He leído tantos libros y artículos sobre cómo garantizar la seguridad de un estudiante de yoga de mediana edad que ya no puedo leer ni uno más.
Por supuesto, necesitamos ser cuidadosos. No estoy diciendo que hagamos las cosas a lo loco y nos lastimemos. Pero, muchas veces, lo que necesita una persona de mediana edad tiene poco que ver con un estiramiento suave.
Para comenzar, incluso más que la respiración o las asanas, los yoguis de mediana edad necesitan amigos. También necesitan sentir que son más, no menos, y que necesitan volver a descubrir su rebeldía interior. En las clases de yoga de hoy en día sus almas necesitan tanta atención como sus cuerpos.
El aislamiento social —y la depresión y la ansiedad que este acarrea— aflige a la generación más grande como ninguna otra cosa. Los teléfonos celulares y el acceso a internet nos han dejado más solos, no menos. La confianza en que las redes sociales nos pueden proveer la interacción social ha creado quizás a las personas más solitarias de la historia.
De hecho, el aislamiento social puede convertirse en el nuevo tabaquismo. Se ha demostrado que la soledad conduce a una disminución en la salud mental, física y espiritual, según un estudio del National Institutes of Health (EEUU) del 2015. Por su parte, la doctora Alexis Abramson, autora de The Ultimate 50+ Fact Book (Vive tus mejores años a partir de los 50), cuenta en su libro que una persona requiere un mínimo de 13 abrazos o toques físicos por día para considerarse saludable. Pese a todos esos datos, al escribir con Desirée Rumbaugh nuestro nuevo libro Fearless After Fifty: How to Thrive with Grace, Grit and Yoga (Vivir sin miedo después de los 50: Cómo vivir con gracia, trabajo duro y yoga), descubrimos que muchas personas mayores pasan semanas enteras sin tener contacto físico con otro ser humano.
Para desarrollarse de forma sana, los yoguis de más edad necesitamos amigos y comunidades que nos respalden. Necesitamos saber que no estamos solos en las trincheras. Necesitamos amigos que nos ayuden a continuar en nuestros tapetes de yoga con empatía y aliento. Ellos nos mantienen en marcha.
Los yoguis de mediana edad ya están asustados. Créanme cuando digo que es desconcertante ir perdiendo tus capacidades. Nosotros necesitamos escuchar: "Puedes hacer esto". En lugar de eso, con mucha frecuencia escuchamos: "No hagas esto a tu edad".
No estoy diciendo que debemos ser imprudentes, de ninguna manera. Lo que digo es que deberíamos animarnos. Nunca, pero nunca, deberíamos detenernos por lo que otra persona piense que podemos o no podemos hacer. Ni tampoco encasillarnos en cierto tipo de práctica por nuestra edad. Al contrario, deberíamos animarnos a realizar una práctica más profunda, más segura y más fuerte, la práctica que podamos manejar según nuestra salud física, a cualquier edad.
El yoga es la fuente de la juventud. Un cuerpo flexible y fuerte conduce a un espíritu resiliente. Si un yogui mayor se siente vivo en su cuerpo, redescubrirá su rebeldía interior.
Si bien hay un momento y lugar para el yoga suave (y créanme, lo hago regularmente), si es lo único que haces, con el tiempo perderás tus músculos y hasta tu valentía.
Para conservar la fuerza, los mayores necesitamos trabajar el doble que cuando éramos jóvenes. Nuestros músculos y tendones mantienen a nuestros huesos intactos, por lo tanto, fortalecerlos no solo ayuda a proteger esos huesos sino que también mantiene nuestro metabolismo encendido. Deberíamos animarnos a usar toda la energía muscular que podamos reunir e intentar, cuando nos atrevamos, las posturas de equilibrio en brazos e inversiones.
Aquí tienes una lista de ideas:
Estas son algunas propuestas para crear un ambiente acogedor para algunos de los 14 millones de yoguis con más de 50 años.
Crea un área para sentarse, ofrece té y anima a los estudiantes a pasar el rato después de las clases.
Sé cuidadoso al invitar a tus estudiantes a participar en retiros. Por ejemplo, acampar en una cabaña ecológica sin agua corriente no es una buena idea para alguien que debe tomar medicamentos por la noche.
Ofrece un descuento. Muchos estudios de yoga ofrecen descuentos para estudiantes mayores de 55 años, pero si es viable para ti, ofrece un descuento a partir de los 50 años.
Cuenta con maestros de mediana edad. No hay nada más deprimente para una persona de mayor que una voz de veinte años diciéndole: "Puedes hacerlo", cuando sabes que no comprende tu cuerpo ni tus necesidades físicas.
Promueve la fuerza en este grupo de edad. Pídeles que activen sus músculos, hagan equilibrio aún cuando prefieren no hacerlo y que intenten posturas de equilibrio en los brazos
Los adultos mayores queremos caminar con orgullo. Queremos sentir la confianza de nuestra juventud junto a la gracia ganada con la edad. Los estudios de yoga pueden ayudarnos con sus prácticas y su buena compañía.