La Psicología del Yoga

Para poder comenzar con éste artículo es necesario definir qué es Yoga, y voy a referirme a la definición de Patanjali que da en el Yoga Sutras y establece que yoga es la cesación de las modificaciones de la mente (yogas chitta vritti nirodhah).

Para la cesación de estas fluctuaciones es necesario un conjunto de técnicas aplicadas al desarrollo integral del SER a nivel físico, mental y espiritual.

Desde la utilización de estas técnicas y actitudes podremos hacer posible el estado de UNIÓN (Yoga).

El yoga es un vasto tesoro de técnicas que tienen un efecto beneficioso sobre el cuerpo físico, el cuerpo energético, la mente, las emociones, nuestros estados intelectuales y sentimentales, que conducen al descubrimiento de nuestros potenciales latentes.

Los primeros psicólogos han sido los antiguos yoguis de la India que mediante diferentes técnicas de prácticas meditativas lograban alcanzar una mente más clara, más serena y más concentrada. Esta mente estaba lejos de la mente reactiva que suele viajar al pasado o hacia el futuro, llena de dispersión, confusión, agitación o apego a pensamientos destructivos.

Cultivar una mente lo suficientemente limpia y en quietud, lejos de las fluctuaciones mentales para poder conectar con nuestra paz interior, nos permite entrever lo que en realidad somos, que nada tiene que ver con la identificación de nuestros procesos mentales y nuestro ego. Esto es lo que el yoga nos muestra.

Estas prácticas no sólo nos servirán para aquietar nuestra mente, sino también para ser observadores de nuestros propios comportamientos hacia nosotros mismos y hacia los demás. De alguna manera, nos permitirá ser nuestros propios psicólogos para poder detectar comportamientos dañinos o insanos y actuar desde ahí.

Cómo percibimos nuestro mundo, cómo pensamos, cómo son nuestras emociones y nuestros comportamientos depende de cada uno de nosotros. Estos son únicos y ayudan a determinar la manera de cómo interactuamos en el mundo de una forma u otra.

La práctica del yoga nos permite desarrollar una armonía que ocurre en muchos planos de nuestro ser. Según la tradición yóguica, la evolución es un proceso sistemático mediante el cual aprendemos a armonizarnos.

En la psicología del yoga tenemos un método de varios niveles para observarnos a nosotros mismos y que nos ayuda a armonizarnos llamados Pancha Maya Koshas y por sobre todo nos dan el panorama completo de nuestro Ser.

El marco humano se compone de cinco cuerpos o envolturas del Ser, que representan los diferentes aspectos o dimensiones de la existencia humana: Annamaya Kosha (el cuerpo material), Manomaya Kosha (el cuerpo mental), Pranamaya Kosha (el cuerpo de la energía vital), Vijnanamaya Kosha (el cuerpo psíquico o mental superior) y Anandamaya Kosha (el cuerpo trascendental). Todas estas envolturas se ven afectadas por las prácticas de yoga. Si focalizamos en uno de los koshas, ​​el efecto se extenderá hacia los demás. Sin embargo, algunas prácticas, y de hecho estilos de vida, son más específicos para ciertos koshas.

En resumen, las posturas son para el cuerpo físico, los pranayamas son para el cuerpo energético y el grupo de meditación es para el grupo mental de koshas.

Para llevar esto al plano más de la acción, Patanjali describió claramente las formas en que podemos tratar con la mente humana: observando la forma en que vivimos nuestra vida personal, la calidad de nuestras relaciones con otras personas, las actividades físicas que realizamos y las prácticas de meditación que eliminan las perturbaciones de la conciencia y nos lleva a realizar nuestro mayor potencial.

Existe una diversidad de prácticas que nos permiten ir hacia la armonización, hacia el cese de las fluctuaciones mentales y todas dentro del ámbito del yoga: asanas (posturas), shatkarmas (prácticas de limpieza), pranayamas (prácticas de respiración), mudras y bandhas (gestos físicos y bloqueos), pratyahara (llevar los sentidos hacia adentro), dharana, dhyana y samadhi (meditación), estilos de vida (por ejemplo la sencillez en nuestra vida, la eficiencia, la moderación y  la consciencia de lo que comemos).

Las prácticas físicas armonizan los sistemas endocrino, neurológico e inmunológico y las prácticas de meditación armonizan nuestras percepciones, pensamientos, emocionales y comportamientos.

También es importante observar la calidad de nuestro consumo mental y emocional, especialmente de las personas que nos rodean en nuestro día a día y de los medios de comunicación, entre otros son claves para nuestro bienestar y por ende nuestros estados de armonía.

Además, podemos incluir las diferentes sendas del yoga hacia el camino de nuestra armonización: 

• El Karma yoga es la forma de vivir y trabajar para los demás y el mundo, con desprendimiento de las expectativas personales y los frutos de nuestro esfuerzo, con la máxima conciencia, concentración y absorción en la tarea que nos ocupa.

• El Raja yoga a través de los yamas y niyamas genera un efecto en nuestra paz mental a partir de buenas relaciones éticas con los demás y del cuidado de nuestro propio bienestar.

• El Jnana yoga es el yoga de la evolución de nuestro conocimiento y la expansión de nuestra comprensión sobre la realidad.

• El Bhakti Yoga es el yoga de la devoción, el proceso de expresar nuestras emociones en devoción a lo divino y al servicio de los demás.

Para poder llegar a este cese de las fluctuaciones debemos utilizar una combinación de muchas partes del sistema detalladas anteriormente.

La práctica del yoga son prácticas psico espirituales de autodisciplina que acompañan el camino de transformación personal ayudando a aliviar el sufrimiento en la condición humana.

Si queres acompañar este texto con una  práctica meditativa te invito a ir a la meditación: Pancha Maya Koshas