Marian González García- Mindfulness y yoga

Soy una persona apasionada por comprender la mente y la vida. Desde muy pequeña sentía una profunda inquietud por intentar entenderme a mí misma, a los demás y al mundo.  Y eso es lo que me llevó a estudiar Psicología y yoga hace ya más de 20 años. De alguna manera, también esa inquietud es la que me ha traído hasta aquí y a pasarme la vida uniendo puentes entre la psicología, la investigación científica moderna y la sabiduría procedente de las tradiciones contemplativas ancestrales para tratar de unir las piezas del rompecabezas en un todo coherente e integrado.

En 2006, una crisis vital me hizo darme cuenta de la profunda interconexión que existe entre la mente, el cuerpo y el cerebro. Desde entonces, me he dedicado en cuerpo y alma a tratar de entender la naturaleza profunda de la mente y a identificar las técnicas adecuadas para promover la salud mental y el bienestar.

Mi propósito es acompañar a las personas a vivir más conscientemente. A entender y cuidar su mente  para vivir de manera más conectada, libre y feliz. Para ello, combino mi trabajo como Psicóloga sanitaria especializada en Mindfulness, con el de profesora universitaria e investigadora.

¿De qué estilo de yoga, tradición y / o linaje eres? 

A lo largo de los años he estudiado diferentes estilos de yoga. Comencé practicando hatha yoga y, después, las primeras formaciones que cursé estaban guiadas por los estilos de hatha y kundalini aplicados al embarazo, la crianza y la infancia. También practiqué yoga shivaíta de Cachemira y al hacerlo, tomé conciencia de la sabiduría profunda contenida en las enseñanzas clásicas. Por eso, en los últimos 12 años he profundizado en yoga y ayurveda. Para mí ambas son una ciencia de la conciencia, de la mente y de la vida humana, ya que nos llevan a mejorar nuestra comprensión del mundo y nuestra alineación con nuestra auténtica naturaleza. Y me fascina la cantidad de estrategias prácticas para promover la salud y el bienestar que contienen.  Por eso, profundicé en ayurveda y en su aplicación al yoga de la mano de autores como David Frawley, Robert Svoboda o Vasant Lad. Así como en el estudio de la filosofía samkhya y los textos clásicos, como los yoga sutras de Patanjali. El linaje con el que me siento más identificada es el yoga clásico transmitido por Shri Yogendraji en el The Yoga Institute de India, por su profunda comprensión del auténtico yoga.

¿Qué podemos encontrar en tus clases de Yoga International?

Mis clases tienen como objetivo acompañar a las personas a entender cómo funciona su mente y cómo fortalecer los circuitos neurofisiológicos de la salud y el equilibrio emocional para poder vivir de forma más plena, más libre y, en definitiva, más feliz. Para ello, trato de combinar mi experiencia clínica en psicología y mindfulness con la investigación científica y la sabiduría procedente de las tradiciones contemplativas ancestrales de yoga y ayurveda. Me encanta unir puentes y traducir conceptos complejos a enseñanzas prácticas y aplicables en el día a día, pero con una base sólida y con un sentido coherente e integrado.

¿Qué piensas hoy en día sobre el yoga?

Me encanta ser testigo de cómo el yoga se ha ido popularizando en los últimos años. Antes veía con más preocupación como el yoga, al popularizarse en Occidente, estaba siendo fragmentado de su esencia inicial. Puesto que, al contrario de lo que se piensa, no solo atiende al cuerpo, sino también a  la mente y, sobre todo, a la conciencia,  pero, afortunadamente en los últimos años he visto un resurgir de la comprensión auténtica del yoga.

Me alegra el hecho de que en los últimos años el mundo científico esté dirigiendo su atención al mundo del yoga. Y cada día son más las publicaciones científicas sobre sus efectos beneficiosos. Y siento que este interés irá creciendo exponencialmente y ayudándonos a afinar nuestra comprensión sobre los mecanismos de yoga.

¿Qué te gusta hacer además de yoga?

Me encanta disfrutar y saborear la vida. Algunas de las cosas que me ayudan a disfrutar de estar viva son pasar tiempo con mis hijas jugando o dibujando, estar en contacto con la naturaleza y descubrir nuevos paisajes, comer y cocinar en familia. También me ayuda mucho aprovechar a reírme siempre que puedo.  Y soy una entusiasta de seguir aprendiendo sobre la fascinante aventura de lo que significa ser humano.