MARIA LUISA CHEA Y SUS PASOS POR EL YOGA

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Hace más de treinta años tomé mis primeras clases de yoga. Era bailarina de danza contemporánea y tomé las clases en un estudio de ballet en NY. Fue amor a primera clase. Lo que más me atrajo fue la mirada hacia el interior, la conciencia de la respiración y la sensación de profundidad que experimenté. Había descubierto algo que no había experimentado antes y supe que tenía que conocer más. Esas primeras clases no fueron de un estilo de yoga tradicional, el maestro las llamaba American Yoga y eran dirigidas a bailarines y actores, pero a través de ellas intuí que había más, que había una potencialidad para la profundización y esto me llevó a preguntar y el maestro me guió hacia la la meditación budista.

En esa época vivía en República Dominicana, y durante varios años volví a NY a estudiar con el  maestro. Lamentablemente mi maestro se fue temprano de este mundo, integré lo aprendido al entrenamiento que daba a mis estudiantes de danza y además de practicarlo, también lo comencé a enseñar. Entonces comencé a leer libros de yoga y a practicar a partir de los libros. Siempre he sido muy investigadora y autodidacta. Me gusta mucho aprender cosas nuevas, ponerlas en práctica y luego enseñarlas.

Unos cuantos años más adelante, unas cuantas vueltas de la vida, y viviendo en Miami, comencé de nuevo a tomar clases de yoga. No pasó mucho tiempo antes que supiera que me formaría como maestra de yoga.  Durante siete años tuve los Yoga Sutra de Patanjali en mi mesa de noche, hasta que finalmente se dieron las condiciones para hacer la formación.

¿De qué estilo de yoga, tradición y / o linaje eres? (Si es que lo eres)

No me cabe la menor duda de que lo que nosotros estamos buscando también nos busca a nosotros.  Estaba ya registrada en un programa de formación que no estaba ligado a ninguna tradición, pero ese no era el que me correspondía. El que me correspondía era el que me pondría en contacto con los maestros del Himalayan Institute. En ellos sentí lo que era encarnar y vivir las enseñanzas del yoga. Aunque me identifico mucho con la actividad física, la filosofía del yoga es lo que ha sido verdaderamente transformador para mi.

Al terminar la formación de 200 horas decidí ir al Himalayan Institute por 10 días al programa de auto transformación que tenían en ese momento. Ahí sentí que había encontrado mi hogar espiritual. Eso fue en el 2010. En esa ocasión fui iniciada a la tradición Sri Vidya y continué mis estudios de yoga y ayurveda en el instituto, para certificarme como maestra de yoga a 500 horas y como Ayurvedic Health Counselor. Desde entonces no he dejado de estudiar en el instituto. Recientemente completé la certificación como maestra de Vishoka Meditation. Pertenecer a una tradición viva, con un maestro vivo, me hace sentir que estoy conectada directamente con la sabiduría milenaria del yoga y con la experiencia colectiva de todos los maestros que nos han precedido.

¿Qué podemos encontrar en tus clases de Yoga International?

En mis clases de yoga combino las posturas con la conciencia de la respiración, siempre atenta a la alineación correcta del cuerpo. Mi intención es llevar al practicante a una experiencia interna de la postura  para contribuir al proceso de integración del ser y al mismo tiempo lograr una práctica físicamente sostenible. En cada una de mis prácticas incluyo una relajación profunda, un sello inconfundible de la tradición Himalaya.

¿Qué piensas hoy en día sobre el yoga?

Hoy en día el yoga tiene muchas vertientes. Y eso no está bien porque lo hace accesible a muchas personas. Yo soy muy tradicionalista. Para mi el yoga es un camino de vida que nos acoge en toda nuestra dimensión. En el yoga caminamos con todo nuestro ser, no dejamos ninguna parte atrás. Cada uno a nuestro propio paso y sin apuros, vamos refinando nuestra identidad a lo largo de toda nuestra vida, para acercarnos cada vez más a nuestra esencia verdadera:  trabajando el cuerpo para hacerlo más sano y nos pueda acompañar en el camino; trabajando la respiración para acceder a las profundidades de nuestra mente; y trabajando con nuestra mente para conocer y superar nuestros apegos.

¿Qué te gusta hacer además de yoga?

Al cabo de los años me he dado cuenta que mi dharma es enseñar. Pero soy mucho más que maestra. Soy madre, abuela y bisabuela y me da mucho gozo compartir en familia. También me gusta mucho el mar, montar bicicleta, y mi primer amor, la danza. Soy eterna estudiante. Siempre hay algo nuevo que quiero aprender.

Acerca del Maestro

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Maria-Luisa Chea
María Luisa Chea, ERYT 500; AHC Con entusiasmo y dedicación, Maria Luisa comparte los conocimientos recibidos... Leer más