Fernando García Aguinaco y el método Iyengar

Comencé a practicar yoga en 1999, mientras me dedicaba a escribir y tomar fotografías de mis viajes. Cinco años después empecé a compartir la práctica de yoga. Hice mi primer viaje a la India entre 2003 y 2004, período en el que comencé a practicar el método de yoga Iyengar. Después de este viaje, me formé como profesor de yoga con Herta Rogg y Ann Moxey durante varios años.

Entre 2008 y 2017 he obtenido distintos niveles de certificación en el método desarrollado por B.K.S. Iyengar y su familia. En este proceso he tenido la oportunidad de aprender de maestros con décadas de experiencia como Jawahar Bangera, Margot Kitchen y Christian Pisano.

¿De qué estilo de yoga, tradición y / o linaje eres?

Valoro la exploración constante a la que invita el método de Yoga Iyengar. Esta exploración permite profundizar con el cuerpo, dar libertad a la mente, reinventar la identidad, abrir el corazón y dar espacio para el discernimiento.

¿Qué podemos encontrar en tus clases de Yoga International?

Desde 2014 he compartido a través de esta plataforma. En mis clases introduzco las diversas herramientas que el método de yoga Iyengar propone para explorar tanto en asanas como en pranayama (expansión de la energía vital a través de la respiración). Busco que principiantes y personas con menor rango de movimiento puedan disfrutar de la práctica de yoga.

¿Qué piensas hoy en día sobre el yoga?

Celebro la popularidad del yoga en la actualidad. Sin embargo, considero que algunas de las prácticas actuales se alejan del origen del yoga. Origen que nos recuerda constantemente que la práctica es una manera de transformar la conciencia. Toma largo tiempo conocer el camino milenario del yoga. Para lo cual, creo se requieren años de práctica y constante aprendizaje para poder compartirlo con la profundidad, responsabilidad y libertad que merece.

¿Qué te gusta hacer además de yoga?

Explorar, crear y compartir. Lo cual hago a través del yoga y también al leer, viajar, escribir, tomar fotos y conversar. Ahora, más que nunca, leer ha sido una manera de profundizar en el viaje interno al cual la práctica de yoga me invitó hace más de veinte años.