Limpia y reabastece los canales de energía que sostienen tu cuerpo y mente a través de la práctica de respiración alternada por las fosas nasales.
Una energía interna alimenta nuestro cuerpo y mente, fluyendo a través de pasajes que se ramifican y cruzan como las calles y carreteras de una ciudad. Entre esta multitud de nadis, hay tres que gobiernan el funcionamiento total del cuerpo y la mente y determinan el tono general de todo el sistema: ida, pingala y sushumna. Estos canales primarios se encuentran a lo largo de nuestra columna vertebral, los dos primeros salen a los lados y serpentean hacia arriba hasta terminar en las fosas nasales, el tercero se eleva directamente a través del centro de la columna hasta la base de la nariz. Como es sabido, ida termina en la fosa nasal izquierda, pingala en la derecha y sushumna en la base de la nariz, justo en la base entre las narinas.
Los textos de yoga como Shiva Svarodaya explican que el flujo de energía que viaja a través de ida y pingala generalmente es desigual y que esto puede ser observado en las fosas nasales. Si observas tu respiración en este momento, es probable que encuentres que una fosa nasal está más abierta que la otra. La fosa nasal con mayor flujo de aire se considera la fosa nasal "activa" o dominante, la otra fosa es la "pasiva".
Puedes observar mejor este fenómeno si colocas un espejo debajo de la nariz y exhalas. El aire exhalado de cada fosa nasal dejará una nube de humedad en la superficie del espejo y la diferencia entre esas "huellas" te mostrará claramente qué fosa nasal es la dominante en ese momento.
Por lo general, el dominio de la fosa nasal se alterna cada 90 minutos aproximadamente, aunque es posible que una fosa nasal permanezca activa durante más tiempo o que ese cambio de fosa nasal rara vez ocurra. Si bien esto puede parecer poco importante —de todos modos, estás respirando—, las irregularidades de este tipo pueden tener efectos sutiles en tu estado de ánimo y nivel de actividad.
La literatura yóguica describe maravillosamente las diferencias entre las energías de las dos fosas nasales. Los textos dicen que la corriente de energía que finaliza en la fosa nasal izquierda enfría, tal como la luna. Está asociada con los sentidos de la cognición (gusto, tacto, olfato, vista, oído), con el poder latente de la conciencia y con el reabastecimiento y el reaprovisionamiento. De carácter femenino, se relaciona con la energía interna y nutritiva. Sin embargo, cuando es demasiado dominante, la energía ida puede llevar a la frialdad, pasividad, falta de asertividad y depresión.
De modo inverso, la energía pingala calienta como el sol. Está asociada con los sentidos del movimiento (locomoción, manipulación, comunicación, eliminación, reproducción), con el aspecto dinámico de la conciencia y con el crecimiento y la expansión. Esta energía masculina se relaciona con las fuerzas que se desplazan hacia afuera. Cuando es demasiado dominante, la energía de la fosa nasal derecha puede provocar fiebre, agitación, exceso de asertividad y falta de concentración.
Sol y luna, masculino y femenino, activo y receptivo, racional e intuitivo, contracción y relajación, frío y caliente, rígido y fluido: estos y otros pares de opuestos constituyen los arquetipos que mejor describen la relación entre los dos canales de respiración.
Como un péndulo oscilante, las energías asociadas con las fosas nasales dominan alternativamente en uno y otro lado, pero durante los momentos de transición se igualan.
¿Cómo afectan nuestra vida cotidiana estos dos modos de energía humana? Es más probable que las actividades como hacer ejercicio, dirigir un automóvil, recetar medicamentos, estimular la digestión, realizar tareas físicamente exigentes, discutir, inspirar a otros, dormirse (con la tibieza del fuego interno), así como emprender cualquier acción difícil o desafiante, sean correctamente ejecutadas cuando la fosa nasal derecha —o sea, pingala— está activa. Por otro lado, cavar en la tierra, tomar medicinas, arreglar el jardín, visitar templos, entrar en la casa, invertir de manera segura, realizar actividades artísticas o recitar mantras serán actividades más prósperas cuando domine la narina izquierda, es decir, ida.
Como un péndulo oscilante, las energías asociadas con las fosas nasales dominan alternativamente en uno y otro lado, pero durante los momentos de transición se igualan. Antes de que las energías vuelvan a la acción, este breve interludio deja entrever el equilibrio. Cuando ida o pingala rigen la respiración interactuamos con el mundo, pero durante los cortos períodos en los que fluyen equilibradamente aparece sushumna, llevando la conciencia hacia el interior y creando una calma alegría interior.
Las prácticas de respiración tienen un efecto directo sobre el flujo de energía en los nadis. Con la práctica de pranayama podemos despertar o calmar la energía para calentar o enfriar el interior o también canalizarla con el fin de recuperar la salud y aumentar la longevidad. Al igual que en muchas otras prácticas de yoga, el pranayama se enfoca primero en la purificación. Tu objetivo es limpiar los nadis de las impurezas, porque de lo contrario, podrían interferir en la concentración e impedir el movimiento natural del prana.
Al igual que en muchas otras prácticas de yoga, el pranayama se enfoca primero en la purificación.
La práctica de nadi sodhana (purificación del canal) es la principal forma de lograr la limpieza de las impurezas. Este ejercicio —también llamado "respiración alternada por las fosas nasales"— consiste en inhalar y exhalar por una narina a la vez. Además de abrir el flujo de energía en los nadis, esta práctica calma, purifica y fortalece el sistema nervioso y profundiza la autoconciencia, por lo que es una excelente preparación para la meditación. Para finalizar, nadi sodhana nos lleva a la respiración sushumna, la experiencia de la unión de las dos corrientes de respiración en un flujo central único.
Hay diferentes modelos para alternar la respiración en las fosas nasales, algunos son simples y otros complejos. En el siguiente método, fácil de recordar y controlar, cambias el flujo en cada respiración completa.
Se suelen utilizar los momentos del día para determinar la fosa nasal de inicio. La máxima "a la noche, la derecha" (y por lo tanto a la mañana, la izquierda) es una manera fácil de recordar esto. Comienza tu práctica de la noche en el lado derecho y por la mañana comienza por el lado izquierdo. Si practicas al mediodía, comienza exhalando por la narina pasiva. Si el flujo es igual en ambas fosas nasales —lo que es menos común de lo que te imaginas—, puedes comenzar por cualquier lado.
Si bien no es un ejercicio agotador, para lograr la purificación del canal tendrás que cumplir de manera estricta la siguiente fórmula y técnica.
Siéntate con la cabeza, el cuello y el tronco derechos, de manera que la columna vertebral esté equilibrada y estable y puedas respirar libremente (la columna encorvada puede perturbar el sistema nervioso e incrementar la tensión física y mental). Cierra los ojos suavemente.
Respira con el diafragma. Haz que cada exhalación e inhalación tengan la misma duración y sean suaves, lentas y relajadas. No fuerces la respiración ni permitas que se vuelva desigual. Deja que fluya sin pausa e incrementa poco a poco la duración de tu respiración. No practiques la retención de aire si no estás bajo la supervisión de un maestro.
Utiliza un mudra (unaposición especial de las manos) para cerrar suavemente cada fosa nasal. Trae la mano derecha sobre la nariz y flexiona los dedos índice y medio hacia la palma, de manera que puedas usar el pulgar para cerrar la fosa nasal derecha y el anular para cerrar la izquierda. Asegúrate de no estar bajando la cabeza para llegar a la mano. Recuerda: hazlo suavemente. Simplemente apoya un dedo en cada narina, no es más que un toque suave.
Mientras que la respiración sale y entra por cada narina, te otorga una calma concentración. El sistema nervioso se tranquilizará profundamente y la mente se replegará en sí misma, estabilizándose.
Comienza tu práctica inhalando por ambas fosas nasales. Luego cierra una fosa nasal y haz una exhalación y una inhalación —ambas con la misma duración— de manera suave y completa. Evita forzar la respiración. Cambia de lado y haz una respiración completa con la fosa nasal opuesta.
Continúa alternando las fosas nasales hasta completar una ronda: tres veces en cada lado, un total de seis respiraciones. Después de esto, baja la mano y respira suavemente tres veces por las dos fosas nasales. Si quieres profundizar la práctica, haz dos rondas más. (Nota: cuando haces tres rondas, la segunda ronda debe comenzar con la narina opuesta a la primera, invirtiendo el ciclo.)
Nadi sodhana se convertirá en una de las técnicas de relajación y concentración más profundas de tu rutina de yoga. Mientras que la respiración sale y entra por cada narina, te otorga una calma concentración. El sistema nervioso se tranquilizará profundamente y la mente se replegará en sí misma, estabilizándose.
Se dice que sushumna —el canal de energía que fluye a lo largo del núcleo de la columna— es como el ojo de un huracán: no se ve afectado por las poderosas energías de ida y pingala que giran a su alrededor. Mientras se medita, la mente descansa de su actividad externa y es atraída naturalmente hacia este canal central de energía. Cuando la atención se ancla en sushumna, un sentimiento de profunda alegría ilumina la mente.
Cuando la atención se ancla en sushumna, un sentimiento de profunda alegría ilumina la mente.
Después de la práctica de la meditación, la atención se vuelve hacia el exterior y retoma con un activo interés en los asuntos cotidianos, a menudo con un entusiasmo renovado (o incluso mayor). El encanto de la experiencia de la meditación reside en la continua capacidad de generar un sutil estado de ánimo de felicidad y satisfacción, muy parecido a la alegría de haber presenciado un hermoso amanecer o atardecer. Este recuerdo infunde a la conciencia de tranquilidad, optimismo y buen humor.
Podemos mejorar esta experiencia si nos concentramos en la corriente de energía que fluye por la nariz. Los practicantes llaman a este proceso "establecer el sushumna". Una vez que esto se logra, la atención se mueve hacia adentro, a lo largo del nadi que va desde la base de la nariz hasta el punto ubicado entre las cejas y luego discurre hacia abajo a través de la columna vertebral.
Cuando la atención está puesta firmemente en la corriente central de energía ubicada en el puente de la nariz, la meditación se profundizará naturalmente.
En el caso ideal, cuando se establece el sushumna, las dos fosas nasales siguen el ejemplo de la mente y comienzan a fluir por igual, pero esto es algo bastante difícil de lograr. Una fosa nasal puede estar obstruida y no querer abrirse, mientras que la otra se abre y da la impresión de no querer moderar su actividad. ¿Esto quiere decir que tu práctica está condenada al fracaso? En absoluto, sobre todo si recuerdas que establecer sushumna tiene mucho más que ver con la capacidad de mantenerte enfocado en las sensaciones de tu respiración que con el cambio de dominio de la fosa nasal.
Cuando la atención está puesta firmemente en la corriente central de energía ubicada en el puente de la nariz, la meditación se profundizará naturalmente. Tener las dos fosas nasales fluyendo de igual manera sería una ayuda, por supuesto, pero el principal ingrediente de esta práctica es el acto de enfocar la atención.
Comienza con una o más rondas de nadi sodhana. A continuación, lleva tu atención al paso del aire en la fosa nasal activa. Durante tres a cinco respiraciones, concéntrate como si el aire fluyera solo por ese lado. Mantén la atención aquí hasta que la respiración se estabilice y puedas sentir su flujo sin interrupciones. Deja que tus pensamientos vayan y vengan, sin darles energía o atención. Simplemente mantén tu foco en la respiración en la fosa nasal activa, dejando que tu sistema nervioso se relaje.
Luego lleva tu atención a la respiración en la fosa nasal pasiva. Siente el flujo de la respiración hasta que puedas mantener tu foco sin interrupciones. Quédate aquí más tiempo que en el lado activo. Si mantienes tu foco aquí, puedes lograr que la fosa nasal se abra.
La respiración es un vehículo para profundizar la concentración y revelar silenciosas fuentes de alegría.
Para finalizar, fusiona estos dos flujos en una corriente central única. Inhalando, respira como si el aire fluyera desde la base de tus fosas nasales hacia el punto central entre las cejas (el chakra ajna o del tercer ojo). Exhalando, permite que la respiración fluya desde el chakra ajna y regrese a la base de las fosas nasales. Respira yendo y viniendo con esta corriente central mientras gradualmente relajas tu mente. Esto inicia la práctica de establecer el sushumna.
Quédate así todo el tiempo que quieras, poniendo tu atención en el flujo de la respiración mientras relajas tu cuerpo y tu mente.
La respiración es un vehículo para profundizar la concentración y revelar silenciosas fuentes de alegría. Tanto la respiración nadi sodhana como la respiración sushumna producen efectos de largo alcance al coordinar los dos tipos de energía principales en el cuerpo y la mente, así como al poner la atención en la corriente central de la respiración. Manteniendo la conciencia en esta corriente central, tu mente se estabilizará y tranquilizará.
En muchos sentidos, nadi sodhana es la más importante de todas las prácticas de pranayama. Se hace dos veces al día, por la mañana y por la noche. Las pautas generales para todas las prácticas de yoga también se aplican aquí: tener el estómago liviano, vaciar la vejiga antes y mantenerte en tu zona de confort. Cuando la purificación del canal forma parte de una sesión completa de yoga, se realiza justo después de las asanas y antes de la meditación.
Los yoguis no tienen demasiadas restricciones acerca del nadi sodhana, pero no practiques la purificación del canal si:
1.Estás cansado y no puedes concentrarte.
2.Tienes un fuerte dolor de cabeza.
3.Estás demasiado inquieto y agitado (es mejor descansar un poco en este caso).
4.Tienes fiebre.
5.Tienes un trastorno convulsivo.
6.Si aparecen ruidos en la cabeza, simplemente suspende la práctica.