¿Te cuesta trabajo la postura de la media paloma? Prueba esta variante.

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Durante años, la postura de la media paloma era mi peor enemigo. Aprendí que para poder hacer esta postura correctamente tenía que cuadrar mi cadera con el borde del tapete y asegurarme de que mis huesos de la pelvis estuvieran a la misma distancia del piso.

En el momento en el que me daba por vencida, mientras me intentaba, sin mucha elegancia, acomodar sobre un bloque o una manta y buscaba dónde colocar mi espinilla delantera para lograr la alineación perfecta, el instructor ya había pasado a la siguiente postura. Como profesora de yoga, a menudo veía a mis alumnos mirar confusos a su alrededor o, peor aún, hacer un gesto de dolor mientras se preparaban para la postura. Finalmente, debido a que muchos estudiantes parecían frustrados con la media paloma, dejé de enseñarla y la reemplacé con el número cuatro acostado. Entonces, descubrí la alternativa que voy a explicar a continuación.

Para ser exactos, la primera vez que alguien sugirió esta variante me preocupé un poco y pensé que el profesor simplemente no sabía cómo guiar la postura. La modificación parecía ir contra todo lo que ya había aprendido sobre la integridad de la postura. La cadera no estaba nivelada. La pierna de atrás no estaba recta. Y la pierna delantera no estaba flexionada.

Esta versión de media paloma no sólo ha liberado mi cadera y mis músculos piriformes, sino que también me ha liberado de mis ideas rígidas sobre cómo debería ser la versión perfecta de esta postura.

No obstante, concluí que la nueva postura era segura: no sentía presión en la rodilla delantera ni en ninguna articulación, como puede suceder en la media paloma tradicional, y parecía un buen estiramiento, así que decidí probarlo. La posición de las piernas y la presión de la mano sobre el piso para equilibrarme significaban que yo no había tenido que mantener mi cadera encuadrada para posicionar correctamente la cadera externa y lograr el estiramiento de los glúteos. He estado practicando esta postura y enseñándola de esta manera desde entonces. Esta versión de media paloma no sólo ha liberado mi cadera y mis músculos piriformes, sino que también me ha liberado de mis ideas rígidas sobre cómo debería ser la  versión perfecta de la postura. Además, creo que esta versión se asemeja más a la media paloma tradicional que el simple número cuatro.

Sigue estos pasos para hacer la postura:

Paso 1: Siéntate erguido, con la pierna izquierda flexionada frente a ti y la pierna derecha doblada hacia atrás, a veces llamada la posición de zeta o del pretzel.

Paso 2: Apoya tu cadera izquierda en el suelo, incluso si tu cadera derecha se eleva, y coloca tu espinilla izquierda lo más paralela posible al borde delantero de tu tapete. Flexiona tu pie izquierdo.

Paso 3: Desliza la rodilla derecha hacia atrás, alejándola de tu pie izquierdo, y estira la pierna derecha hasta donde puedas, mientras mantienes la espinilla izquierda paralela al borde delantero del tapete. No intentes compensar cambiando la posición de tu pierna izquierda. Simplemente retrocede un poco si es necesario, doblando la rodilla derecha un poco más.

Paso 4: Apoya tu mano izquierda sobre el suelo y, a la vez, rota el muslo derecho hacia adentro. Presiona la cadera derecha hacia abajo y hacia adelante. Es posible que sientas un gran estiramiento en la cadera externa izquierda y en la región de los glúteos, sin sentir ninguna presión intensa alrededor de la rodilla.

Paso 5: Mantente en la postura durante cinco a diez respiraciones, luego cambia de lado.

¡Disfruta!

Acerca del Maestro

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Lauren Beth Jacobs
Lauren Beth Jacobs is a yoga, fitness, and wellness coach who aims to help people to identify fun, realistic... Leer más