La sabiduría: la admiramos, la respetamos y oramos por ella. En el camino del gñana yoga, el camino de la sabiduría, hay quienes incluso trabajan por ella. Sin embargo, el gñana yoga es posiblemente el menos conocido de los caminos del yoga, pocos de nosotros podríamos explicar realmente lo que hace. Desde una perspectiva yóguica, ¿en qué consiste este camino de la sabiduría?
Para comenzar, el gñana yoga no es la recopilación de información. Esos personajes de dibujos animados que todos conocemos —buscadores ilusionados que suben con dificultad una montaña para llegar a la cueva de un gurú— no buscan simplemente a un iluminado que todo lo sabe. Hasta el conocimiento de las escrituras es solo un punto de inicio en la búsqueda de la sabiduría. En el gñana yoga el conocimiento es, en el mejor de los casos, el hueso alrededor del cual toma forma la carne y la sangre de la sabiduría.
Los diccionarios explican que la sabiduría es un "entendimiento de lo verdadero, lo correcto o lo duradero; el poder intelectual para decidir sabiamente". La sabiduría se demuestra en el "sentido común, el buen juicio, la suma de los conocimientos y la experiencia, las enseñanzas profundas de los antiguos sabios y una perspectiva sabia".
Aquí tengo un sencillo ejemplo: hace poco, mi esposa sugirió que leer los correos electrónicos antes del desayuno no era algo muy sabio. Según ella, lo más sabio era hacer del desayuno una prioridad. Esto es buen juicio, obtenido por su aprendizaje y experiencia como esposa.
Podemos encontrar un clásico ejemplo de sabiduría occidental en Sócrates, el místico y filósofo griego. Ante la opción de fugarse de la prisión ateniense o enfrentar su muerte si permanecía encarcelado, Sócrates decidió pasar sus últimos días en la cárcel, donde dialogaba con amigos sobre el sentido de la vida. Tenía la convicción de que la vida está hecha para entrenar el ojo del alma, un instrumento para captar la verdad mejor y más duradero que los ojos del cuerpo, y creía que escapar contradeciría la premisa fundamental de su enseñanza.
Esta temática también es fundamental para el Bhagavad Gita. Allí, Krishna le explica a su discípulo Arjuna que "revelará una vez más una sabiduría suprema, la más elevada de todas las sabidurías". Y así, en los últimos seis capítulos del Gita, expone los fundamentos y características del camino del gñana yoga.
Comencemos con la palabra gñana que, como muchas otras en sánscrito, puede ser muy difícil de traducir. El problema se da en la pequeña raíz "gña", ya que tiene varios significados: conocer, percibir, aprehender, comprender, experimentar, reconocer, cerciorarse o investigar.
Tal vez porque estas definiciones tienen tantos significados es que los maestros de yoga contemporáneos describen el gñana yoga como un camino para intelectuales —los eruditos entre nosotros—, y así lo enseñan. Pero es un error limitar este camino a personas con un alto coeficiente intelectual o a quienes tienen el hábito de investigar en las bibliotecas. Todos estamos buscando la sabiduría y, en un nivel muy profundo, sentimos que ese es el propósito del yoga.
En otras palabras, en el contexto del yoga, gñana es la sabiduría derivada del conocimiento directo del Ser.
La palabra gñana se define con mayor claridad en el diccionario compilado por el gran estudioso del sánscrito M. Monier Williams. La definición —en inglés— dice: "saber, llegar a conocer. Es el conocimiento, en especial el alto conocimiento (que se deriva de la meditación sobre el único Espíritu Universal)". En otras palabras, en el contexto del yoga, gñana es la sabiduría derivada del conocimiento directo del Ser.
Para muchos, la combinación de consonantes "gñ" es incómoda de pronunciar. Incluso entre los hablantes de la India hay diferentes pronunciaciones. El sonido se deriva originalmente de la combinación "gn" (como sucede con la palabra "gnosticismo"). En el español, la palabra gñana puede pronunciarse como "guiana" o sencillamente como "ñana".
Ahora, veamos los detalles. El concepto de sabiduría implica que hay cosas en las que debemos ser sabios. Krishna describe dos de estas "cosas": la primera es una relación del individuo con un "campo", es decir, un cuerpo/mente vivientes; la segunda es esa misma relación del individuo con el conocedor supremo de todos los campos, el Espíritu supremo.
Comencemos con el campo, es decir, el cuerpo/mente. Esta es su lista de componentes, según Krishna:
Los cinco elementos, el ego, el intelecto, la naturaleza no manifiesta, los cinco sentidos cognitivos, los cinco sentidos activos, la mente inferior que coordina los sentidos, los cinco campos de la percepción sensorial; el deseo, la aversión, el placer, el dolor, el conjunto de cuerpo/mente, la sensibilidad y la valentía: esto es el campo y sus interacciones (Bhagavad Gita 13:6–7).
Los cinco elementos son la tierra, agua, fuego, aire y éter (o espacio puro). Son constituyentes del cuerpo que también se ven reflejados en el funcionamiento psicológico. El ego es el sentido de la autoidentidad. El intelecto es el nivel superior de la mente, la parte capaz de tomar decisiones y realizar autoobservaciones (el buddhi). La naturaleza no manifiesta se compone de los tres gunas, tres atributos de energía que están entretejidos para formar el sustrato de todas las cosas manifiestas. Las operaciones de los cinco sentidos cognitivos (gusto, tacto, vista, olfato y oído) y los cinco sentidos activos (manipulación, movimiento, evacuación, procreación y habla) se coordinan con las actividades del nivel inferior de la mente, formando el cúmulo de experiencias diarias de la consciencia. Los campos de la percepción sensorial son el sabor, la tangibilidad, la forma, el olor y el sonido. Estas 24 categorías se conocen colectivamente como el prakriti en la filosofía Sankhya (la rama de la filosofía asociada con el yoga).
Krishna enumera otras siete dimensiones de la personalidad: gustos y desagrados, las experiencias del placer y el dolor, el sentido de uno mismo como un ser completo (un conglomerado de elementos contenidos bajo un techo de consciencia personal), la consciencia de uno mismo como ser vivo, un organismo viviente y sintiente, así como la presencia de los estados de la mente, como la valentía (este es solo un ejemplo entre los muchos que Krishna pudo haber elegido).
Sin embargo, Krishna explica que, a pesar de las apariencias, ninguno de estos elementos de la personalidad son conscientes por sí mismos. Cada uno de ellos —incluyendo la mente— es un objeto conocido y experimentado por el sujeto (una consciencia individual e inmutable). En la personalidad humana solo ella es la "conocedora del campo" (conocida como purusha en el sistema Sankhya).
Cada ser humano, entonces, es la suma de un campo (prakriti) y un conocedor del campo (purusha), un cuerpo/mente y una consciencia entretejida. En el siguiente verso, Krishna nos resume estas dos:
Prakriti es la causa de la actividad: el hacedor, los medios para hacer y la cosa ya hecha. Purusha [por sí sola, en su relación con prakriti] es la causa de la apercepción de la experiencia como placentera o dolorosa (13:20)
Así, mientras la naturaleza teje una tela infinita de acción y reacción, solo la fuerza vital (la consciencia) siente esta experiencia como placentera o dolorosa y, de esta forma, le da la apariencia de vida.
Pero, ¿de qué manera puede alguno de nosotros alcanzar la sabiduría en relación con estos componentes de la vida humana? Krishna responde que la naturaleza intrínseca de la consciencia (purusha) es la dicha, pero que su relación con la actividad incesante de prakriti la lleva a mirar hacia el exterior y, en el proceso, olvida su verdadera naturaleza. Este es el dilema espiritual fundamental. Condicionada por la experiencia, la consciencia no se percibe a sí misma y, por ende, queda atrapada por las eternas modificaciones de prakriti. La libertad espiritual es la liberación de purusha del olvido de sí mismo y de su consecuente apego a las dichas y las penas mundanas.
Ahora tenemos algunas pistas sobre el camino de la sabiduría que Krishna empezó a mostrarnos. La sabiduría es cualquier decisión o acción que coloca nuestro conocimiento de los dos aspectos de la vida humana al servicio del propósito por excelencia de la vida: debilitar y, por último disolver, las ataduras de purusha a prakriti.
Supón que, por ejemplo, nos empieza a gustar el tabaco. Nos imaginamos a nosotros mismos como "alguien que disfruta de uno que otro cigarrillo". En un nivel más sutil, sin embargo, tratamos este hábito como parte de nuestra identidad y sentimos que fumar se ha vuelto algo intrínseco en nosotros. "Soy un fumador", llegamos a declarar.
Según Krishna, esto es un caso de falsa identificación. Las cualidades de gustos o desagrados no son inherentes a nosotros, son actitudes de la mente. Pueden ser revisadas, exploradas y modificadas. Son parte del campo, no son parte del conocedor del campo.
No hace falta pensar mucho para notar que los gustos o desagrados personales no son inherentes a nuestra identidad. Dado esto, vemos que hay otras formas de construir nuestra identidad que también pueden ser cuestionables. Por ejemplo: ¿Estoy gordo? O, más bien, ¿tengo sobrepeso? O como en este otro ejemplo: ¿Estoy abrumado por la pena? ¿O son los eventos de la vida y mis reacciones los que abrumaron mi mente con tristeza?
Cuanto mejor percibimos la diferencia entre la consciencia del "yo soy" y la experiencia del "estoy pasando por esto", más sabiamente podremos dirigir nuestros pensamientos y acciones. Podemos elegir no gastar energía en una oscura depresión cuando un poco de tristeza ya es suficiente. Y podemos calmar nuestras frustraciones con respecto a lo que no tenemos y convertirlas en satisfacción por lo que sí tenemos. Cada vez más, aprendemos a disfrutar la vida sin depender de ella para ser felices, porque sabemos que la alegría ya es nuestra.
Este es el inicio del camino de la sabiduría.
En el Gita, Krishna describe tal relación cuando declara que la consciencia pura es el conocedor simultáneo de cada campo. Es el Ser que habita en cada uno.
El corazón del camino del gñana yoga nos lleva aún más lejos. Evoluciona a partir de la relación entre purusha y lo que, a menudo, se denomina como el Ser (con su letra "S" en mayúsculas). En el Gita, Krishna describe esta relación cuando dice que la consciencia pura es el conocedor simultáneo de cada campo. Es el Ser que habita en cada uno. La mayoría de las veces, Krishna lo refiere en primera persona:
Cualquiera que sea la forma en la que nacen los muchos seres, Arjuna, ten en cuenta que yo soy el Padre cuya semilla, plantada en el gran vientre de la naturaleza, da la vida (14:4).
La chispa de mi eterno Espíritu se convierte en una alma viva en este mundo; y esta atrae alrededor de su centro los cinco sentidos y la mente que descansa en la naturaleza (15:7).
Krishna compara la relación entre la consciencia individual y el Ser como una relación entre una realidad virtual y una consciencia más profunda en la que los individuos tienen su ser.
Dios yace en el corazón de todos los seres vivos, Arjuna. Y su misterioso poder es lo que mueve todas las cosas (18:61).
Los escritores del gñana yoga a veces comparan la ignorancia del Ser con un gerente de fábrica que falla en comunicarse con el dueño de la empresa. El gerente comienza a comportarse como si él mismo fuera el dueño y, como resultado, la relación entre ambos se deteriora. En su ignorancia, el gerente se vuelve arrogante, egoísta y deja de ver el verdadero propósito de su trabajo en la fábrica.
En la personalidad humana, el ego funciona como el gerente. En última instancia, es el encargado final de coordinar las funciones del cuerpo y la mente, y en el proceso debe expandir su propia visión de la realidad. Cuando el ego está cegado por el apego y es incapaz de desprenderse de su propio sentido de autoimportancia, se reduce nuestra percepción de una realidad superior.
Pero el camino del gñana yoga conduce a la realización del Ser. Restablece el equilibrio y armonía del ego. Además, cultiva la consciencia individual de una forma que el mundo no puede hacerlo.
Tanto la meditación como la contemplación fomentan la realización del Ser. En la meditación creamos un centro interno fuerte desde el cual podemos presenciar las diferencias entre la consciencia y el campo de la consciencia. En la contemplación, reflexionamos sobre la naturaleza temporal de la vida y aclaramos la naturaleza de la consciencia. Cada método desenlaza el doloroso enredo del Ser y el No Ser, y nos conduce a una experiencia directa de la realidad.
Pero quizás ahora debamos dejar que el Gita hable por sí mismo. Seleccionamos a continuación dos extractos de sus capítulos finales, cada uno demuestra la forma en la que la mente se hace transparente y se alcanza la unión con la consciencia elevada en el camino al gñana yoga.
La humildad, la sinceridad, la no violencia, la paciencia, la virtud, la devoción a un maestro espiritual, la pureza, el equilibrio, el autocontrol;
La renuncia a los objetos de los sentidos, la ausencia de egolatría, la percepción de las penas que trae el nacimiento, la muerte, la vejez, la enfermedad y el sufrimiento;
El desapego, el no apegarse ni siquiera al hijo, a la esposa, al hogar y a cosas semejantes; el equilibrio mental ante las experiencias placenteras o desagradables;
La devoción constante en mí, la confianza en el yoga, la preferencia de los lugares solitarios y el desapego a la compañía excesiva de los demás;
Mantenerte ocupado en el conocimiento del Ser, siguiendo los objetivos de la verdad y el autoconocimiento; este es el camino de la sabiduría. Lo contrario a esto es la ignorancia (13:7-11).
Estando unidos en la pureza de la mente y la vida interna, manteniendo firmemente el autocontrol, renunciando a los objetos de los sentidos, comenzando por el oído, y rechazando el apego y el odio;
Quien vive en la soledad del espíritu, alimentándose en correcta proporción, controlando los pensamientos, palabras y acciones; devoto perpetuo al yoga de la meditación, refugiándose en el desapego;
Renunciando al egotismo, la violencia y a la arrogancia egocéntrica; abandonando el anhelo, la ira y el poder egoísta de la posesividad; quien vive de manera desinteresada y descansando en la paz de la visión suprema —esa persona está hecha para ser uno con Brahman.
Al ser uno con Brahman, sereno consigo mismo, esa persona no tendrá dolor ni anhelo, repartirá su amor imparcial a todos los seres vivientes, alcanzará su devoción suprema a Mí.
En su devoción comprenderá en su totalidad quién soy Yo. Para ese entonces, se habrá dado cuenta de la verdad de Mi Ser y entrará en Mí en toda esa totalidad (18:51-55).
Hemos visto los dos grandes temas de gñana yoga. El primero nos demuestra cómo la sabiduría se desarrolla a través de la discriminación entre el campo y el conocedor interno del campo, entre el cuerpo/mente y la consciencia individual. El segundo nos muestra cómo el sentido limitado del Yo, reflejado por el ego, es reemplazado poco a poco por una visión ilimitada del Ser.
Con estos dos temas en mente, podrás seguir las palabras de Krishna en los capítulos finales del Gita. Pero sería un error pensar que ya hemos abarcado todas las enseñanzas de Krishna. Todavía quedan muchos descubrimientos por realizar y, ya que esta columna se dedica a la práctica, dejaré que tú los hagas. Espero que leas los capítulos del 13 al 18 del Gita y descubras ese camino de sabiduría por ti mismo.