Kumbhaka, es un término Sánscrito que literalmente significa bote, comparando el torso donde ocurre la respiración con un recipiente o canal para la energía. Aunque, comúnmente, se conoce a esta técnica como la retención de la respiración. La práctica de Kumbhaka es considerada como la más importante de los diferentes Pranayamas o control del Prana, energía vital. De hecho, el resto de prácticas de Pranayama buscan extender esos tiempos de retención o Kumbhakas.
Hay tres tipos de Kumbhaka: Antar Kumbhaka, o la retención del aire después de la inhalación, Bahir Kumbhaka, la retención que ocurre después de la exhalación y Kevala Kumbhaka o la retención que ocurre sin considerar el estado de respiración en el que nos encontramos.
La relajación es una pieza fundamental en la práctica de Kumbhaka. Cuando vamos alargando los tiempos de respiración de manera consciente y sin forzar, vamos activando nuestro sistema nervioso parasimpático que nos permite experimentar dichas pausas con más facilidad y libres de tensión.
Pero aun así, incluso cuando nuestra atención está de manera plena en la respiración y cuando nos relajamos en ella, a muchos de nosotros todavía nos puede resultar difícil permanecer en la pausa de los ciclos de la respiración y nos tensamos y estresamos en la práctica de kumbhaka.
Si este es tu caso, te invito a cambiar tu percepción sobre lo que realmente es Kumbhaka desde la raíz. Hay que dejar de entender Kumbhaka como algo que hacer y verlo como un lugar en donde estar, en donde ser. Porque eso es lo que realmente es, un lugar donde habitar.
Los yoguis antiguos comparaban los ciclos de respiración con los ciclos de la vida. El término Samsara, es el concepto de los ciclos muerte y renacimiento que son experimentados constantemente a través de la respiración. La inhalación representa la vida en forma de energía vital llenando nuestro cuerpo, y la exhalación es el morir, el dejar ir en forma del vacío que ocurre cuando soltamos el aire del cuerpo. La respiración es la experimentación de la dualidad, el baile del Yin y el Yang, aquello que nos ata a la experiencia humana.
Pero los Yoguis antiguos creían que había más, que hay otras realidades más allá de los ciclos del Karma. Más realidades que las que percibimos a través de los cinco sentidos. Y creían que esas otras dimensiones, esos otros estados de conciencia y del ser, podrían ser experimentados en el lugar donde cesa el movimiento de la respiración. En otras palabras, en la quietud del Kumbhaka.
En el mundo moderno siempre hay algo que conseguir. La mayoría de nosotros hacemos cosas con una finalidad en mente y por ello muchas veces nos olvidamos de disfrutar el camino. Bajo mi experiencia, es fácil que eso pueda pasar también en la práctica de yoga o pranayama.
En el caso de la práctica de Kumbhaka, para lograr mantenernos más tiempo sin respirar, a veces nos forzamos de más e incluso se llega a sentir ansiedad. Pero de nuevo, Kumbhaka no es algo que debamos lograr, como dicen los yoguis, Kumbhaka allí está y estará siempre, pues es un lugar que habita en nosotros.
Por lo tanto, te invito a que la próxima vez que practiques esta técnica, cambies el concepto, de algo que lograr a algo donde estar, e incluso un lugar donde descansar. Hazlo sin forzar tiempos, hazlo escuchando tus ritmos y necesidades en el momento. No importa que solo llegue a ese espacio un segundo si ese segundo es pleno y consciente. Sigue respirando y sigue relajándote sin expectativas; permite que sea un proceso natural, permite que sea tu proceso. Habrá días en los que será más fácil y otros en los que quizás resistirás más, pues no siempre estamos igual. Sea como sea, muévete con tu intuición, muévete suave y consciente, muévete con apertura y curiosidad. Y recuerda sentir el camino y habitar plenamente el lugar. Tu lugar.