Yoga al alcance de tus manos

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El hombre siempre ha buscado conectarse con los demás, siendo esta una necesidad y un hecho que nos hace evolucionar enormemente, expresando ideas, sentimientos, generando acción y conocimiento.

Hoy en día, con sólo levantar un dedo estamos conectados con el mundo entero. Podemos comprar y vender, viajar, cocinar, aprender matemáticas o idiomas, lo que quieras y todo, gracias a la tecnología digital (del latín “digitus”, dedos), una tecnología que nos ha permitido elaborar métodos para expresar otras, mecánicas y análogas, en números.

Estos dígitos se refieren a los diez primeros números entre cero y nueve, es decir, números que podemos contar con los dedos de las manos y de los que se ha servido la informática para crear el sistema binario de numeración usando (01). Volviendo a los dedos, ya en la antropología clásica, a la mano se le considera la herramienta clave de la evolución del cerebro, especialmente al dedo pulgar (controlado sólo él por 9 músculos diferentes), pues gracias a él, pudimos agarrar objetos con facilidad y hacer herramientas sofisticadas desatando así un ciclo de retroalimentación positivo cuerpo-mente, que llevó a una actividad neuronal mucho más compleja.

2,5 millones de años de evolución y un sofisticado sistema sensorial (dentro del sistema nervioso) ayudan al cerebro que conocemos hoy a procesar e interpretar la información que recibe. Todos los órganos de los sentidos (ojos, piel, oídos, nariz y lengua), se conectan al cerebro a través de una extensísima red de nervios ramificados desde la médula espinal y repartidos por todo nuestro cuerpo.

Nuestras manos y pies, por ejemplo, poseen muchísimas terminaciones nerviosas que transportan señales eléctricas cuando reciben un estímulo. Entonces una neurona sensorial, con ayuda de unas proteínas que actúan de receptores y transforman esa información, la reparten a regiones del cerebro especializadas donde se integran, se perciben y se responden.

En el caso del tacto, las neuronas motoras, se agrupan en el córtex según la parte del cuerpo que controlan. A mayor destreza o sensibilidad en esa parte del cuerpo, mayor superficie del córtex motor ocupará. Así, terapias que incluyen ejercicios con las yemas de los dedos son usadas frecuentemente para estimular el cerebro de los niños con dificultades de aprendizaje.

Al moverse, manos y dedos repercuten en distintas partes del cuerpo, como sucede con el plexo braquial, donde éstas se conectan con cuello, hombro y brazos. Cada vez que abrimos bien la palma y los dedos de las manos creamos un efecto reflejo en la caja torácica, de manera que las vértebras de esta se expanden, aumentando la capacidad de nuestros pulmones (Ilse Middendorf).

Puedes comprobarlo tú mismo simplemente haciendo lo opuesto. Cierra bien tus manos creando dos puños e inspira, ábrelos cuando sueltes el aire.

Ahora, con las manos abiertas, extendiendo bien tus dedos, inspira, cierra cuando espires. ¿Notas la diferencia?

Con los mudras, se produce una conexión en nuestra fisiología energética entre dos puntos que crea un circuito entre ese punto y el cerebro y que se ve reforzado a medida que se repite el gesto, activando zonas de nuestra corteza prefrontal, así como puntos reflejos de la mano que, según la reflexología, se corresponden con zonas del cuerpo, órganos y glándulas.

Pero, ¿qué son exactamente los mudras?

La palabra mudra significa sello, símbolo. Son gestos o posturas que realizamos con ojos, manos y cuerpo y que nos ayudan a evitar que la energía se disipe, a activar zonas específicas del cerebro y a potenciar los efectos de nuestra práctica de yoga y meditación. Son una forma de comunicación con nuestro propio cuerpo.

Los astrónomos creen que la mitad de átomos de nuestro cuerpo proceden de enormes explosiones de supernovas, y según la Ayurveda, (medicina tradicional India y ciencia hermana del yoga), los dedos de las manos representan distintos órganos y elementos.  Un desequilibrio por exceso o por defecto de estos elementos, puede influirnos en el plano físico generando enfermedad. Cada dedo tiene asociados además un planeta y una cualidad humana. Practicar mudras asiduamente podría devolvernos el equilibrio idóneo.

PULGAR: MARTE. FUEGO. FELICIDAD. SER SUPERIOR.

ÍNDICE: JÚPITER. AIRE. SABIDURÍA INDIVIDUAL. NARIZ.

CORAZÓN: SATURNO. ESPACIO. EGO. DIENTES.

ANULAR: TIERRA. ENERGÍA. OJOS.

MEÑIQUE: MERCURIO. AGUA. INTUICIÓN.

Esta asignación puede cambiar según la tradición.

Siguiendo con la importancia de las manos, siempre en la India, se cree que pudo surgir la quiromancia (Quiros: mano; Mancia: adivinación). Los gitanos, como posible pueblo de origen Indio o Pakistaní junto con chinos, sumerios, persas, egipcios, griegos y romanos utilizaban ya este arte, asignando a las líneas de la mano, significados relacionados con los planetas y la astrología.

Hoy en día la ciencia nos dice que tales líneas ayudan a las manos a realizar muchas de sus funciones como abrirse, cerrarse o realizar movimientos rápidos sin pliegues excesivos o piel acumulada que pudiese molestar, y que muchas de esas líneas se han dibujado en nuestras manos alrededor del tercer mes de gestación.

Lo cierto es que manos y dedos dicen mucho más de nosotros de lo que imaginamos, siendo objeto constante de estudio para los biólogos evolutivos. Tamaño y forma estarían relacionados con concentraciones de hormonas sexuales (testosterona y estrógenos) y ciertos genes desarrollados en la misma fase embrionaria, predisponiendo nuestra fertilidad en mayor o menor medida.

Cada cultura les dota de una particular simbología, así para los hebreos, la mano derecha es la autoridad, la mano que bendice. Para los taoístas, esa misma mano representa la acción mientras que la izquierda simboliza la sabiduría. Para los celtas la mano derecha representa el poder, mientras que la izquierda tiene una connotación siniestra. Con el pulgar, los romanos regalaban la vida o condenaban a muerte y, para la cábala, la unión de ambas representaba el número diez, la unidad.

A través de los mudras, que también simbolizan comportamientos, estados emocionales y sentimientos, podemos influir en nuestro organismo.

Para aumentar la energía de un elemento, tocaremos la base del dedo correspondiente a ese elemento con el pulgar. Para reducirla, llevamos el dedo del elemento elegido al centro de la palma y lo presionaremos con el pulgar y para neutralizar a un elemento, llevamos el dedo en cuestión a la base del pulgar.

Pero, pasemos a la parte práctica.

Existen muchos mudras que se pueden potenciar si se combinan con visualizaciones, técnicas de respiración y/o mantras. Es recomendable buscar la raíz del problema en lugar de usar un determinado mudra para aliviarlo. Consulta con tu médico siempre y practica con toda tu intención para mejorar sus beneficios.

Los siguientes mudras los pueden practicar todas las personas a cualquier hora pero, lo mejor sería hacerlos en momentos de transición del día, al amanecer, atardecer o anochecer ya que  la energía cósmica está en su punto álgido a esas horas.

Si necesitas tumbarte hazlo, pero realizarlos sentados demuestra respeto y aprecio por su fuerza y su energía, aparte de conectarte con ese momento con mayor intención.

Practícalos con la mente despejada y, de ser posible, con el estómago vacío para que puedas enfocarte en el mudra y cualquier sensación que puedas experimentar.

Se ha comprobado que para obtener resultados lo ideal sería mantenerlos por al menos 20 minutos en una misma sesión, pero si es la primera vez que los realizas y te resulta incómodo, ve poco a poco hasta lograr llegar a los 20 minutos.

Para recuperar energía:

SURYA MUDRA:

Ayuda a distribuir el Prana (energía vital) para que circule mejor por todo nuestro cuerpo conectando la energía del Sol con la Tierra.

Favorece la cicatrización de tejidos, de cortes y heridas, mejora la piel seca y las uñas frágiles.

También mantiene alejados los resfriados ya que facilita el incremento de la temperatura del cuerpo.

Sentado cómodamente, conecta la punta del dedo anular (del anillo) con la punta de tu pulgar y apoya el dorso de la mano cerca de tus rodillas o muslos. Pegando el resto de los dedos, los estiramos lo máximo posible. Respira calmadamente.

PRANA MUDRA:

Con este mudra despertamos la energía inactiva de nuestro cuerpo y mente. Nos ayuda a regular hábitos nocivos que nos provocan insomnio o desorden alimentario. Reduce la debilidad y fatiga crónica.

Aumenta la autoestima y mejora el sistema inmunitario. Alivia emociones negativas como la ansiedad o la destructiva envidia. Reaviva la alegría y el entusiasmo.

Nos serviremos de las dos manos.

Juntamos la punta del anular y meñique que se presionan ligeramente con la punta del pulgar.

Estiramos el resto de dedos.

Acompañaremos el gesto con una respiración de igual intensidad en la inhalación y exhalación.

Para relajarte:

CHIN MUDRA:

Uno de los mudras más significativos pues nos recuerda el fin último de la práctica de yoga, fundir nuestro yo individual, terrenal, con nuestro yo superior para alcanzar un estado divino.

Es decir, unir cuerpo, mente y alma.

A través del yoga intentamos eliminar las 3 impurezas básicas de nuestra naturaleza: el ego, el karma y la falsa percepción de las cosas. Cuando realizamos chin mudra ayudamos a conectar nuestra conciencia individual (representada en el dedo índice) con aquella superior, universal, (pulgar) de la que todos provenimos y formamos parte.

Para realizar chin mudra, adopta una postura cómoda sentada. Junta la punta de tu índice con la del pulgar y estira el resto de dedos. Coloca las manos sobre tus piernas boca abajo y respira sosegadamente.

Con este mudra podremos mejorar nuestra concentración, las pautas del sueño y potenciar los períodos de meditación.

TSE MUDRA:

Considero a este mudra una tabla de salvación para muchas personas que lo están pasando mal, especialmente después de la pandemia, pues ayuda a superar los malos momentos.

Según monjes Taoístas, espanta la mala suerte, la tristeza, el miedo y la depresión.

Si quieres probarlo, siéntate cómodamente y coloca el pulgar dentro de la palma de tu mano (ambas) de manera que su punta toque la base del meñique. Después cierra el resto de dedos envolviéndolo. Inhala con calma y mientras lo haces canta en tu mente el mantra OM. Cuando exhales, nota tu abdomen contraerse ligeramente y abre la palma de tus manos.

HAKINI MUDRA (mudra de la mente)

Este es un mudra muy especial ya que ayuda con la concentración y la memoria. Facilita la cooperación entre los dos hemisferios del cerebro y aumenta nuestra videncia e intuición, al igual que nuestra creatividad.

Promueve estados de calma frente al estrés y además mejora la respiración. Se recomienda practicar con la mirada hacia el espacio entre las cejas (tercer ojo).

Sentado, acerca las palmas de las manos sin tocarse. Junta las puntas de los dedos de ambas, como si de un imán se tratase. Puedes subir las manos a la altura del tercer ojo, en el centro de la frente.

Mientras inhalas, lleva la punta de la lengua a tocar el paladar y relájala mientras exhalas.

Se potencia si se realiza al amanecer.

Estos son solo una mínima selección para comenzar, pero, existen muchísimos más mudras con un sin fin de beneficios. Practica y recuerda:

Manos generosas, manos poderosas.

Fuentes:

Mudras. Yoga in your hands. Getrud Hirschi

Sunitha S, Sharma CP.

Mudra therapy and its classification. Int J Health Sci Res. 2021; 11(1):118-126.

Dr. Mathew J Taylor.

Ilse Middendorf. (Respiratory Therapy).

Mudra. The sacred secret. Indu Arora

Neurobiología de los sistemas sensoriales. Graciela Meza Ruiz.

D. E. Lieberman, B. M. McBratney, G. Krovitz, The evolution and development of cranial form in Homo sapiens.

 

 

 

 

 

 

Acerca del Maestro

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Mónica Pardo
Mónica P. Pardo es profesora de Yoga, E- RYT 500, YACEP y PYT, cumpliendo con los criterios de Yoga... Leer más