Yoga accesible: técnicas para adaptar las asanas

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Este es el octavo artículo de una serie de artículos sobre variantes de prácticas clásicas de yoga. Esperamos que sirvan de guía a los instructores para que puedan encontrar métodos seguros y provechosos que todos los alumnos puedan practicar.

Lo admito: al enseñar yoga, he tenido momentos que no han sido muy brillantes. Hablo de esas veces en las que un alumno no entendía cómo practicar una postura y pasaban tantas cosas en la clase que sólo atinaba a seguir avanzando en vez de detenerme a ayudarlo. Fueron momentos dolorosos para mí. A veces parece imposible hacer que una asana funcione para todos los alumnos, pero debemos intentarlo. Entonces, ¿cómo podemos hacer prácticas accesibles para todos, especialmente cuando tienes alumnos de diferentes niveles en la misma clase?

En nuestra formación recibimos poca o ninguna capacitación sobre cómo abordar este problema. En un mundo ideal, los alumnos de una misma clase estarían en el mismo nivel de práctica, pero eso no es real. Una vez que comenzamos a dar clases al público, inmediatamente descubrimos que el cuerpo de cada persona es completamente diferente y que tenemos que profundizar para encontrar nuestro lado creativo, que quizá ni sabíamos que teníamos, para atender las necesidades de todos los alumnos.

Necesitamos incorporar algunas destrezas y técnicas para que nuestros alumnos estén seguros y cómodos en nuestras clases. El punto más importante es que debemos brindar la misma atención y cuidado a todos. Con frecuencia escucho a un maestro diciéndole a un practicante que encuentre su propia versión de una postura, pero suena como si el instructor quisiera evadir su responsabilidad. Además, el alumno puede creer que está haciendo una variante adaptada de una postura sólo porque tiene una forma parecida a la postura original.

El verdadero desafío para un maestro es comprender el propósito y la estructura interna de una postura y encontrar formas de ofrecer los mismos beneficios a personas con diferentes niveles, trabajando desde adentro hacia afuera.

Aquí hay algunos consejos para hacer posturas accesibles para todos, incluso cuando tengas alumnos de diferentes niveles en la misma clase.

Técnicas:

Curiosidad, creatividad y colaboración

El punto más importante para adaptar asanas es la actitud del instructor y la relación entre el instructor y el alumno. Por supuesto, mi trabajo es velar por la seguridad de mis alumnos, pero hay una manera de equilibrar mi conocimiento y experiencia como docente con la libertad que cada alumno encuentra al hacer su exploración personal. Acercarse al alumno para colaborar en la búsqueda de variantes hace que el proceso sea más gratificante para todos los involucrados. Mis estudiantes frecuentemente inventan variantes de posturas que nunca soñé y aprendo cosas nuevas de ellos todo el tiempo.

Necesitamos incorporar algunas destrezas y técnicas para que nuestros alumnos estén seguros y cómodos en nuestras clases.

Analiza la postura

Por lo general, es muy útil comenzar analizando los beneficios de la postura, la experiencia energética interna y por qué la practicamos de la manera en que lo hacemos. Cada postura ofrece una experiencia de prana (energía) moviéndose en el cuerpo y podemos explorar esa experiencia en nuestra práctica personal. Con ese conocimiento, podemos dividir la postura en elementos y ofrecerles a nuestros alumnos los elementos que son accesibles para ellos.

Por ejemplo, si examinamos vrksasana, la postura de árbol, encontramos muchos movimientos y efectos diferentes: equilibrio, fortalecimiento de la pierna de soporte, apertura de la cadera en la pierna levantada, apertura del hombro y del pecho (dependiendo de la posición del brazo), la experiencia energética de estar en una postura de pie erguida y abierta, y mucho más.

Para hacer que una postura sea accesible, el instructor ayuda al alumno a experimentar los elementos a los que puede acceder y lo guía para eliminar los que le resultan inaccesibles. Por ejemplo, usar una pared para sostenerse en la postura de árbol elimina el elemento de equilibrio, de esta manera la persona puede enfocarse más en la estructura interna para pararse en una sola pierna.

De manera parecida, un alumno que practica la variante de la postura del árbol en una silla puede obtener el beneficio de la apertura de la cadera gracias a la posición de la pierna y la apertura del hombro y el pecho a través de la elevación de los brazos. A partir de ahí, el instructor puede guiar al alumno hacia dentro para explorar el elevarse y alargarse como un árbol, aunque esté sentado, permitiéndole acceder a la experiencia energética interna que considero es esencial para practicar una asana.

Utiliza accesorios de apoyo

Los accesorios son el mejor amigo de un instructor de yoga. Nos ofrecen formas de adaptar el espacio alrededor del alumno para ajustarlo a su propio cuerpo. Entre otras cosas, los accesorios pueden elevar el piso, conectar partes del cuerpo, aumentar o disminuir la presión, ofrecer sostén para el equilibrio y construir la estructura en la postura. Por ejemplo, una manta debajo de las caderas cuando se está sentado con las piernas cruzadas como en sukhasana (postura fácil), eleva el piso y baja las rodillas, haciendo más cómoda la postura.

Los accesorios de apoyo también pueden cambiar la relación entre las partes del cuerpo. Una correa o banda de yoga alrededor del pie extendido en una flexión hacia adelante sentada, como janu sirsasana (postura del sauce), ayuda a relajarse y evitar que la espalda baja se tense. En este ejemplo, la correa también está creando una estructura energética para la postura. En vez de empujar a través del espacio con las manos o esforzarse para llegar a los dedos del pie, sujetar un elemento que está conectado al pie nos ofrece una sensación de arraigo que permite que el cuerpo se libere y se deje ir.

Cambiar la orientación y el efecto de la gravedad

Otra forma de adaptar una asana es modificar la orientación del cuerpo en el espacio y, por lo tanto, cambiar el modo en que la gravedad afecta al cuerpo. Por ejemplo, para alguien con isquiotibiales tensos, una flexión hacia adelante sentada como paschimottanasana o postura de la pinza puede ser todo un desafío. Si esta persona está luchando para sentarse erguido en dandasana (postura del bastón), entonces ya está trabajando contra la gravedad al levantar y alargar la columna vertebral. Flexionarse hacia adelante con las piernas estiradas en este caso solo añadiría presión. Si en vez de eso la persona hace una uttanasana o postura de la pinza de pie permite que la gravedad lo ayude a entrar en la postura. Así el alumno podrá enfocarse en hacer una bisagra con las caderas y permitir que el peso de la parte superior del cuerpo estire suavemente los isquiotibiales.

Hazlo dinámico

A veces, entrar en una asana de una manera diferente puede hacerla más accesible. Entrar y salir de una postura con la respiración, lo que se llama práctica dinámica, puede ser una experiencia más moderada que mantener una postura estática. Por ejemplo, entrar en bhujangasana (postura de la cobra) con una inhalación y salir con una exhalación es una buena manera de explorar la postura y desarrollar fuerza.

Usa la experiencia interna

Cuando no podemos encontrar la manera de que una postura funcione para un alumno, le podemos pedir que visualice la postura en su mente. Quizás pueda parecer que hemos renunciado a ayudar a ese alumno, pero, en realidad, esto es una oportunidad para que ellos exploren la experiencia interna de la asana. Visualizar una práctica es una forma muy sutil y poderosa de practicar. Podemos experimentar casi todos los beneficios de una postura al imaginar que la estamos haciendo. Además, practicar las asanas en la mente nos da la oportunidad de explorar la parte energética de una manera aún más sutil y refinada.

El yoga nidra o relajación guiada es un excelente ejemplo del poder de la visualización. Podemos relajar cada parte del cuerpo mientras nos movemos por él mentalmente y así logramos una experiencia más profunda de relajación sin un solo movimiento físico. La respiración alternada por las fosas nasales sin el uso de la mano es otra buena manera de explorar esto. Con la práctica es posible llegar a sentir que la respiración entra y sale por una fosa nasal a la vez, aunque no estemos tapando físicamente la otra fosa nasal. Las destrezas utilizadas en estas prácticas sutiles pueden trasladarse a la visualización de asanas si sabemos cómo enfocar la mente.

A medida que nos volvemos más experimentados, aprendemos destrezas y técnicas para modificar la práctica y así atender las necesidades de las personas que tenemos adelante. Al tener una comprensión clara del propósito de las prácticas y distintas técnicas para adaptarlas, un instructor podrá darles un mejor servicio a todos sus alumnos por igual.

Acerca del Maestro

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Jivana Heyman
Jivana Heyman, C-IAYT, E-RYT500, is the founder and director of Accessible Yoga, an international non-profit... Leer más