¿Recuerdas algún momento de tu infancia? Ese momento en el cual el día era perfecto porque jugaste con tus amigos o con tu mascota, cuando tus vacaciones estaban llenas de aventuras y no parabas de reír. Esos momentos que estaban llenos de plenitud por cosas que podían ser pequeñas pero realmente eran todo.
Ahora, imagina que eso lo puedas continuar haciendo durante toda la vida. Extraer de esos momentos la plenitud y felicidad de cosas tan cotidianas o del día a día. Eso es yoga, en lo personal y lo que muchos papás de mis alumnos comentan ̈La mejor herramienta que le puedo regalar a mi hijo es el yoga, y si a mi me la hubieran presentado de niño realmente tendría una conciencia más amplia sobre la vida¨.
Y si, el yoga es un regalo que podemos darle a los pequeños de casa, porque, aunque como niños ya están muy conectados con su esencia, las herramientas que brinda este estilo de vida, incorporarlos desde una etapa que apenas forja tus hábitos, son joyas para su desarrollo.
¿Pero cuáles son esas herramientas?
La principal herramienta es reconocer que cada niño en clase es único y que sus compañeros también lo son. Esto crea un espacio donde el respeto es lo primordial. Por lo tanto, todas las opiniones son válidas y no juzgadas. Un lugar donde los niños reconocen lo que sienten y también se dan permiso de equivocarse y seguir intentándolo.
La respiración y meditación durante la clase los ayuda a situarlos en el presente. Cuando existe una emoción desbordada (lo cual es completamente normal en los niños), es importante reconocerla y también canalizarla.
Las posturas con cuentos y moralejas los lleva a una conciencia corporal de una forma divertida. No solo la postura bonita, sino también el aceptar que su cuerpo crece y cambia con el paso del tiempo, los guía hacia esa conciencia corporal. Entonces, nos damos cuenta de que ya no solo se vuelven conscientes de su cuerpo, respiración y pensamientos, sino también de todo lo que los rodea.
Imagina lo maravilloso que sería esa generación llena de tantas cualidades al convertirse en adolescentes o adultos. Realmente, incorporar esta disciplina puede ser una excelente herramienta para el crecimiento mental, físico y espiritual de nuestros chiquitines.
Además, obtendrán una gran gama de beneficios, ya que el yoga apoya en los niños a lograr niveles altos de atención plena, reconocimiento de emociones, enfoque, autoestima, trabajo en equipo, autoconocimiento, respeto por uno mismo y todo lo que los rodea, conciencia de su respiración y herramientas para manejo de muchas circunstancias. Fundamentalmente, reconocer el amor propio y lo importantes y únicos que son cada uno de ellos.
Te comparto unos consejos para lograr que tu clase de yoga, en casa para tus niños, sea todo un éxito.
1. Designa un lugar para tomar la clase, y cuida que el área sea segura para cualquier movimiento. Ya sea correr, bailar y por supuesto, realizar posturas de yoga.
2. Es importante que recuerdes que la mejor forma de que los niños aprendan y disfruten algo es lúdico, así que posiblemente no estén toda la clase sentados.
3. Respetar el proceso de las posturas en clase. Los niños son muy conscientes con su cuerpo así que ellos encontrarán una variante.
4. Si en algún momento hay una explosión de emociones, recuerda que pueden realizar respiraciones para calmar el momento.
5. No hay mejor apoyo que dar el ejemplo. Acompaña a tus peques si es necesario durante la clase de yoga.
6. Recuerda que lo importante del yoga es que lo practiquen fuera del tapete. Respeto, amor propio y cuidado de todo lo que los rodea.