Nota del autor: COVID-19 es el nombre de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2. A los fines de este artículo, simplemente utilizaré los términos COVID-19 o coronavirus.
"Adopten medidas urgentes y agresivas." —Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.
"No creo que salgamos completamente ilesos [del coronavirus]... Será una de esas cosas que miramos en retrospectiva para decir, 'Dios, eso fue terrible'." —Dr. Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos (NIAID por sus siglas en inglés).
"Esto es histeria."
"No inventemos problemas."
"No tomamos medidas tan drásticas en temporadas de gripe".
"La gripe es peor."
"Simplemente utilizaré mis aceites esenciales, yo nunca me enfermo."
"No todos necesitamos llegar a estos extremos".
—Yoguis en Internet
El nuevo coronavirus o COVID-19, está listo para convertirse en pandemia. Los funcionarios de salud pública recomiendan encarecidamente respetar las medidas de contención para reducir los daños. Mientras tanto, veo a muchos yoguis que de repente se han vuelto expertos en salud pública con títulos de la Universidad de Google. Como yogui con experiencia en la salud pública, me desanima que muchos profesores de yoga se alejen tanto del ámbito de su práctica. Jamás diagnosticarías a un alumno ni le dirías que sus preocupaciones por ciertas lesiones son solo histeria: esto es igual que dar opiniones sobre salud pública sin estar calificado para eso.
Deja los aceites esenciales. Retrocede.
Me enamoré de la salud pública por la misma razón por la que me encanta enseñar yoga y hacer mi trabajo como guía de terapias naturales: es una oportunidad para tener una relación armónica con la gran red de interconexiones. Contener al COVID-19 es un llamado a la acción para que los yoguis salgan del tapete y pongan en práctica los principios éticos de los yamas y niyamas descritos en el Sutra del Yoga de Patanjali.
Empecemos por disipar algunos mitos sobre el COVID-19 y exploremos diferentes formas en las que la comunidad puede beneficiarse de nuestros valores yóguicos.
Actualización importante al 11 de marzo del 2020:
El 11 de marzo del 2020 la OMS anunció que el COVID-19 es oficialmente una pandemia mundial. En su declaración, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, enfatizó: "Esto no es solo una crisis de salud pública, es una crisis que afectará a todos los sectores, y por esa razón todos los sectores y todas las personas deben tomar parte en la lucha."
El tiempo es esencial para detener el virus y evitar que se propague más. La acción más responsable que pueden tomar los propietarios de los centros de yoga es cancelar todas las clases grupales durante las próximas dos semanas y reevaluar la situación después de este periodo.
No desinformes ni compartas información falsa.
El COVID-19 es fundamentalmente diferente que la gripe. Las torsiones no eliminan las toxinas. Si no puedes ni nombrar la toxina exacta y específica (por ejemplo, micotoxina), mejor no digas nada. "Sudar un virus" o usar aceites esenciales no son medidas de contención válidas. Las estrategias y tratamientos para otros virus no se aplican al COVID-19. Más que nunca, la comunidad del yoga necesita tener la humildad para hablar con exactitud sobre lo que significan los beneficios de la práctica.
El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos contradijo de manera directa (y muy sensatamente) a la Administración Trump, corrigiendo la información errónea que afirmaba que el COVID-19 es comparable a la gripe. El Washington Post informa que "[Fauci] indicó una vez más que el nuevo coronavirus ‘es 10 veces más letal que la gripe estacional’. Al preguntarle si lo peor estaba por venir, él respondió directamente: ‘Sí, así es. Si somos complacientes y no contenemos y mitigamos el virus de manera agresiva, el número [de pacientes] podría aumentar e involucrar a muchos, muchos, millones’".
Esta recomendación está basada en pruebas que debemos tomar muy en serio. No importa si no hay coronavirus en tu región. No quieres que llegue a tu región.
Entiendo que muchos centros y maestros de yoga están sufriendo un golpe económico difícil de tolerar, me incluyo entre ellos. Tomar medidas en este momento ayuda a prevenir enfermedades y consecuencias financieras que serán mucho más drásticas si el virus no se contiene a tiempo. Si no se toman acciones en este instante, existe un gran riesgo de que ocurra un evento global catastrófico como casi ninguno de nosotros ha presenciado jamás.
¿Por qué los funcionarios de salud pública están preocupados por el COVID-19?
Hasta ahora el COVID-19 tiene una tasa de letalidad bastante baja; esta tasa indica la proporción de personas contagiadas que mueren a causa de la enfermedad, es una manera de medir su gravedad. Basándonos en las infecciones reportadas en China, la tasa de letalidad es del 2.3%. Debido a que la enfermedad generalmente tiene síntomas bastante leves o es asintomática, los expertos en salud pública teorizan que la tasa de letalidad probablemente sea inferior al 1%.
Si bien al momento el virus es relativamente leve, sigue siendo una prioridad en salud pública. Es altamente infeccioso, tiene un R0 de 2,24-3,48 personas. El R0, (se pronuncia "R sub cero") es el ritmo reproductivo básico o tasa de contagio, y se refiere a la cantidad de personas que podrían ser infectadas por un solo individuo que porte el virus. Si yo estuviera paseándome por ahí con el COVID-19, hipotéticamente hablando, podría infectar a casi cuatro personas según este R0.
Llámame María Tifoidea y cúbrete la boca con un pañuelo antes de estornudar.
El virus es altamente transmisible. Se propaga a través de gotas respiratorias, a una distancia de hasta dos metros. La evidencia de otros coronavirus (este brote es una cepa específica llamada COVID-19) sugiere que el virus puede vivir en fómites (superficies que transportan gérmenes) hasta por nueve días.
Las personas que son asintomáticas pueden propagar el virus; es posible que alguien con una afección respiratoria con síntomas de tos y estornudos, incluso alergias estacionales, pueda propagar la enfermedad. La etiología (causa de los síntomas) no es el problema; lo preocupante es la propagación de las gotitas respiratorias.
Los centros de yoga son el paraíso de los virus, ya que presentan una alta densidad de humanos en un espacio reducido y una superficie amplia en la que es posible entrar en contacto con el virus. Un yogui en Instagram dijo a modo de queja: "Si los accesorios estuvieran tan llenos de gérmenes, habría brotes desenfrenados de gripes, resfriados y pie de atleta desde los inicios de los centros de yoga. No inventemos problemas". Un dato curioso: ¡El contagio de enfermedades en las instalaciones deportivas, incluidos los centros de yoga, ha sido un problema importante para la salud pública desde hace mucho tiempo!
¿No es lo mismo que la gripe?
Si no nos preocupamos demasiado por la gripe, ¿por qué tanto alboroto por el COVID-19?
El COVID-19 y la gripe son fundamentalmente distintos y requieren diferentes estrategias de salud pública. El objetivo del COVID-19 es la contención, mientras que los funcionarios suponen que la gripe no se puede contener y no la abordan a nivel comunitario.
Todavía no hay tratamientos para el COVID-19. Desde el 11 de marzo, los funcionarios de la salud estiman que la tasa de mortalidad es 10 veces mayor que la de la gripe, lo que contradice absolutamente la información falsa difundida por la Administración del presidente Trump.
La gripe es predecible y cuenta con décadas de datos de estudios. El COVID-19 es nuevo: existen otros coronavirus, pero este tiene solo dos meses y es intrínsecamente incierto. No hay forma de predecir con precisión la historia natural de la enfermedad, un término usado para referirse al curso que toma una enfermedad desde el inicio hasta su resolución.
Independientemente de los resultados en salud, una de las amenazas más graves del COVID-19 es la sobrecarga de los sistemas de atención médica. Es posible que no se pueda obtener tratamiento para casos no relacionados con el coronavirus, como el cáncer. Múltiples epidemias en simultáneo representarían un desastre absoluto. Los funcionarios de salud pública se están preparando para una carga de enfermedad diez veces mayor que la gripe: "carga de enfermedad" significa el impacto que tendrá una afección en términos de mortalidad, morbilidad, economía y otros indicadores.
La salud pública es yoga en acción
La salud pública aborda la salud a nivel comunitario; las estrategias no se enfocan en la salud individual pero dependen de que los individuos tomen las medidas necesarias para el bien común. Si bien muchos enfrentarán graves consecuencias, sucederán de una forma u otra. Se debe proteger a aquellos que son más vulnerables frente a la enfermedad, especialmente a los ancianos y las personas inmunodeprimidas. La prioridad global es contener la enfermedad, ya que afectará desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables del mundo.
Debemos cuidarnos mutuamente.
Participar en estos esfuerzos se llama comportamiento prosocial. Apartarse de estos esfuerzos se llama comportamiento antisocial. Estos términos pueden parecer exagerados, pero es una terminología adecuada que nos recuerda nuestra responsabilidad hacia todos los seres vivos. El COVID-19 es un llamado a la acción por la libertad.
¿Qué pueden hacer los alumnos para aplicar las prácticas de la salud pública en el yoga?
• Eviten el contacto, las multitudes y las condiciones insalubres. No asistan a clases grupales hasta nuevo aviso.
• Si sienten que el centro de yoga en el que se encuentran está demasiado lleno o no está desinfectado adecuadamente, siéntanse con el derecho a retirarse.
• Si tienen los medios, consideren pagarle a sus maestros por la clase a la que hubieran asistido. Pocos maestros pueden darse el lujo de perder sus ingresos.
• Limpien adecuadamente todas las superficies que hayan entrado en contacto con el centro de yoga con un limpiador eficaz y recomendado por los organismos de prevención y control de enfermedades u otros organismos competentes.
• Laven sus manos durante 30 segundos, incluyendo las muñecas y debajo de las uñas. Para medir el tiempo pueden cantar la canción de feliz cumpleaños dos veces (personalmente, prefiero cantar "África" de Toto). Cualquier jabón que usen esta bien. Lavarlas es más efectivo que utilizar desinfectantes para manos.
• Segunda opción: desinfectante para manos. Utilicen una cantidad adecuada (¡muchos no lo hacen!) de una solución que contenga al menos 60% de alcohol. Frótenlas durante 30 segundos. Dejen que sus manos se sequen por completo sin retirarlo y eviten los productos con fragancias.
• Humecten sus manos para evitar que se generen grietas o pequeños cortes.
• No se toquen la cara. (¡Es tan importante, pero tan difícil de evitar!)
• Eviten compartir accesorios, botellas con agua, comida, y demás.
• Las mascarillas o tapabocas no sirven para evitar contraer el virus, y los trabajadores de la salud las necesitan con urgencia. A menos que un proveedor de atención médica les indique su uso, no lo hagan. Si están enfermos como para usar una mascarilla, consideren la cuarentena autoimpuesta.
• El esfuerzo de contener el virus llevará a un consumo masivo y global de productos desechables. Busquen formas de reducir el uso personal de plásticos, la moda pronta (también llamada moda rápida) y otros artículos de consumo innecesarios para compensar la carga de nuestra familia humana y planetaria.
¿CÓMO PUEDEN CONTRIBUIR LOS MAESTROS Y PROPIETARIOS DE ESTUDIOS DE YOGA?
• Manténganse dentro de los límites de la práctica. Si no están calificados en asuntos de salud pública, no ofrezcan opiniones ni menoscaben los esfuerzos de quienes están para atenderla.
• Cancelen sus clases grupales, AHORA. Una acción inmediata puede salvar vidas, minimizar la interrupción de distribución para los servicios de salud y mitigar el impacto económico del virus.
• Tómenlo con seriedad. Respeten las preocupaciones legítimas, basadas en la evidencia de parte de organismos de salud pública. Ellos están aquí para protegernos, el COVID-19 es muy infeccioso y se propaga con velocidad. Si bien las cifras pueden parecer pequeñas ahora, no reflejan la verdadera extensión de contagio del virus. Sin una contención agresiva, su incidencia (cantidad de casos nuevos) aumentará exponencialmente en la siguiente semana.
• Conozcan cómo se transmite el virus. La ruta principal es a través de las gotas respiratorias de una persona infectada. Incluso alguien que es asintomático puede estar propagando el virus. Una persona que estornuda o tose por cualquier motivo (por ejemplo, alergias estacionales o EPOC, no solo por el COVID-19) puede transmitir el virus. Los medios secundarios son las superficies que haya tocado una persona infectada.
• Los virus adoran los centros de yoga. Si mantienen sus centros de yoga abiertos para clases individuales privadas, limpien el estudio sistemáticamente y de acuerdo con los protocolos.
— Primero, limpien la suciedad visible de la superficie.
— Dejen que transcurra más tiempo del habitual entre sesiones para lograr una desinfección adecuada.
— La estrategia más segura es reducir o simplemente guardar todos los accesorios para eliminar los fómites, que son las superficies donde pueden vivir los virus.
— Si no pueden limpiarlos correctamente después de cada clase, no ofrezcan tapetes ni accesorios a sus alumnos.
— Presten especial atención a las superficies que suelen entran en contacto con las manos y la cara (básicamente todos los accesorios de yoga).
— Dejen que la superficie se seque por completo.
— Desinfecten la superficie utilizando una solución de uso hospitalario recomendada por el organismo competente.
• Desinfectar es responsabilidad de la directiva del centro de yoga. La responsabilidad no puede recaer sobre sus alumnos ya que existen demasiadas probabilidades de que se cometan errores humanos.
• Empodérense a sí mismos y a sus maestros y sean firmes: los alumnos con síntomas respiratorios deben abstenerse de ir a la clase de yoga. Eviten practicar la "compasión idiota". La mayor compasión es hacia la comunidad. Piensen cómo pueden incentivar la práctica en el hogar, las sesiones individuales o las clases en línea.
• Incentiven a sus maestros para que sigan las mejores prácticas. Los maestros sienten la presión económica y personal de presentarse a dictar su clase. ¿Pueden pagarles a sus maestros cuando se quedan en casa y hacerles más fácil conseguir suplencias? ¿Pueden alentar a sus alumnos para que consideren pagarles a sus maestros de todos modos?
• Asegúrense de que su centro de yoga no está presionando a los estudiantes para que asistan a clase. Este no es el momento de organizar desafíos de 30 días o decirles a sus alumnos que deben asistir a clase todos los días.
• Mantengan su sistema nervioso e inmunológico bajo control. Practiquen una conexión silenciosa todos los días: mediten sentados o mientras caminan, encuentren un lugar para sentarse y estar en contacto con la naturaleza, hagan yoga restaurativo en sus casas, canten o utilicen cuencos tibetanos. Los baños de naturaleza son mi refuerzo favorito para el sistema inmunológico. Utilicen sus remedios naturales preferidos como la baya del saúco o, sí, sus aceites esenciales (la investigación no es concluyente ni definitiva sobre la baya del saúco por varias razones, pero este es un gran ejemplo de que está bien usar un remedio popular; depende más del análisis de los riesgos y beneficios que solo puede aplicar la persona que lo toma. En cuanto a los aceites esenciales, la evidencia de sus beneficios es baja, pero no presentan riesgos siempre y cuando no los ingieran).
• Asegúrense de que sus vacunas estén al día. Padecer múltiples epidemias de enfermedades es muy parecido a una película de terror apocalíptica. Las vacunas son el mayor avance en la salud pública del siglo XX. Las creencias anti-vacunación son literalmente antisociales.
• Absténganse de las prácticas asistidas y en pareja. Además de la obvia necesidad de contener el virus, sus alumnos no se beneficiarán del estrés que puede provocar la preocupación por el contacto físico.
• Lleven sus clases afuera. La salud humana y la del entorno natural están intrínsecamente ligadas. Los beneficios que tiene el contacto con la naturaleza para la salud están bien respaldados por evidencia; la naturaleza ofrece un aire más puro y quizá una menor cantidad de fómites en un área menos densa.
• Diseñen estrategias para apoyar a los yoguis con capacidades diferentes ahora y no más adelante. Las medidas de contención priorizan las necesidades de salud pública sobre las necesidades de la salud individual y eso puede resultar injusto. La reducción o eliminación de accesorios afecta negativamente a los alumnos que los necesitan por tener capacidades diferentes. Eliminar los ajustes y asistencias manuales pueden dejarnos sin el feedback externo en quienes lo necesitan (por ejemplo, yoguis hipermóviles y aquellos con afecciones neurológicas). ¿Cómo podrían las comunidades encontrar la forma de apoyar a estos yoguis? ¿Cómo podemos nosotros, como comunidad más amplia, ayudarnos de manera ingeniosa? La colaboración para evitar el avidya — ignorancia o evasión — es la verdadera práctica yóguica.
• Eviten el estigma. No divulguen el estado de salud de sus alumnos. Si necesitan hablar con un alumno sobre sus problemas de salud, llévenlo aparte y háganlo de forma discreta. ¿El marketing que están usando muestra a personas asiáticas con mascarillas? ¿Alientan conversaciones acerca del origen chino del virus? Cuestionen cualquier afirmación acerca de que ciertos grupos son más o menos susceptibles a la enfermedad. Nuestros esfuerzos deben ser prosociales y antirracistas.
• Encuentren formas de apoyarse mutuamente durante los períodos de aislamiento social. Hagan donaciones a organizaciones sociales del área donde viven. Reúnanse regularmente por FaceTime con familiares y amigos. Cuiden a sus vecinos, e inviten a un adulto mayor a alguna partida de juego. Las interacciones uno a uno no son un problema si todos mantienen rutinas de higiene adecuada. Pregúntense: ¿es posible canalizar la preocupación brindando apoyo a la comunidad?
• Confíen en las instituciones y el conocimiento que aportan. Esto va a ser un reto particular para muchos. La Administración Trump ha sido abiertamente hostil a los esfuerzos en salud pública, y muchos yoguis, independientemente de su inclinación política, no confían en la salud biomédica por múltiples razones (algunas perfectamente válidas). ¿Cómo pueden practicar santosha durante este tiempo y permitirse recibir las circunstancias tal como se presentan?
• Elijan sabiamente sus fuentes de información. En mi caso, googleo regularmente al inmunólogo Dr. Anthony Fauci y veo sus comentarios al respecto. (¡Es un tesoro nacional!) Peter Hotez también es fantástico. Helen Branswell tiene un excelente feed de Twitter. Lean fuentes confiables como los organismos de salud, el NIAID y la OMS. Vayan directamente a las fuentes médicas de información antes de consultar un periódico. Muchas revistas médicas de gran prestigio revisadas por colegas, como JAMA y el New England Journal of Medicine, publican cartas e informes técnicos para informar al público sobre opiniones y teorías de expertos. También confío en el Atlantic, el New York Times y el Washington Post ya que informan responsablemente sobre el COVID-19.
• Recuerda: esto es temporal. Las medidas exitosas en el ámbito de la salud pública generalmente finalizan de manera modesta, devolviéndonos al estadio anterior donde la enfermedad no estaba. Deseo que cuando recordemos este momento estemos satisfechos por el éxito de nuestros esfuerzos para evitar que muchas personas enfermen o mueran, tal como celebramos cuando un amigo cercano entra en remisión del cáncer.
En estos días, cada vez que me lavo las manos, invoco el mantra Mangala:
Om svasti prajābhyaḥ paripālayantām
nyāyena mārgeṇa mahīṃ mahīśāḥ
go-brāhmaṇebhyaś śubham astu nityam
lokās samastā sukhino bhavantu
Om shanti shanti shanti
Que estemos todos bien y protegidos
Que los gobernantes de esta tierra tomen sabias decisiones
Que la tierra sea abundante para aquellos que la reconocen como sagrada
Que todos los seres, sin excepciones, conozcan la serenidad.
Paz, paz, paz.