entre los pectorales y los romboides esté relacionado con el pinzamiento del hombro (una condición que se considera causante de dolor). [Ver aquí]

La naturaleza está colmada de asimetrías

Si miramos a la naturaleza, veremos que todos los organismos poseen una cualidad de equilibrio, pero no de simetría. Piensa en un árbol. Un árbol es una estructura perfectamente equilibrada, ya que es capaz de mantener su postura vertical. Pero si dibujas una línea imaginaria en su centro, está claro que sus lados no son simétricos.

La apariencia visual de un árbol está formada por el ambiente en el que crece. Factores tales como el viento al que ha estado expuesto, en qué dirección recibe ese viento, si el suelo está nivelado o inclinado o desde qué ángulo recibe el sol, son elementos que dan forma a la estructura definitiva del árbol. Todos reconocemos un árbol cuando lo vemos, pero no existe una forma ideal que represente la estructura exacta que un árbol debe tener para ser saludable y longevo.

Existe una variabilidad natural entre los árboles, al igual que existe una variabilidad natural en la forma del cuerpo humano.

Tadasana para obtener equilibrio y no simetría

Tadasana es una asana importante que todo estudiante de yoga debe practicar. Los principios de alineación son útiles para aprender, porque podemos usarlos para ver nuestro propio cuerpo y nuestra alineación con más claridad. Pero cuando los maestros de yoga presentan a la alineación "neutral" de tadasana como la alineación naturalmente "superior" por temas de dolor, función y salud, transmiten un mensaje contraproducente a sus alumnos.

Tadasana es solo una de las infinitas formas en las que se puede posicionar el cuerpo humano. Este cuerpo es adaptable y resistente y puede funcionar perfectamente y sin dolor en un sinfín de alineaciones distintas: columnas asimétricas o curvas, piernas de distinto largo, desequilibrios musculares y mucho más. La evidencia científica no respalda la creencia de que la alineación simétrica es mejor que cualquier otra alineación.

Existe un concepto muy extendido en el yoga que dice que debemos evitar compararnos con los otros estudiantes que puedan estar más "avanzados". Se nos dice que debemos practicar la aceptación de cualquiera de las versiones de la postura que sea la indicada para nuestro cuerpo en este momento, sin preocuparnos por cómo se ven los demás en la misma postura. Es curioso entonces —y difícil de entender— que idealicemos la simetría y la "alineación óptima" en una postura como tadasana, ya que de esta manera nos estamos comparando con alguien: con la persona imaginaria, simétrica y alineada verticalmente que aparece en la ilustración del libro de anatomía. Si bien esa figura puede resultar útil para estudiar sobre el tema, no es una descripción de la manera óptima en que debe posicionarse el cuerpo (a pesar de lo que la mayoría cree). Es simplemente una postura arbitraria que se utiliza como referencia en los campos de la anatomía y la medicina.

En lugar de enfatizar la simetría corporal, los maestros de yoga pueden hacer énfasis en un concepto más útil: el equilibrio. Es tentador combinar estas dos definiciones, pero existe una gran diferencia: mientras que la simetría expresa la cualidad de igualdad en ambos lados de un eje, el equilibrio habla de la estabilidad de la postura, como el árbol que se ha adaptado a su entorno y no se cae.

En lugar de enfatizar la simetría corporal, los maestros de yoga pueden hacer énfasis en un concepto más útil: el equilibrio.

Por ejemplo, imagina la postura de ángulo lateral extendido (utthita parsvakonasana). Es muy común que los estudiantes se apoyen inconscientemente sobre la pierna delantera, perdiendo la sensación de conexión a tierra en la pierna trasera y dando como resultado una postura menos estable. Si se activa y arraiga la pierna desde la parte trasera de la cadera hasta el talón trasero, se experimentará un mayor equilibrio (aunque la asana no resultará tan simétrica). Si alguien chocara inesperadamente con un estudiante ubicado de esta manera en el ángulo lateral extendido, sería menos probable que se cayera, porque están incorporando la postura de una manera más equilibrada.

Este mismo principio puede aplicarse a tadasana y a todas nuestras posturas de yoga en general. Si somos capaces de experimentar una fuerte sensación de estabilidad, arraigo y comodidad, entonces nuestro cuerpo naturalmente asimétrico habrá encontrado el equilibrio perfecto.

Acerca del Maestro

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Jenni Rawlings
Jenni Rawlings is a yoga teacher with an emphasis on anatomy, physiology, and movement science. She offers... Leer más