Una guía de chakras para principiantes

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"La anatomía es el destino", dijo Freud. Si él hubiera conocido la sutil anatomía de la tradición del yoga, hubiera dicho: "El destino determina la anatomía". Los yoguis saben que el destino surge de la conciencia definiéndose a sí misma en nosotros a través de los siete centros de energía principales: los chakras. La historia de los chakras es la historia de cómo el espíritu se manifiesta en forma humana, incluyendo nuestras variantes individuales del género humano, así como también la historia de nuestro destino espiritual y la explicación de cómo podemos transformar nuestras vidas a través de la práctica del yoga.

La palabra chakra significa literalmente "rueda giratoria". Esta es una metáfora adecuada, ya que el espíritu usa los chakras para hacer el tejido de la vida. Los chakras gobiernan nuestro comportamiento, dan forma a nuestra vida emocional, expresan nuestros deseos más profundos y construyen la estructura de nuestro cuerpo físico y personalidad.

Comprender los chakras nos permite conocernos en todos los niveles de nuestro ser.

Comprender los chakras nos permite conocernos en todos los niveles de nuestro ser. Por suerte para nosotros, los chakras también trazan el camino hacia la realización y la iluminación. El yoga está diseñado para utilizar la energía de los chakras y acelerar ese viaje.

El modelo de los chakras describe cómo la fuerza vital, el prana, circula entre dos polos, uno ubicado en el mundo físico del cuerpo y el otro en el reino de la conciencia pura. Nosotros, los humanos, estamos tendidos entre ellos con todos nuestros anhelos, alegrías, dudas y deseos, encarnando tanto la realidad física más burda como el potencial infinito de la conciencia.

El prana nutre y sostiene cada aspecto de nuestro cuerpo y mente a través de los siete centros de energía. Estos centros están ubicados en el eje del núcleo del cuerpo, entre el polo superior e infinito de la coronilla (el séptimo chakra) y el inferior, en el piso pélvico (el primer chakra). Para tener una fácil referencia, puedes visualizar los chakras en sus posiciones a lo largo de la columna vertebral, pero ten en cuenta que no son estructuras físicas: en vez de eso, son los lugares de la energía sutil, la cual se manifiesta en diferentes niveles y no solo en el plano físico.

Primer chakra, chakra Muladhara o el chakra raíz

Ubicado en la base de la columna vertebral (en el piso pélvico), el chakra raíz nos da el punto de apoyo individual en la vida física. Como base de la existencia terrenal, del bienestar físico y de la seguridad, el muladhara da origen a los impulsos instintivos —como el hambre, el sexo, el sueño y la autoconservación— que alimentan nuestras actividades así como también nuestras pasiones.

En el nivel físico, el chakra raíz está asociado con el elemento tierra, el sentido del olfato y la capacidad de excreción. También es donde nuestro potencial individual se encuentra durmiendo en las profundidades de nuestra mente inconsciente. Nuestro viaje espiritual en el universo del cuerpo es para despertar este potencial divino (kundalini) y unirlo con el infinito en la coronilla.

En la elegante convención para transmitir simbólicamente los atributos de los chakras, el chakra raíz aparece como un loto de cuatro pétalos con un lingam (un símbolo del poder creativo) dentro de un cuadrado. La serpiente enrollada alrededor del lingam es la kundalini inactiva, el cuadrado transmite el sentido de estabilidad y seguridad asociado con este chakra. La práctica de asanas en particular puede conectar a tierra y pacificar las energías de este centro, ofreciendo un refugio seguro en el hogar del cuerpo. Otras prácticas —como la observación de los yamas y los niyamas— nos ayudan a regular los impulsos y a liberarnos del enfoque excesivo o inadecuado en los asuntos relacionados con la supervivencia.

Segundo chakra, chakra Svadhishthana o el chakra sexual y de la creatividad

El chakra svadhishthana, asociado con el sacro, el elemento agua y los genitales, gobierna el sentido del gusto y la reproducción, así como el deseo y el placer. Aquí nacen nuestras ganas de vivir, pero si no se gestiona adecuadamente, el poder de este centro puede provocar antojos, apegos y adicciones de todo tipo. El significado literal de svadhishthana —"la morada del ser"— sugiere que la diosa Kundalini reside aquí cuando despierta de su sueño en el muladhara y nuestro deseo se vuelve uno y el mismo que el deseo divino. Ya no estamos gobernados por los gustos y aversiones personales, sino que somos instrumentos en manos de lo Divino en el nivel más profundo de nuestro ser.

Este chakra está estrechamente relacionado con el muladhara y ambos tienen muchos temas y prácticas de yoga en común. Varias tradiciones espirituales, incluido el yoga, utilizan el ayuno y el celibato (o moderación dietética y sexual) como medios para manejar los fuertes deseos de placer asociados con este centro.

Tercer chakra, chakra Manipura o del ombligo

El chakra manipura, ubicado en el ombligo, regula la columna lumbar, los órganos digestivos, la vista y la locomoción. Como centro pránico del cuerpo, el chakra del ombligo está asociado con el elemento fuego, un elemento que transforma. Dado que el yoga es un proceso transformador, muchas prácticas de hatha yoga se centran en el ombligo para fortalecer este fuego.

Como centro de vitalidad, el chakra manipura proporciona el acceso más fácil a la fuerza pránica en el cuerpo físico. Las prácticas físicas que activan esta área del cuerpo —incluso muchas asanas y prácticas más sutiles, como agni sara, nauli kriya y bhastrika pranayama— mejoran la digestión y movilizan la energía de sanación en los otros sistemas del cuerpo. El brillo que otorga la buena salud, el coraje, el entusiasmo, la vitalidad y la autoestima son todas características de una fuerte energía del chakra del ombligo. A nivel psicológico, los problemas de agresión, poder e identidad con el ego se manifiestan a través de este centro.

Cuarto chakra, chakra Anahata o del corazón

En la intersección de la fuerza divina descendente y las fuerzas del instinto ascendente se encuentra el cuarto lugar de la energía: el chakra anahata. Gobernando el corazón y los pulmones, el anahata es el asiento del Ser, el "corazón de la materia". Está asociado con el elemento aire, la columna torácica y el sentido del tacto.

La compasión, el amor incondicional, la afinidad y la conexión; así como la retención, la manipulación y los sentimientos de abandono, aislamiento y desesperación, todos afloran a través de este chakra. Tanto la Estrella de David, como el símbolo de anahata y el énfasis cristiano en el servicio y el amor son referencias familiares para el centro del corazón. A medida que avanzamos hacia chakras superiores con energías más sutiles, la aplicación del yoga también se vuelve más sutil.

El pranayama y la respiración trabajan para mejorar la ingesta de prana y aquietar la mente; las prácticas de meditación centradas en el corazón y las prácticas devocionales de todo tipo —desde la oración hasta el kirtan— trabajan con las energías del corazón.

Quinto chakra, chakra de Vishuddhi o de la garganta

Ubicado en la garganta y asociado con el elemento del éter o el espacio, el chakra vishuddhi gobierna la columna cervical, las cuerdas vocales, el habla, la audición y las glándulas endocrinas tiroides y paratiroides, reguladoras de nuestro metabolismo. La expresión creativa, la conexión con lo Divino y la transmisión de la conciencia son temas del vishuddhi.

Las distorsiones de energía en este chakra pueden ocasionar dificultades en la expresión auténtica y en la ingesta de nutrientes de todo tipo. Muchas prácticas de yoga muy conocidas se dirigen a la garganta: la postura de la vela, del arado, la postura del león y la del pez, el bloqueo o llave del mentón, la purificación del esófago y el estómago, los pranayamas ujjayi y bhramari y también el canto de los nombres de lo Divino durante el kirtan.

El símbolo de este chakra incluye un loto de dieciséis pétalos, un pétalo para cada una de las dieciséis vocales del alfabeto sánscrito. Las vocales dan vida al lenguaje, el acto creativo fundamental y más perfeccionado. A través de las vocales encontramos la capacidad de expresión única que —en parte— define la existencia humana y utiliza al mantra como un medio para transmitir la conciencia divina.

Sexto chakra, chakra Ajna o del entrecejo

El ajna (pronunciado "aina") es el centro de comando, el asiento de la mente y la interfaz entre el cuerpo y la mente. Este sexto chakra, a veces llamado "el tercer ojo", regula el crecimiento y el desarrollo en todos los niveles a través de los centros cerebrales y la glándula pituitaria (la glándula maestra).

Las dos fuerzas pránicas principales en el cuerpo —que operan como fuerzas opuestas en todos los chakras inferiores— se unen aquí, abriéndose en la mente a una profunda calma interior. La integración del intelecto y el sentimiento en el ajna da como resultado la visión divina, la intuición y un profundo autoconocimiento. Sin esa integración, nos quedamos atrapados en la conciencia de la realidad ordinaria y en el ámbito de los sentidos.

Las prácticas de yoga como la respiración alternada por las fosas nasales (nadi shodhanam), la meditación sobre la respiración o el mantra del chakra ajna, nos ayudan a acceder a un nivel más profundo de conciencia. Las prácticas de relajación y meditación hacen uso de este centro para conscientemente sobrepasar la conciencia física y llegar hasta las respuestas automáticas de la psique, remodelando el cuerpo y la mente.

Séptimo chakra, chakra Sahasrara o corona

El chakra corona, el sahasrara, está más allá del individuo. Es la puerta de entrada a la matriz transpersonal de la conciencia pura y es la fuente de todos los chakras. Con un loto de mil pétalos como símbolo —que muestra el número infinito de atributos pertenecientes a la conciencia única y primaria— el sahasrara rige como séptimo y más alto centro de energía. Existe más allá del ámbito del funcionamiento mental y del nivel personal de conciencia y, sin embargo, al mismo tiempo es el campo desde el cual surge ese funcionamiento mental y de donde parte la iluminación.

Según la tradición del yoga tántrico, cada ser humano es un universo en miniatura construido sobre el mismo molde que el cosmos y los chakras conectan al individuo con esas fuerzas cósmicas. Despertar la kundalini —la energía latente en los chakras que yacen enroscados en la base de la columna vertebral— y llevarla a unirse con la energía en la coronilla es el proceso espiritual mediante el cual crecemos hacia la conciencia cósmica, yendo más allá de lo personal.

Llegados a este punto vemos que el sistema de chakras describe la totalidad de un ser humano: el plano físico, el mental y el espiritual. El ejercicio del yoga es la aplicación práctica de los chakras para lograr una buena salud, autocomprensión y sabiduría espiritual. Las prácticas de yoga pueden remodelar nuestro destino corrigiendo los desequilibrios físicos, energéticos y mentales o emocionales, dirigiendo la atención hacia a los niveles más sutiles de conciencia y mitigando y eliminando los obstáculos para la autorrealización. El yoga nos llama a experimentar conscientemente lo Divino en el santuario construido por los chakras de nuestro propio ser humano.

Acerca del Maestro

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Sandra Anderson
For over 20 years Sandra Anderson has shared her extensive experience in yoga theory and practice with... Leer más