El este es el punto cardinal por donde sale el sol. Es la fuente de la luz y la inspiración, la fuente de la vida en sí misma. Es el momento del despertar, el punto de inicio. Nos dice que llegó el momento de levantarnos, de despertarnos y comenzar a movernos. Nos motiva a sacudir la inercia y empezar el día. Pero mientras hacemos esto, todas nuestras preocupaciones, ansiedades, dudas y miedos salen a flote. Por ende, necesitamos al protector del este (nuestra propia fuerza de voluntad, determinación y claridad de mente) para que nos acompañe.
En la tradición yóguica, el Señor Indra es el protector del este. Portando su poderoso rayo, él destruye todos nuestras dudas, miedos y ansiedades para que podamos caminar hacia adelante con renovada determinación, libres de todas las preocupaciones. Ya que todos los días iniciamos el viaje desde el este, el mejor momento para realizar la práctica espiritual es durante el amanecer.
Las escrituras llaman a la noche jagatah niveshini, la que lleva al mundo a la cama como una madre.
El sol se pone en el oeste al final del día. Durante todo el día experimentas la montaña rusa de la vida (correcto, incorrecto, bueno, malo, éxito, fracaso, honor, insulto) y ahora llegas al momento en el que necesitas descansar, liberarte y comenzar como nuevo el siguiente día. Sin ese descanso te sentirás exhausto.
El protector del oeste, Varuna Devata, el Señor de las Aguas, trae la calma y la tranquilidad para que puedas descansar, relajarte y soltarte. El oeste te pone en el regazo de la noche. Las escrituras llaman a la noche jagatah niveshini, la que lleva al mundo a la cama como una madre. Te arropa y te acaricia con cariño hasta que te duermes.
El norte es definido por la estrella polar, el símbolo de la estabilidad, el objetivo fijo que nunca flaquea. Representa la convicción inquebrantable. Hay una hermosa historia sobre Dhruva, un joven príncipe cuya conciencia llega a habitar en la estrella polar. Perseguido por su madrastra cuando él intenta sentarse en el regazo de su padre, Dhruva corre hacia su madre en lágrimas. Ella lo consuela y le pide que regrese con su eterno padre, Vishnu, en cuyo regazo encontrará la felicidad duradera. Tomando en cuenta el consejo de su madre, el joven se vuelve hacia su interior y se concentra tanto en su meditación que no se da cuenta cuando el Señor finalmente aparece frente a él. Vishnu se alegra tanto de la devoción de Dhruva que lo convierte en la fuerza guía de la estrella polar.
Esta historia ilustra cómo encontrar la dirección en la vida y, luego, cómo darle forma a esa dirección. Cuando la convicción es fuerte, estás bajo la protección de la guía del norte. Entonces, cuando sientes que pierdes la estabilidad, la gracia de Dios te empuja a la dirección correcta.
El sur se asocia con la muerte. Ofrece un descanso completo. Cuando nuestro cuerpo físico ya no es capaz de guiarnos por el camino, el compasivo protector del sur, Yama Raja, el Señor de la Muerte, se asegura de que nos deshagamos de ese vehículo y nos regala uno nuevo. El problema es que, como formamos un vínculo muy poderoso con nuestro cuerpo, mente y sentidos, comenzamos a creer que "este vehículo soy yo", por lo que nos resulta difícil dejarlo ir. Pero una vez que lo hacemos, comenzamos a entender que este "largo sueño" es profundamente reparador. Las personas temen a la muerte porque no la entienden. El Katha Upanishad cuenta la historia del valiente buscador Nachiketa, quien sale en búsqueda de Yama Raja para aprender sobre el misterio de la vida, la muerte y el más allá.
Lo más importante es no procrastinar. Cuando un pensamiento positivo ingresa en tu mente, no pospongas el ponerlo en acción. Escuchar y prestar atención a la voz de tu alma es entrar en contacto con la fuerza que preside el norte. Posponer aquello que te inspira es el mayor obstáculo en tu camino espiritual, porque abre la puerta a la duda y al miedo y luego comienzas a preguntarte si deberías seguir o no tu inspiración.
Para los que procrastinan, el mañana nunca llega y pierden su oportunidad en la vida. Entonces, ¡haz algo! No te preocupes demasiado por si estás o no estás haciendo lo correcto. Solo decide y actúa, si termina siendo un error, también estará bien. Aprende y sigue adelante. Es mejor actuar y cometer un error que procrastinar y no hacer nada.
Posponer aquello que te inspira es el mayor obstáculo en tu camino espiritual.
La procrastinación es el mayor enemigo de la vida. Si no caemos víctimas de la procrastinación, somos recibidos por el Señor del Norte. Así lograrás una actitud de determinación voluntariosa que, al igual que la estrella polar, nunca cambia. Una vez decides que harás algo podrás hacerlo sin importar lo que suceda. La valentía, entusiasmo y fuerza interior para ser resolutivo proviene de la fuerza que domina y guía el norte.
En el norte, eres atraído por la gracia de lo divino. En el este es tu propio esfuerzo lo que te permite moverte hacia adelante. Tratas de dar lo mejor de ti para lograr algo: algunas veces el resultado será evidente y otras veces no. Pero cuando estás bajo la protección del norte, no tienes chance de tropezar o resbalar. Ya sea que lo notes o no, la gracia de Dios te acompañará en cada momento de tu vida.
Según la ley del karma, todas las acciones tienen resultados. En algunas ocasiones no lo vemos y pensamos que nuestra práctica no rinde sus frutos. Lo que en realidad sucede es que mientras practicamos hay otras fuerzas (tristeza, apatía, ira, odio, celos, avaricia) que trabajan en nuestra contra y neutralizan los frutos de nuestra práctica. No obstante, estas fuerzas adversas son destruidas por el mismo grado de energía que genera la práctica que realizamos. Y cuando la energía generada por nuestra práctica es mayor que la que se opone a nosotros, notaremos un resultado tangible.
Por ejemplo, digamos que la energía generada por tu práctica es de noventa megavatios y la energía que se contrapone es de ochenta megavatios. Solo podrás ver diez megavatios como resultado. Así que continúa haciendo tu práctica y, finalmente, llegará el día en que verás los frutos.
Intenta ser práctico. Usa el sentido común cuando se trata de la dirección a la que debes apuntar cuando estás practicando. Ten un espacio en tu casa donde puedas sentarte cómodamente. Organiza tu hogar de tal manera que no te tropieces cuando entres por la puerta. Mantén los pasajes despejados. No quieres un espacio desordenado y no deberías tropezar con las cosas. Debe haber suficiente espacio para que puedas moverte con libertad. Si vives en una casa o departamento pequeños, ten pocos objetos y acomódalos apropiadamente, tomando en cuenta que la conveniencia, comodidad, utilidad y estética poseen el mismo valor.
No te dejes llevar por esas modas del feng shui y vastu shastra al punto de olvidar la practicidad. Lo más básico es organizar tu vida con destreza. Según tus circunstancias, podrás decidir fácilmente cuál camino deberías seguir.
Recientemente estuve realizando una práctica en la que miraba al sur todos los días. Pero, para mí, sin importar en dónde me siente, estoy apuntando al este porque siempre me centro en la fuente de luz (ya sea el fuego, como sucedía durante esa práctica, o el sol).
La claridad de dirección, de mente y de visión definen al este. El sol está allí, la luz está allí. Por lo tanto, el este es la dirección que provee menos distracciones y un mayor espacio para respirar.