Tu naturaleza interna es profundamente relajada. Esto puede sorprenderte, ya que la experiencia parece demostrar lo contrario. Frecuentemente en nuestra vida diaria, parecen estar ausentes las características básicas de una relajación profunda – pureza, contento y estabilidad interna. Aún más, parece poco probable que unos simples métodos de relajación del yoga puedan despertar esas cualidades en nosotros. ¿Es verdad que sólo unos minutos de reposo pueden conectarnos con las capas más profundas de nuestro ser?
Para contestar esta pregunta necesitaremos reflexionar en qué es lo que intentamos lograr cuando nos relajamos. Quizá pienses en la relajación como una práctica para reducir el estrés, un momento de descanso al final de una clase de posturas de yoga o algo que hay que hacer cuando estás cansado. La verdadera práctica de relajación en la tradición del yoga es mucho más que eso. En realidad ¿Qué significa relajación en realidad? Significa traerte de vuelta a tu propio hogar. No significa quedarte dormido o hacer algo entretenido. La relajación en yoga es más que sobreponerse del cansancio de todos los días. Eso lo puedes hacer fácilmente con sentarte por algunos minutos, salir al fresco, tomar una siesta, tomar una taza de té, o lavar tu cara. El punto es, los niveles superficiales de cansancio pueden aliviarse con métodos simples. Lo que estamos considerando aquí es un nivel de relajación mucho más profunda.
En realidad, ¿qué significa relajación?? Significa traerte de vuelta a tu propio hogar.
Imagínate cómo te sentirías al llegar a casa después de manejar en medio de una tormenta de nieve. Los caminos estaban congelados, el coche se derrapaba y se resbalaba hacia los lados, no podías ver, todo estaba completamente blanco. Tuviste que pasar al lado de camiones de 18 ruedas que estaban en la cuneta. ¡Estabas tan ansioso y estresado! Finalmente llegas a casa. Tu familia está muy contenta de verte y te sirven un té caliente y galletas. Estás seguro y abrigado. Te sientes aliviado. La tensión y el estrés causados por el trayecto tan espantoso empiezan a desaparecer. Eso es exactamente lo que pasa cuando la mente y sus facultades regresan a casa. Automáticamente te sientes en un estado de relajación. ¡Qué alivio! Las preocupaciones de tu mente desaparecen. Te sientes tan cómodo. A eso se le llama relajación. Es una condición del cuerpo, respiración, mente y alma combinados.
Si estar relajados es nuestro estado natural innato, ¿Cómo es que lo perdemos tan fácilmente? ¿Cómo es posible que nos alejemos tanto de casa? En la tradición del yoga, se dice que vikshepa es aquello que nos aleja de nuestro estado relajado. Traducido libremente, vikshepa significa distracción, pero en realidad es más que eso. Vikshepa implica que alguna fuerza se apodera de la mente y la arroja. Es vikshepa lo que impulsa a una flecha que ha sido lanzada al aire. La pobre flecha no puede decidir donde caerá. Hay cosas que nos agarran y nos lanzan fuera de nosotros mismo. Algunas veces estamos conscientes de que eso está sucediendo, otras no.
Es un proceso misterioso – podemos ser lanzados a un contenedor de basura, a un río, o a la cima de una mina de oro. En cualquier caso, no nos damos cuenta de lo que ha sucedido. Supongamos que consigues un trabajo en General Motors con un salario de un millón de dólares. Haces un gran esfuerzo para conservar tu dinero, hacerlo crecer y para que tus amigos y colegas se enteren de que tu fortuna está creciendo más rápido que ninguna otra en todo el planeta. De lo que quizá no te des cuenta es de la cantidad de esfuerzo al que sometes a tu cuerpo, mente y sentidos en ese proceso. Ya sea que estés consciente o no, todo tu ser sufre por ese esfuerzo. Tu vida está llena de estrés y tú estás estresado, ya sea que te des cuenta o no.
Para liberarte de todo ese estrés debes trabajar de una manera consciente y metódica. No importa de qué manera, hasta dónde o hasta qué grado te hayas dejado llevar, puedes traerte de regreso.
Debes traerte de vuelta a casa, no importa el nivel de estrés que tengas o en qué te hayas involucrado. Puedes hacer eso por medio de la práctica de pratyahara, lo opuesto de vikshepa (el proceso que te tomó, te lanzó al aire y estrelló contra el piso con tanta fuerza).
Pratyahara requiere que veas cómo que tu mente y tus sentidos se enredaron y se involucraron tanto. Entonces puedes recuperarlos y amablemente llevarlos hacía ti. Esto es pratyahara – un “volver a casa” espiritual.
“Aquel que es capaz de apartar sus sentidos de los objetos, tal como una tortuga retrae sus extremidades dentro del caparazón, se mantiene firme en la sabiduría”, dice el Bhagavad Gita. Como una tortuga, que lleva su cabeza y sus extremidades hacia su casa, tú te retraes de los objetos de los sentidos y de las partes confundidas de tu mente.
¿Entonces qué sucede? Que la virtud y la brillantez de tu alma se establecerán dentro de su propia morada – ese es el significado cuando se dice que el alma mora en sí misma. Todo encontrará su justo lugar. En lugar de estar siguiéndolos, ellos te seguirán a ti. Tú eres vasto, y aun así no sabes cuanto espacio tienes para el honor y el insulto, para el éxito y el fracaso, para el amor y el odio. Cuando practiques pratyahara, todo encontrará su justo lugar en la vasta extensión de tu consciencia, sin ser una carga para ti.
Esta es la teoría detrás del rango de prácticas de pratyahara. Pero empecemos un paso a la vez. El primer paso es muy sencillo: simplemente toma la decisión de soltar tus cargas y empezar el viaje a casa. Toma la decisión de reclamar tu hermoso ser – tu cuerpo; tu mente tranquila, clara y calmada; y el centro de tu ser que es intrínsecamente pacífico.
Entonces haz acopio de toda tu fuerza de voluntad y determinación. Este es tu sankalpa, tu poder de decisión y determinación, que llenarán de vida a tu práctica de relajación. Sin eso, aunque hayas hecho un propósito, lo habrás olvidado para la segunda semana. Así que toma una decisión. Pero al hacerlo, recuérdate que las toxinas en tu cuerpo, la negatividad en tu mente, la rigidez de esa armadura que llevas sobre tu cuerpo y tu alma, tardaron muchos años en formarse. No se crearon en un día. Por lo tanto, necesitas un proceso sistemático para deshacerlos. Recuérdate que te tomó 30 años tener una espalda baja tan rígida. Te tomó 50 años desarrollar artritis en tus rodillas. Te tomó 40 años llegar a ser tan obstinado y rígido en tus criterios y opiniones. Y te tomó 30 años desarrollar callos en tu tierno corazón. Todo esto no puede deshacerse en las próximas semanas o en los próximos meses, así que no te desanimes. Ten paciencia.
En el preciso momento en que tomas la decisión de relajarte, el cuerpo empieza a secretar hormonas saludables y a mandar mensajes positivos a cada célula, extremidad y órgano. Así como a la clorofila que está en la hoja de una planta le toma una millonésima de segundo volverse activa al contacto con los rayos del sol, así sucede cuando te decides a relajarte, con toda la intención y respeto por ti mismo. En ese momento, los centros vitales en ti, incluyendo los chakras y los aspectos más diminutos de tu cuerpo y mente, recibirán el mensaje. Sucederá instantáneamente. La relajación no es el mero acto de recostarse. Algo está sucediendo a un nivel muy profundo. Tu cuerpo se está reencontrando con tu respiración y tu mente.
La relajación no es el mero acto de recostarse. Algo está sucediendo a un nivel muy profundo. Tu cuerpo se está reencontrando con tu respiración y tu mente.
La respiración y la mente son como las mejores amigas. Las escrituras describen a la respiración como a la abeja reina, mientras que las fuerzas del cuerpo, los sentidos y la mente son representados como las abejas obreras. Cuando la abeja reina se sienta, las obreras se reunen a su alrededor. Cuando la reina vuela, las obreras vuelan con ella. De la misma manera, donde sea que esté tu respiración, ahí estará tu mente. La consciencia de tu respiración crea consciencia del flujo de vitalidad dentro de tí. Con la ayuda de la respiración, la mente puede visitar todos los rincones de tu ser. Y cuando la respiración y la mente están juntas en este viaje, todas las otras fuerzas de tu cuerpo inmediatamente se vuelven activas, llenas de dicha y felicidad. La consciencia de la respiración es la verdadera fuente de relajación.
Para ponerlo de una manera un poco diferente: cuando un huésped muy importante llega a tu casa, espontáneamente te levantas de tu sofá para ofrecerle un asiento. “Pasa por favor, siéntate por favor”, le pides. La respuesta del cuerpo a la presencia de la consciencia de la respiración es algo parecido. Tus riñones, vejiga, colon, órganos reproductores y tu cuerpo entero le dan a la mente y a la respiración un lugar de honor. Cada órgano de cada sistema está feliz de contar con la presencia de la consciencia de la respiración. Esta es lo hermoso de regresar a casa durante la relajación.
La relajación es el proceso de limpiar, desbloquear y descongestionar tu cuerpo y tu mente. Se empiezan a despejar los espacios que una vez ocuparon los desequilibrios fisiológicos y psicológicos.
Cuando realmente te has relajado, tu sangre circula más libremente, dando como resultado una menor opresión en los vasos sanguíneos. Así, durante la relajación, las extremidades y los órganos no sólo se limpian, sino que también se alimentan y se nutren. Todo esto es posible cuando la mente y la respiración se mueven en armonía dentro del cuerpo.
Desafortunadamente la mente ha formado el hábito de ir de un lugar a otro involuntariamente. Va de aquí para allá. Aunque la respiración es la mejor amiga de la mente, por costumbre la mente viaja a todos lados. Así que debes educar a tu mente de una manera sistemática y metódica.
Para controlar tu mente enséñala a visitar los centros de energía vital (los chakras y los puntos marma) en el cuerpo uno por uno. Estos centros vitales no son entidades fisiológicas con forma exacta que puedas imaginar en tu mente. Son pura energía, no objetos con forma, color o tamaño. Ninguno de estos centros de energía vital son exactamente como los describen en los libros. Sentirlos es cuestión de pura intuición. Con el tiempo aprenderás a discernir la presencia de esos centros de energía. La técnica de traer 61 de esos centros vitales a la consciencia es una práctica conocida como la relajación de los 61 puntos. Encontrarás esta práctica en la sección de prácticas de relajación, pero primero examinemos algunas consideraciones prácticas.
Para empezar, elige una hora en la cual puedas practicar. La mejor hora es cuando ya has ido al baño, tu colon está vacío y te has cepillado los dientes, enjuagado la boca y lavado la cara. Escoge una hora en la que no estés cansado. Normalmente, la mejor hora para practicar es en la mañana, porque estás descansado y tu sistema digestivo está vacío.
Empieza haciendo estiramientos suaves. No te esfuerces demasiado, sólo libérate de la rigidez que se acumula durante la noche. Luego recuéstate sobre la espalda. Escoge un espacio limpio y tranquilo con una superficie que no sea muy dura ni muy blanda – un suelo con alfombra está bien. Si el piso es duro, recuéstate sobre una cobija.
Necesitarás una almohada para tu cabeza y cuello. El tamaño debe ser justo lo suficiente para darle soporte al contorno de tu cuello y a la parte posterior de tu cabeza. La almohada distribuye el peso de tu cabeza y evita que se genere tensión. Debe ser suave, pero no demasiado. Las que tienen relleno de algodón son las mejores; dan forma y soporte y pueden acomodarse al contorno de tu cuello.
Después, aunque la temperatura del cuarto se sienta cómoda, cubre tu cuerpo con una cobija o una manta. Durante la relajación la temperatura del cuerpo baja y te puede dar frío.
Disminuye las luces y trata de alejarte de estimulantes sensoriales, aunque parezcan muy relajantes. Estás tratando de descansar los sentidos, por lo cual cosas como música y almohaditas aromáticas van contra el propósito básico de la relajación. Tu intención es llevar la atención hacia ti mismo y lejos de aromas, imágenes y sonidos. Estás tratando de alejar tu mente de sensaciones, apegos emocionales, pensamientos sobre el fracaso o el éxito, insultos u honor – ya que precisamente esas son las cosas que atrapan a la mente.
Estás tratando de descansar los sentidos, por lo cual cosas como música y almohaditas aromáticas van contra el propósito básico de la relajación.
Tendido sobre tu espalda, pon tus brazos y piernas en una posición natural. Lleva tus omoplatos ligeramente hacia abajo para que tus brazos descansen cómodamente en el suelo, separados un poco de tu tronco. Lleva tus palmas hacia arriba y suaviza los dedos y las palmas de tus manos. La posición exacta de tus brazos y manos es una cuestión individual y dependerá de la estructura de tus hombros, el tono de los músculos y de lo gruesos que sean tus brazos. Lo mismo con tus piernas y pies. Separa tus pies una distancia de 25 a 40 cm, dependiendo de la estructura de tu cadera, pelvis y muslos, y de la comodidad de tu espalda baja. Deja descansar tus piernas y suelta tus pies a los lados.
El siguiente paso es prestar atención a tu respiración, esto abrirá automáticamente la puerta de tu interior y le permitirá a tu mente entrar a su propia casa y descansar. Por un par de minutos, presta atención al suave subir y bajar de tu abdomen con la inhalación y la exhalación. Nota si tu respiración es ruidosa, con saltos, o irregular. Suaviza tu respiración y libera cualquier tensión en tu pecho y garganta. Usando tu diafragma, (el músculo que facilita la respiración) respira profunda y suavemente y permite a tu respiración fluir en un ciclo continuo. La inhalación llega inmediatamente después de la exhalación y la exhalación llega inmediatamente después de la inhalación, no hay pausa entre las respiraciones. Si respiras de esta manera, tu mente automáticamente se centrará.
Usando tu diafragma (el músculo que facilita la respiración) respira profunda y suavemente y permite a tu respiración fluir en un ciclo continuo. La inhalación llega inmediatamente después de la exhalación y la exhalación llega inmediatamente después de la inhalación, no hay pausa entre las respiraciones.
Ahora estás listo para centrar tu consciencia de la respiración sistemáticamente en cada uno de los 61 puntos del cuerpo. Empieza en el punto que está entre tus cejas y mueve tu atención sistemáticamente por los centros de energía principales del torso y las extremidades, regresando al punto entre las cejas para completar los 61 puntos.. En este recorrido por tu cuerpo, inhala y exhala una vez en cada punto, para que la práctica completa contenga 61 respiraciones.
Finaliza la práctica manteniendo tu atención en el punto entre tus cejas y siente la respiración simultáneamente en los 61 puntos. Descansa durante varias respiraciones. Luego respira un poco más profundo, suavemente mueve los dedos de tus manos y pies, dobla las rodillas y llévalas a tu pecho, gira hacia tu costado izquierdo. Respira ahí una o dos veces antes de sentarte. Con una práctica constante, aumentará tu sensibilidad hacia tu respiración y tu mente se familiarizará profundamente con tu cuerpo. Si quieres una relajación aún más profunda, puedes tomar dos o tres respiraciones en cada punto. Por ejemplo, respirando dos veces en cada punto, da un total de 122 respiraciones en toda la práctica.
Durante las primeras semanas, es posible que te quedes dormido y no puedas completar la práctica. Descubrirás que tu cuerpo está cansado, tu mente es lenta y tu respiración está mal entrenada. Estos problemas dificultan cosechar los grandes beneficios de la relajación yóguica. ¡Lo que quieres es dormir! Sin embargo, poco a poco te fortalecerás. Entonces empezarás a darte cuenta cómo esta gozosa práctica puede hacerse aún más profunda, penetrando los profundos espacios de tu cuerpo sutil, el sukshma sharira, y guiándote hacia tu hogar interior.
Los centros de energía son lugares donde se cruzan las corrientes sutiles de energía de vida (o nadis) dentro de nuestro cuerpo. Hay un número muy grande de corrientes y centros de energía en el cuerpo; cada uno tiene atributos y características únicas. Uno puede conducir energía en la forma de amor, mientras otros pueden ser en la forma de compasión, odio, enojo o perdón. Cada nadi es como un vehículo diseñando para transportar un tipo específico de pensamiento o sentimiento, un tipo de energía único. La unión o el cruce de dos o más corrientes de energía dan como resultado un centro de energía. El cuerpo humano contiene millones de ellos. De acuerdo a las escrituras, hay tantos centros de energía en el cuerpo como estrellas, planetas y partículas de polvo en el universo entero – una ecuación perfecta entre el individuo y el cosmos.
La tradición del yoga ha identificado varios tipos de centros de energía: sandhis (uniones sencillas), puntos marma (centros de energía secundarios), y chakras (centros de energía mayores). Puedes trabajar con cada uno de estos centros en tu vida diaria con las prácticas del yoga.
Considera el ejemplo de un río: en el punto donde hay una curva o cambia de dirección o se junta con otra corriente, puede que su velocidad disminuya, que se estanque o que acumule sedimentos. Este proceso de sedimentación tiene muchas consecuencias negativas. Los nadis (corrientes de energía dentro de nosotros) sufren transformaciones similares. La relajación y otras prácticas del yoga nos ayudan a remover estos sedimentos y abrir el flujo de energía de estos canales. Al desalojar las impurezas que se esconden dentro de nosotros, mejoramos nuestra salud y bienestar.