Muchas culturas tradicionales reverencian a la luna como una manifestación de la fuerza de la divina feminidad en la naturaleza. Según hatha yoga, esta fuerza también reside en cada uno de nosotros. Mientras que la energía solar es cálida, activa y orientada hacia el exterior, la energía lunar es fresca, receptiva y orientada hacia el interior.
El hatha yoga tiene como objetivo equilibrar nuestra energía lunar y solar, pero la práctica de asanas tiende a enfocarse más en el sol. Esto se debe a que hacemos más énfasis en los saludos al sol y las prácticas para entrar en calor con el fin de obtener un buen estado físico.
En general, la sociedad alienta los impulsos solares, más masculinos, lo que hace que sea más fácil ir detrás de objetivos mundanos que generar una conciencia interior. El hatha yoga tiene como objetivo equilibrar nuestra energía lunar y solar, pero la práctica de asanas tiende a enfocarse más en el sol. Esto se debe a que hacemos más énfasis en los saludos al sol y las prácticas para entrar en calor con el fin de obtener un buen estado físico. Si la fuerza divina de la luna pudiera hablar, nos recordaría la importancia de “tranquilizarnos antes de agotarnos”. Como una madre, la luna puede enseñarnos a calmarnos, escuchar nuestras necesidades y ser receptivos al cambio.
Podemos invocar y rendir homenaje a la energía lunar en la naturaleza, mediante la práctica de chandra namaskara, saludo a la luna. Los 15 pasos de la secuencia que verás a continuación, representan los 15 tithis, es decir, días lunares. El paso 16 honra a la diosa tántrica Shodashi, quien preside todas las fases de la luna así como también todo lo que es perfecto, completo y hermoso. Cuando realizas el chandra namaskara con devoción y gratitud a la divina feminidad, esta versión se convierte en una plegaria de cuerpo entero.
Al ser una práctica de movimiento hacia adentro y levemente tranquilizante, chandra namaskara es apropiada para cualquier momento del día, inclusive en la tarde y la noche. Si quieres darle un carácter ritual, puedes hacerlo durante las fases de luna nueva y luna llena, o en cualquier etapa pero en el exterior, bajo la luz de la luna. Además, esta secuencia puede realizarla cualquier persona que pueda hacer el saludo al sol. Hasta hay mujeres que le encuentran un efecto calmante durante la menstruación o en el embarazo.
Muévete por chandra namaskara de forma lenta y consciente, manteniendo una respiración calmada, profunda y diafragmática. (Intenta evitar una respiración ujjayi, que te hará entrar en calor). Déjate llevar por la devoción mientras honras todas las fases de la luna y los ciclos de tu vida.
1. Párate erguido en tadasana (postura de la montaña) y tomate un momento para adentrarte en chandra bhavana. (Bhavana es un sentimiento sutil creado a través de la visualización.)
Cierra tus ojos y relaja la mandíbula. Imagina que tienes la luna llena en tu boca, como si se tratara de una "pastilla lunar” grande y suave. Visualízala creciendo lentamente desde el paladar, pasando el centro de tu cerebro y luego desplazándose a la parte posterior de tu cabeza para descansar en el punto llamado bindu. es donde descansará. A lo largo de la práctica, ten en mente a la luna descansado en bindu; abre tus ojos luego de los dos tercios del camino con una mirada amplia (es decir, sin mirar un punto fijo, sino la totalidad).
2. Inhala lentamente y sube los brazos por encima de tu cabeza. Junta las palmas de tus manos en una posición de plegaria para saludar a la luna.
3. Mientras comienzas a exhalar, toca el centro de tus cejas con tus pulgares. Continúa exhalando y comienza a doblarte hacia adelante, llevando los pulgares al centro del corazón. Al completar la exhalación, dóblate completamente en un uttanasana (postura de la pinza) con las palmas de tus manos abiertas hacia la tierra. Mantente sin inhalar y da un paso atrás con tu pie izquierdo en anjaneyasana (postura de la luna creciente) y deja caer tu pierna izquierda al piso.
4. Continúa flexionando la rodilla derecha para afirmarte en la estocada mientras inhalas y levantas tus brazos, llevando las palmas de las manos por encima de tu cabeza en posición de plegaria.
5. Lentamente exhala y lleva los brazos al frente, tocando el centro de las cejas, el corazón y luego la tierra. Termina la exhalación llevando tu pie derecho atrás en adho mukha shvanasana (postura del perro boca abajo).
6. Inhala y deja caer las dos rodillas al piso para entrar en la postura de la tabla, luego mira hacia arriba cuidadosamente.
7. Exhala y flexiona tu cuerpo lentamente para entrar en balasana (postura del niño).
8. Con la próxima inhalación levántate en tus rodillas, despega tus caderas de los tobillos, separa tus brazos y mira hacia arriba, sintiéndote inundado por la receptividad y gratitud hacia lo sagrado de la vida.
9. Al comenzar a exhalar pon tus manos sobre tu cabeza en forma de plegaria, dobla tus codos para que los pulgares toquen tu nuca. Siéntate sobre tus talones, acerca tu pecho a los muslos y lleva los codos al piso. Termina la exhalación en la postura del niño rezando. Deja descansar a tu conciencia en chandra bhavana por algunas respiraciones. Luego extiende tus brazos y coloca las palmas de tus manos en el suelo frente a ti.
10. Inhala y desliza tu pecho hacia delante entre tus manos, apóyate para elevarte en un suave urdhva mukha shvanasana (postura del perro mirando hacia arriba).
11. Exhala y vuelve hacia atrás en posición del perro mirando hacia abajo. Mantente sin inhalar y lleva tu pie izquierdo adelante entre las manos. Deja caer la rodilla derecha al piso.
12. Continúa flexionando tu rodilla izquierda para llegar a una estocada mientras inhalas y levantas los brazos; lleva las palmas sobre tu cabeza en posición de plegaria.
13. Exhala lentamente mientras bajas los brazos frente a ti, tocando el centro de tus cejas, el centro del corazón y luego la tierra; lleva tu pie derecho hacia adelante y dóblate en uttanasana (postura de la pinza).
14. Inhala para pararte bien derecho, levantando tus brazos sobre la cabeza con las palmas en posición de plegaria para saludar a la luna.
15. Mientras comienzas a exhalar, baja tus manos para tocar el centro de tus cejas; completa la exhalación con las palmas en posición de plegaria en el centro de tu corazón.
16. Finaliza en tadasana. Cierra tus ojos e imagina que tu mente está tan calma como un lago. La luna llena descansa en el punto detrás de tu cabeza como en chandra bhavana, pero ahora en el lago de nuestra mente hay un brillo lunar, que se refleja hacia afuera desde el punto entre tus cejas. Deja que esta conciencia enfocada brille desde tu mente tranquila y estable durante algunas respiraciones.
Quizás te sientas completo luego de un solo chandra namaskara, pero si no es así, hazlo cuatro veces (una por cada estación). Si estás en un espacio amplio, puedes realizar los saludos orientándote a un punto cardinal por vez. Comienza mirando hacia el este y luego muévete en sentido horario. Para completar la práctica vuelve a mirar al este y permítete a ti mismo darte un rato en el paso 16.