El piso pélvico es una parte de nuestra anatomía que solemos ignorar. Cuando está bien tonificada y activa, esta envoltura muscular situada entre el pubis y el coxis brinda un sorprendente número de beneficios para la salud: mejora el funcionamiento de la vejiga, regula los movimientos intestinales, previene y alivia las hemorroides, equilibra el sistema reproductivo y calma el sistema nervioso simpático. En cambio, cuando los músculos del piso pélvico se debilitan, las fuerzas del tiempo y de la gravedad pasan factura y poco a poco nos volvemos propensos a padecer una serie de problemas.
Los músculos del suelo de la pelvis, al igual que otros músculos, necesitan fortalecerse y tonificarse con una práctica constante y repetitiva.
Los músculos del suelo de la pelvis, al igual que otros músculos, necesitan fortalecerse y tonificarse con una práctica constante y repetitiva. Los siguientes ejercicios hacen justamente eso. Comienza de esta manera:
Acuéstate boca arriba. Apoya los pies en el piso, cerca de la pelvis. Relaja el cuerpo y la respiración. Cierra los ojos.
Lleva tu atención al suelo pélvico. Contrae todos los músculos situados entre el pubis y el coxis, incluyendo los esfínteres urinario y anal y el perineo, ubicado entre estos (en el caso de los hombres, la contracción se centra en el perineo; en el caso de las mujeres, deben experimentar también una contracción en el cuello uterino). Inhala y relájate.
Exhala y repite el ejercicio: Contrae lo más profundo y fuerte posible. Inhala y suelta. Repite el ejercicio 25 veces. Asegúrate de que la respiración no se altere y que el resto del cuerpo —incluyendo la mandíbula, el abdomen y la parte interna de los muslos— se mantenga relajado.
Para terminar, mantén la contracción durante el mayor tiempo posible, mientras continúas respirando normalmente.
Si los músculos se fatigan, haz la cantidad de repeticiones que te sea posible y aumenta gradualmente el número hasta que puedas completar 25 contracciones con facilidad.
Para mantener la firmeza, practica al menos cuatro veces a la semana. Una vez que domines la técnica, puedes practicar durante los momentos de ocio: mientras esperas en la consulta del dentista, sentado frente a un semáforo o cuando languideces en una reunión aburrida. Con el tiempo, podrás utilizar los músculos del suelo pélvico para mejorar tus posturas de yoga, el trabajo de respiración y la meditación.
Un piso pélvico fuerte y flexible es la raíz que sostiene la reserva de vitalidad en el reino psíquico y en el espiritual, así como en el cuerpo físico. Los estudiantes de yoga identificarán este ejercicio como la preparación para el mula bandha (bloqueo del chakra raíz). El mula bandha es una práctica sutil para controlar el apana (el flujo de energía vital descendente en el cuerpo y la mente). El dominio conduce a la estabilidad interior y despierta la intuición y la creatividad.