Pratyahara en sí mismo se define como yoga, ya que es la rama más importante del yoga sadhana.
—Swami Sivananda
El yoga es un vasto sistema de prácticas espirituales que brinda herramientas para el crecimiento interno. Nos enseña a entender los diferentes aspectos de nuestra naturaleza y a armonizarlos con el gran universo que habita dentro y alrededor nuestro. Esta maravillosa ciencia interna nos muestra cómo alcanzar nuestro potencial evolutivo más elevado.
¿Cuántas personas, e incluso profesores de yoga, son capaces de definir pratyahara?
Con tal fin, el sistema de yoga clásico (ashtanga yoga) incluye ocho ramas, cada una con su propia clasificación y función. Juntas forman un sistema completo para el desarrollo de la espiritualidad. Estas ocho ramas son: yama (observancias), niyama (disciplinas), asana (posturas), pranayama (control de la respiración), pratyahara (control de los sentidos), dharana (concentración), dhyana (meditación), samadhi (absorción). Entre ellas, pratyahara es probablemente la menos conocida. ¿Cuántas personas, incluso profesores de yoga, son capaces de definir pratyahara? ¿Has asistido alguna vez a una clase de pratyahara? ¿Has leído algún libro sobre el tema? ¿Conoces sus técnicas más importantes? ¿Incorporas pratyahara como parte integral de tus prácticas de yoga? Sin embargo, si no entendemos qué es pratyahara obviaremos un aspecto integral del yoga. Sin este aspecto el sistema no funciona correctamente.
El yoga tiene un aspecto externo que consiste en vivir correctamente, cuidar el cuerpo de manera apropiada y potenciar la energía vital. De esto se ocupan los yamas, niyamas, asanas y pranayamas. Yama y niyama construyen la base del buen comportamiento a través de valores tales como la no violencia y la honestidad, y mediante prácticas como el aseo y la alegría. Por su parte, asana hace que nuestro cuerpo sea fuerte y flexible, mientras que pranayama desarrolla nuestra energía vital.
El yoga también posee una dimensión interna: la meditación y el desarrollo de la consciencia superior. Este es el verdadero propósito del yoga, enfocar en dharana, dhyana y samadhi, que forman en conjunto un único proceso conocido como samyama, o la meditación en su sentido más amplio.
Pratyahara, al ser la quinta de las ocho ramas, ocupa un lugar central. Algunos la incluyen entre los aspectos externos del yoga, mientras otros la sitúan entre los internos. Ambas clasificaciones son correctas, ya que pratayahara es la clave en cuanto a la relación entre los aspectos internos y externos del yoga; nos muestra cómo movernos de unos a otros. Para la mayoría de las personas, es muy difícil moverse directamente de asana a la meditación. Esto requiere un salto del cuerpo a la mente y se olvida aquello que existe entre medio.
Para realizar esta transición, la respiración y los sentidos que conectan el cuerpo y la mente necesitan primero estar bajo control y encontrarse correctamente desarrollados. Es aquí donde aparecen pranayama y pratyahara. Con pranayama controlamos nuestras energías vitales e impulsos, mientras que con el pratyahara aprendemos a dominar los sentidos ingobernables, dos requisitos esenciales para lograr una meditación exitosa.
El término “pratyahara” se compone de dos palabras en sánscrito, prati y ahara. “Ahara” significa “alimento”, o cualquier elemento que ingrese del exterior a nuestro interior. “Prati” es una preposición que significa “en contra” o “fuera”.“Pratyahara” significa literalmente “control de ahara” o “aumentar el dominio sobre las influencias externas”. Se ha comparado muchas veces con una tortuga que se recluye en su caparazón: el caparazón es la mente y los miembros de la tortuga son los sentidos. La palabra se traduce habitualmente como “retiro de los sentidos”, pero implica mucho más que esto.
En el pensamiento yóguico existen tres niveles de ahara, o de alimento. El primero es el alimento físico, que introduce los cinco elementos necesarios para nutrir el cuerpo: tierra, agua, fuego, aire y éter. El segundo consiste en impresiones, que traen las sustancias sutiles necesarias para nutrir la mente. Se trata de las sensaciones de sonido, tacto, vista, gusto y olfato que constituyen los elementos sutiles: sonido/éter, tacto/aire, vista/fuego, gusto/agua y olfato/tierra. El tercer nivel de ahara consiste en nuestras asociaciones, las personas que atesoramos en nuestros corazones, que sirven para nutrir el alma y que nos afectan a través de los gunas de sattva, rajas y tamas, es decir, de las cualidades primarias de la armonía, la distracción o la inercia.
Pratyahara tiene dos caras. Implica abstenerse de la mala alimentación, las impresiones inconvenientes y las asociaciones nocivas, mientras que simultáneamente ofrece una apertura hacia el alimento sano, las impresiones propicias y las asociaciones beneficiosas. No es posible controlar las impresiones mentales sin una buena dieta y relaciones apropiadas, pero la importancia primordial de pratyahara consiste en abandonar el control de las impresiones sensoriales, lo que permite que la mente se libere y pueda moverse internamente.
Al retirar nuestra consciencia de las impresiones negativas, pratyahara fortalece los poderes inmunes de la mente. Al igual que un cuerpo saludable resiste las toxinas y los patógenos, una mente sana es capaz de resistir las influencias negativas de su entorno. Si te perturbas fácilmente con los ruidos y disturbios de tu entorno circundante, necesitas practicar pratyahara. De otro modo, no podrás meditar.
Al igual que un cuerpo saludable resiste las toxinas y los patógenos, una mente sana es capaz de resistir las influencias negativas de su entorno
Hay 4 formas principales de pratyahara: indriya-pratyahara (control de los sentidos), karma-pratyahara (control de las acciones), prana-pratyahara (control del prana) y mano-pratyahara (retirar la mente de los sentidos). Cada una de ellas tiene sus propios métodos especiales.
Indriya-pratyahara, o el control de los sentidos, es la forma más importante de pratyahara, aunque no represente lo que desearíamos escuchar en nuestra sociedad mediática. La mayoría de nosotros sufrimos de sobrecarga sensorial, como resultado del constante bombardeo de información que recibimos de la televisión, la radio, las computadoras, los periódicos, las revistas, los libros y cualquier otro medio que podamos nombrar. La sociedad comercial funciona estimulando nuestros intereses a través de los sentidos. Estamos constantemente expuestos a colores brillantes, sonidos fuertes y sensaciones dramáticas. Hemos sido criados entre todo tipo de vicios sensoriales, ya que constituyen la forma primordial de entretenimiento en nuestra sociedad.
El problema radica en que los sentidos, al igual que los niños inexpertos, poseen por naturaleza su propia voluntad que es altamente instinitva. Le dicen a la mente lo que debe hacer. Si no los disciplinamos, nos dominarán y perturbarán con sus inagotables exigencias. Estamos tan acostumbrados a la actividad sensorial permanente que no sabemos cómo mantener nuestra mente en silencio. Nos hemos vuelto rehenes del mundo de los sentidos y de sus encantos. Corremos detrás de aquello que le resulta atractivo a los sentidos y nos olvidamos de los propósitos superiores de la vida. Por esta razón, pratyahara es probablemente la rama más importante del yoga en nuestros días.
El viejo dicho “el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” es aplicable a aquellos que no hemos aprendido a controlar debidamente nuestros sentidos. Indriya-pratyahara nos brinda las herramientas para fortalecer el espíritu y reducir su dependencia del cuerpo. Tal control no es supresión (que con el tiempo causa revuelo), sino una motivación y coordinación apropiada.
Pratyahara trata acerca del consumo adecuado de impresiones. La mayoría somos cuidadosos con respecto a los alimentos que ingerimos y las relaciones que mantenemos, pero no le prestamos la misma importancia a las impresiones que consumimos a través de los sentidos. Aceptamos impresiones que nos imponen los medios de comunicación que no admitiríamos en nuestras vidas reales. Por medio de la televisión, permitimos que entren personas a nuestra casa que jamás admitiríamos en nuestros hogares.
¿Qué tipo de impresiones consumimos diariamente? ¿Podemos esperar que no nos afecten? Las sensaciones fuertes anestesian nuestra mente, y una mente aturdida nos lleva a actuar de forma insensible, descuidada e incluso violenta.
Para ayurveda, las impresiones sensoriales son el alimento esencial de la mente. La experiencia de nuestro campo mental está compuesto primordialmente por impresiones sensoriales. Esto queda en evidencia cuando recordamos la última canción que escuchamos o la última película que vimos. Tal como la comida chatarra intoxica al cuerpo, las impresiones chatarra intoxican a la mente. Se utiliza mucha sal, azúcar o especias en la comida chatarra para hacerla más apetecible ya que se trata mayormente de comida muerta. De forma similar, las impresiones chatarra requieren de sensaciones fuertes y dramáticas, como el sexo y la violencia, para hacernos sentir que son reales, ya que en verdad son solo colores proyectados en una pantalla.
No podemos ignorar el rol que juegan las impresiones sensoriales en la construcción de nuestra personalidad, ya que forjan nuestro subconsciente y fortalecen sus tendencias latentes. Intentar meditar sin controlar nuestras impresiones hace que el subconsciente se vuelva en nuestra contra e impide el desarrollo de la paz interna y la claridad.
Por fortuna, no nos encontramos indefensos ante el bombardeo de impresiones sensoriales. Pratyahara brinda muchas herramientas prácticas para que las manejemos de forma apropiada. Quizás la forma más sencillas de controlarlas consista en cortarlas y pasar un tiempo alejado de todos los estímulos sensoriales. Así como el cuerpo se beneficia del ayuno de alimentos, la mente se beneficia del ayuno de impresiones. Esto puede ser tan sencillo como sentarse a meditar con los ojos cerrados o retirarse a algún lugar que se encuentre libre del bombardeo sensorial habitual, tal como una cabaña en la montaña.
Yoni mudra, también conocida como shanmukhi-mudra, es una de las técnicas pratyahara más importantes para cerrar los sentidos. Consiste en utilizar los dedos para bloquear las aberturas sensoriales ubicadas en la cabeza (ojos, orejas, fosas nasales y boca) y permitir el movimiento interno de la energía y la atención.
Otro método de retiro sensorial consiste en mantener nuestros órganos sensoriales abiertos, pero privados de nuestra atención. De esta manera, dejamos de procesar impresiones sin cerrar nuestros órganos sensoriales. El método más común, shambhavi mudra, consiste en sentarse con los ojos abiertos y dirigir la atención hacia el interior. Se trata de una técnica muy utilizada en diversos sistemas de meditación budista. Esta redirección de los sentidos hacia el interior puede realizarse con otros sentidos, en especial el auditivo. Ayuda a controlar la mente incluso cuando los sentidos están en funcionamiento, tal como sucede en el curso de un día normal.
1. ENFOCAR EN IMPRESIONES UNIFORMES
Otra manera de aclarar la mente y controlar los sentidos consiste en fijar nuestra atención en una fuente uniforme de impresiones, como sucede al contemplar el océano o el cielo. Tal como el sistema digestivo falla debido a hábitos de alimentación irregulares y comida de mala calidad, nuestra habilidad para digerir impresiones puede verse afectada ante el exceso de estímulos sensoriales. Así como efectuamos ayunos, seguidos de monodietas para mejorar la digestión (como el uso ayurvédico de la receta khichari compuesta por arroz y lentejas), es posible que nuestra nutrición mental precise un periodo de ayuno de impresiones, seguido de una dieta de impresiones naturales y homogéneas.
2. CREAR IMPRESIONES POSITIVAS
Otro método para controlar los sentidos consiste en crear impresiones naturales positivas. Esto puede lograrse de varias maneras, tales como meditar sobre los aspectos de la naturaleza (árboles, flores o rocas) o visitar templos u otros lugares de peregrinaje, propicios para reponer las impresiones positivas. Este tipo de impresiones también pueden crearse utilizando inciensos, flores, lámparas de ghee, altares, estatuas y otros artefactos utilizados para la adoración divina.
Otro método para controlar los sentidos consiste en crear impresiones naturales positivas.
3. CREAR IMPRESIONES INTERNAS
Otra técnica para el aislamiento sensorial consiste en enfocar la mente en las impresiones internas mientras retiramos la atención de las impresiones externas. Podemos crear nuestras propias impresiones internas a través de la imaginación o podemos contactar con los sentidos sutiles que emergen cuando los sentidos físicos se encuentran en reposo.
La visualización es una de las formas más simples de crear impresiones internas. De hecho, la mayoría de las prácticas yóguicas de meditación comienzan con algún tipo de visualización, que puede consistir de una deidad, un gurú o un bello paisaje natural. Las visualizaciones más complejas implican imaginar deidades y sus universos, o practicar mentalmente rituales como la ofrenda imaginaria de flores o gemas a los dioses evocados. Los artistas absortos en un paisaje interno o los músicos que componen melodías también realizan visualizaciones internas. Todas ellas son formas de pratyahara porque aclaran el campo mental de las impresiones externas y crean una impresión interna positiva que funciona como base para la meditación. Las visualizaciones preliminares son de gran utilidad para la mayoría de las formas de meditación y pueden integrarse también a otras prácticas espirituales.
Laya yoga es el yoga del sonido interno y la corriente de luz. Podemos enfocarnos en ellos a través de los sentidos sutiles que nos ayudan a retirarnos de los sentidos en estado bruto. Este aislamiento hacia el sonido y la luz interna es un medio para transformar la mente y es reconocida como otra forma de indriya-pratyahara.
El control de los sentidos requiere del desarrollo y el control del prana, dado que los sentidos acompañan al prana (nuestra energía vital). Solo podremos controlar nuestros sentidos si nuestro prana se encuentra fortalecido. Si el prana está perturbado o disperso, nuestros sentidos también lo estarán.
Pranayama es la preparación para pratyahara. Prana se acumula en pranayama y se mueve en pratyahara. Los textos de yoga describen métodos para retirar prana de las distintas partes del cuerpo, comenzando por los pies y terminando donde sea que queramos fijar nuestra atención, como la coronilla, el tercer ojo, el corazón o cualquier otro chakra.
Tal vez el mejor método de prana-pratyahara sea el de visualizar el proceso de la muerte en el que el prana, o la fuerza vital, se retira del cuerpo y apaga los sentidos desde los pies hasta la cabeza. Ramana Maharshi alcanzó la autorrealización a través de esta técnica cuando era apenas un joven de 17 años. Antes de indagar en el Ser, visualizó su cuerpo como si estuviera muerto, dirigiendo el prana hacia la mente y llevando la mente hacia el corazón. Sin un pratyahara completo e intenso, este proceso meditativo no hubiese podido realizarse con éxito.
Además de los órganos sensoriales (como los ojos y los oídos), poseemos órganos motores (como las manos y la lengua). No es posible controlar los órganos sensoriales sin controlar también los órganos motores. De hecho, los órganos motores nos conectan directamente con el mundo externo. Los impulsos que recibimos mediante los órganos sensoriales se expresan a través de los órganos motores y esto conlleva, a su vez, a que se generen otras manifestaciones sensoriales. Sin embargo, debido a que el deseo es inagotable, la felicidad no consiste en obtener lo que queremos, sino que puede alcanzarse al no precisar nada del mundo exterior.
Tal como la ingesta apropiada de impresiones facilita el control de los órganos sensoriales, el trabajo y las acciones adecuadas tienen el mismo efecto sobre los órganos motores. Esto está relacionado con el karma yoga, ya que deben efectuarse las acciones que sean necesarias para la vida y evitarse aquellas que estén basadas en el deseo y la gratificación personal. El karma yoga se compone de dos partes: la acción o servicio externo (seva) y la acción interna, que consiste en varios tipos de rituales (puja). Karma-pratyahara se practica cuando renunciamos a cualquier pensamiento de recompensa personal por nuestras acciones y cuando realizamos todas las tareas con intención de servir a Dios o a la humanidad. El Bhagavad Gita dice, “Tu deber es actuar, no buscar recompensas por lo que haces”. Esta es una de las formas de pratyahara. También incluye la práctica de la austeridad que conduce al control de los órganos motores. Por ejemplo, asana puede utilizarse para controlar las manos y los pies, un tipo de control necesario cuando nos sentamos en silencio por largos periodos de tiempo.
Los yoguis dicen que la mente es el órgano del sexto sentido y que es responsable de coordinar el resto de los sentidos. Podemos obtener impresiones sensoriales solo de aquellos sitios donde coloquemos nuestra mente. La mente también es responsable de coordinar los órganos sensoriales y motores, por ejemplo al momento de tomar una taza de la mesa lo que ven los ojos se conecta con los movimientos de la mano. En cierto modo, siempre practicamos pratyahara. La atención de la mente es limitada, y le prestamos la atención necesaria a una impresión cuando logramos retraer la mente de otras impresiones. Al colocar nuestra atención en cualquier sitio naturalmente pasaremos otras cosas por alto.
Los yoguis dicen que la mente es el órgano del sexto sentido y que es responsable de coordinar el resto de los sentidos.
Controlamos nuestros sentidos cuando retiramos la atención de ellos. De acuerdo al Yoga Sutra, “cuando los sentidos no se amoldan a sus propios objetos e imitan, en cambio, la naturaleza de la mente, eso es pratyahara”. En específico, se trata de mano-pratyahara que consiste en retirar los sentidos de los objetos y dirigirlos internamente hacia la naturaleza de la mente, que no posee forma. Al opinar del Yoga Sutra, Vyasa señala que la mente es como la abeja reina y que los sentidos son las abejas obreras. A donde vaya la reina deberán ir las obreras. Por ende, mano-pratyahara no consiste tanto en dominar los sentidos sino en controlar la mente, dado que al dominar la mente se controlan automáticamente los sentidos.
Podemos practicar mano-pratyahara al retirar conscientemente nuestra atención de las impresiones malsanas cuando estas aparecen. Es la máxima expresión de pratyahara y la más difícil de ejecutar. Si no hemos adquirido el dominio suficiente para controlar los sentidos, los órganos motores y los pranas, es poco probable que funcione. Tal como los animales salvajes, el prana y los sentidos son presa fácil para una mente débil, por lo que en general es mejor comenzar con métodos más prácticos de pratyahara.
Pratyahara se relaciona con todas las ramas del yoga. El resto de las ramas, desde asana a samadhi, contienen aspectos de pratyahara. Por ejemplo, en las posturas sentadas, que son el aspecto más importante de asana, se controlan los órganos sensoriales y los motores. Al llevar toda la atención a nuestro interior mediante la respiración, se identifica en pranayama el elemento de pratyahara. Yama y niyama contienen varios principios, tales como la no violencia y la alegría, que ayudan a controlar los sentidos. En otras palabras, pratyahara proporciona los cimientos para las prácticas de yoga más elevadas y es la base para la meditación. Pratyahara sigue a pranayama (o control del prama) y al conectarlo con la mente, lo retira de la esfera corporal.
Pratyahara también se vincula con dharana. En pratyahara retiramos la atención de las distracciones habituales. En dharana enfocamos conscientemente la atención en un objeto en particular, tal como un mantra. Dentro de la misma función básica, pratyahara es el aspecto negativo y dharana es su aspecto positivo.
Muchos de nosotros descubrimos que, incluso luego de años de practicar la meditación, no hemos alcanzado todo lo que esperábamos. Intentar meditar sin ningún grado de pratyahara es como intentar almacenar agua en una vasija rota, no importa cuánta agua carguemos, siempre va a derramarse. Los sentidos son como los agujeros en la vasija de la mente, a menos que los sellemos la mente no podrá albergar el néctar de la verdad. Cualquier persona que experimente periodos de indulgencia sensorial alternados con periodos de meditación, precisa pratyahara.
Pratyahara ofrece muchos métodos para preparar la mente para le meditación. También nos ayuda a evitar las perturbaciones del entorno que son la fuente del dolor psicológico. Es una herramienta maravillosa para que tomemos el control de nuestra vida y nos abramos a nuestro ser interior. No es sorprendente que los grandes yoguis la hayan llamado “la rama más importante del yoga”. Todos deberíamos recordar incluirla en nuestra práctica.