La diferencia entre una sesión terapéutica de yoga y una clase de yoga

Si bien el yoga es una práctica terapéutica, hay diferencias significativas entre un profesor y un terapeuta, como también entre una clase y una sesión terapéutica de yoga. Tener estas diferencias claras es una gran ayuda tanto para el maestro o terapeuta como para el paciente o estudiante.

Veamos estas diferencias desde cada perspectiva: estudiante, paciente, profesor, terapeuta y, además, lo que distingue una clase de una sesión terapéutica de yoga.

El estudiante de yoga

Hay varias razones por las cuales un estudiante asiste a una clase de yoga o comienza un profesorado de yoga. Para tomar una decisión acertada, lo primero que hay que analizar es el objetivo: ¿aprender yoga? ¿instruirse sobre esta disciplina? ¿o un fin terapéutico?

El yoga brinda las herramientas necesarias para un proceso de descubrimiento y desarrollo de la persona, guiando a los practicantes a la autorrealización. Sin embargo, el público general todavía lo ve como un sistema de ejercicios.

Los estudiantes generalmente asisten a una clase de yoga para ejercitarse con un grupo de personas que piensa de manera similar. Pero los que llegan a comprender que el yoga es más que un ejercicio, optan por asistir a una instrucción completa para explorar todos sus aspectos, como pranayama o meditación.

Independientemente de los objetivos de cada estudiante, los beneficios del aprendizaje y la práctica de esta disciplina están al alcance de todos.

El paciente de la terapia de yoga

Cuando las personas buscan un terapeuta o un grupo terapéutico, no quieren aprender yoga: están buscando ayuda para aliviar algún síntoma o problema de salud que les preocupa.

En estos casos, la terapia se enfoca en la condición del paciente y en enseñarle cómo las técnicas de yoga pueden ayudarle, en vez de instruirlo en las técnicas y métodos de la práctica de yoga.

El profesor de yoga

Existen diferencias sustanciales entre los estilos de enseñanza de yoga.

Algunos profesores se enfocan sobre todo en la instrucción, guiando a los estudiantes en sus prácticas y ayudándolos a hacerla correctamente. Pueden enseñar desde asana a pranayama y hasta meditación pero, básicamente, los instructores con este estilo de enseñanza será quienes guíen a los estudiantes en su práctica.

Otros maestros buscan educar a sus alumnos en la práctica en lugar de guiarla. Este estilo de educación empodera a la persona y la lleva a crear su propia experiencia, ya sea practicando solo o en un grupo.

En cualquiera de los casos, los buenos maestros son capaces de elegir las prácticas que coincidan con los intereses y habilidades de sus estudiantes. Ya sea que el estilo sea instructivo o educativo, se enfocan en enseñar los diferentes métodos de forma correcta y apropiada.

El terapeuta de yoga

En lugar de enfocarse en métodos y prácticas de yoga, los terapeutas se centran en las necesidades de sus pacientes. Su trabajo es comprender por qué han ido a la consultar e identificar qué pueden hacer para ayudarlos.

Los terapeutas están entrenados para asesorar a sus pacientes mediante la escucha, las preguntas, la observación y el contacto. Estos profesionales buscan la manera de ayudar a sus pacientes a reducir o manejar sus síntomas, mejorando su actividad y ayudándolos con su actitud ante sus condiciones de salud. Luego de asesorarlos, establecen metas adecuadas, desarrollan una práctica de intervención y luego les enseñan a sus pacientes cómo realizar la práctica.

En este sentido, los terapeutas eligen las técnicas de yoga en función a los beneficios que puedan aportar a sus pacientes. En lugar de enfocarse en métodos de yoga y prácticas, los terapeutas se centran en las necesidades de sus pacientes.

La clase de yoga

Los maestros de yoga ofrecen una variedad de clases, ya sea individuales o para grupos de personas con condiciones específicas, por ejemplo, yoga para embarazadas, para cardíacos o para pacientes que se recuperan de un cáncer.

En este tipo de clases, un buen maestro debe aprender lo que es adecuado para sus alumnos y lo que está contraindicado, para luego aplicarlo en clase mientras enseñan la disciplina. El objetivo es enseñarle a los estudiantes cómo practicar yoga según sus condiciones particulares de salud.

La sesión terapéutica de yoga

En una sesión terapéutica de yoga la intención es diferente si se enfoca en una sola persona o en un grupo con condiciones especiales.

Después de entender y evaluar las condiciones, los terapeutas se enfocan en los síntomas específicos que aquejan a sus pacientes, identificando métodos para gestionar el dolor, la fatiga y el insomnio.

Además, el rol del terapeuta es empoderar a los pacientes para tener un rol más activo en su cuidado personal. Está menos enfocado en la enseñanza de técnicas de yoga y más centrado en ayudar a la persona a superar sus desafíos y a ganar independencia. Por lo tanto, el trabajo del terapeuta tiene un foco y un aprendizaje diferente y requiere de distintas habilidades.

Independientemente del tipo de sesión de yoga al que asistan, los practicantes hablan de los grandes beneficios del yoga, incluso curativos. Esto sucede porque el yoga tiene un potencial terapéutico inherente, aunque no deben perderse de vista las diferencias que existen entre una clase y una sesión terapéutica.

Si bien las diferencias pueden parecer sutiles, es importante que el estudiante y el paciente terapéutico determinen sus objetivos cuando buscan a un profesional del yoga. También es importante que los profesionales —maestros o terapeutas— sean claros sobre su propia intención y la orientación de su trabajo, honestos sobre el nivel de entrenamiento y entendimiento de la disciplina y realistas sobre sus habilidades.

Tanto la enseñanza del yoga como la terapia son profesiones valiosas y valoradas, pero son diferentes. Es importante que nosotros, como comunidad de yoga, tengamos claras estas diferencias.

Este artículo apareció originalmente en el International Journal of Yoga Therapy - Nro. 24 (2014). Publicado con autorización.