Tuve mi primera clase de yoga hace cerca de 40 años, cuando estudiaba danza y vivía en Chicago. En ese momento fue de mucha ayuda para aliviar estados depresivos.. y de ahí nació la búsqueda, la cual no termina. Siempre hay en el yoga un misterio, una pregunta que invita a la reflexión e investigación.
Esa inquietud de investigar y sentirme libre me llevó a crear Yoga Espacio en 2015 en Ciudad de México, y ahora son tres centros muy dinámicos. Dado que me gusta investigar y escribir, he publicado mi primer libro: Yoga Práctica y Equilibrio por la editorial española Siglantana y ya viene el segundo. He impartido enseñanzas en México, España, Canadá y Colombia.
Mi nombre Jñana Dakini fue el nombre que se me otorgó cuando tomé Ordenación en una orden budista. Mi nombre significa Dakini de Sabiduría o Sabiduría que se mueve en el espacio.
He estudiado con diferentes maestros de diversos linajes desde el Método Sivananda e Iyengar hasta yoga Flow y métodos somáticos. Lo que ahora me interesa enseñar son metodologías que permitan el surgimiento de la sabiduría del cuerpo. La forma no es el fin sino solo un pretexto para sentir quienes somos desde el desarrollo de conciencia encarnada. Redimensionar con los aportes de la neurociencia y las artes del movimiento lo que Patanjali definió: “Yoga chitta vrti nirodaha” el yoga es el cese de la mente perturbada, inquieta o agitada.
Del budismo tomó importancia la conciencia plena (Mindfulness), la compasión y la ecuanimidad.
En mis clases, el llegar al cuerpo sin prisa es muy necesario, para bajar el ritmo al sistema nervioso y aprender a sentir la sutileza del movimiento simple y lento. Después dejar que el movimiento se despliegue en forma, ritmo y espacio desde la auto-conciencia encarnada.
Actualmente el yoga presenta una diversidad de propuestas muy amplia, en este sentido puede tomar más tiempo llegar a encontrar el estilo o método que nos aporte los beneficios buscados. Pero la búsqueda vale la pena.
Todas mis necesidades dé bienestar y salud están satisfechas con el yoga. No necesito ningún otro ingrediente físico, pero la pareja perfecta del yoga ha sido la meditación y vivir una vida en tranquilidad.