Yoga Restaurativo, permanecer en la seguridad de la quietud.

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Durante los últimos 15 años, mi vida profesional ha girado alrededor del mundo del yoga y he dedicado más de 4000 horas de enseñanza. Y muchas de estas horas fueron dedicadas al Yoga Restaurativo. Quiero compartir con Uds. las formaciones recibidas de mis maestros, las experiencias de mis clases y la retroalimentación brindada por mis alumnos.

¿Qué es el Yoga Restaurativo?

El Yoga Restaurativo es una forma de relajación receptiva que trabaja a niveles muy profundos tanto del cuerpo como de la mente y que no requiere esfuerzo físico. Para evitar estimular el sistema nervioso simpático y minimizar el estrés y la tensión, se practica en la quietud en donde el cuerpo y la mente se restauran, se re-balancean y se renuevan. Con la ayuda de diferentes soportes (bolsters, mantas, silla, bloques, cintas) la postura se mantiene por un tiempo más prolongado.

El Yoga Restaurativo permite entrar en un estado de descanso profundo sin quedarte dormido, lo que permite notar dónde el cuerpo tiene estrés, tensión y dónde está relajado. Esto ayuda a darte cuenta de que puedes evocar la respuesta de relajación cuando estás bajo condiciones de estrés.

¿Cómo afecta esta práctica en mi bienestar?

La práctica está diseñada para estimular el sistema nervioso parasimpático, la parte del sistema nervioso involuntario que apoya el descanso y la recuperación.

En este tipo de clases, gran parte de la práctica es dejar ir, confiar y conectarse desde la quietud con ese vasto mundo interno escuchando de manera consciente pensamientos, emociones y sensaciones que han sido dejados de lado. Observando y experimentando el propio cuerpo, y la mente deshaciéndose de las capas de estrés y tensión que quizás ni siquiera sabías que estaban allí.

El cuerpo y la mente comienzan a entrar en equilibrio y a conectarse entre sí. Durante la práctica podemos sentirnos vulnerables, emocionales o ansiosos. Todo esto es parte del proceso en el que se crea espacio para la conexión y la sanación. Los efectos calmantes sobre el sistema nervioso durante una práctica de Yoga Restaurativo crean las condiciones para que la capacidad innata del cuerpo se recupere. La creación de un entorno de contención interna segura para la práctica de introspección ayuda a observar la mente desde un lugar de conciencia, percepción clara y compasión amorosa.

Al entrar en esta relajación profunda, entras en contacto con los activadores subconscientes, estos hábitos que se refinan y se depositan en el campo mental en forma de impresiones sutiles (samskaras) y sus estructuras de concatenación de impresiones (vasanas) que se apoderan de nuestra mente.

Frente a la observación desde la quietud y la sensibilidad de estas impresiones es cuando comienzas a desapegarte (vairagya) de ellas para crear nuevos patrones acordes a tu realidad en el momento presente. Liberándote y permitiéndole Ser.

Desde esa observación plena y consciente es cuando permites dejar ver esas impresiones para darles su paso, sostenerlas y encontrar un estado de balance que permite al cuerpo crear el espacio para sanar.

Según el Yoga Sutras de Patanjali estos patrones arraigados (percepciones pasadas, instintos e impresiones sublimadas u ocultas) e ignorados que nublan la mente (kleshas) son causantes de nuestro sufrimiento.

Esta práctica apoya la resiliencia dando la oportunidad de recuperarse antes de la próxima experiencia de estrés y prepararte para una acción sabia sin reaccionar. Además apoya la sensación de seguridad en la quietud y aumenta la conciencia de alerta sin hipervigilancia enseñando como estar inmovilizados fuera de la zona del miedo.

Es una de las prácticas de yoga con un nivel de desafío alto ya que hay que sostener una postura en la quietud por un tiempo prolongado y muchas veces permaneciendo en la incomodidad mental. El cuerpo descansa completamente sin hacer esfuerzo alguno sostenido por los elementos apropiados para esa postura, aunque la mente comienza a trabajar más y más intentando sacarte de este momento. Las oscilaciones mentales continúan afectando a las envolturas internas, la inteligencia, el ego, la consciencia y el sí-mismo aunque transcurrido un tiempo de permanencia, podemos comenzar a trabajar con nuestros miedos, apegos y aversiones. Permitiéndole abrir tu mente a nuevas posibilidades para que seamos menos ignorantes.

Pasado un período de tiempo comienzas a desarrollar la observación sin identificarte con lo que la mente y el cuerpo te van transmitiendo. Comienzas a experimentar la estabilidad (Sukham) y la comodidad (Sthira) que es el corazón de la práctica del yoga y de la meditación. Es un estado en donde te recuerdas como SER HUMANO y no como HUMANO HACIENDO.

¿Cómo es una práctica de Yoga Restaurativo?

Las secuencias en una práctica de Yoga Restaurativo se pueden dividir en tres partes, acorde a la relación de la cabeza con el corazón en cada postura (asana).

La primera parte de la clase comienza con asanas en donde la cabeza está por encima del corazón. Es la manera de comenzar la práctica restaurativa y de transitar hacia la relajación profunda. Comenzando así vas gradualmente desconectando del exterior para conectarte con el más profundo Ser.

En la segunda parte experimentas asanas específicas en donde la cabeza se sitúa por debajo del corazón, estas son posturas más activas, y es aquí donde vas más profundamente a la relajación, al reducir la actividad simpática en el sistema nervioso. Por lo tanto es cuando comienzas a estimular el sistema nervioso parasimpático utilizando la respiración para enfocar la consciencia y la atención durante la práctica. Es así como permite el aumento del tono vagal que conecta con nuestro cerebro y con el sistema respiratorio, circulatorio y digestivo. Dando como consecuencia el equilibrio y el fortalecimiento de las defensas frente a situaciones de estrés.

Y en la tercera parte experimentamos asanas en donde la cabeza y el corazón están al mismo nivel. Por medio de la introspección sincera puedes lograr el autocontrol frente a la resistencia mental y la inquietud física.

Como seres humanos, vivimos muchas veces sin saber muy bien por qué hacemos lo que hacemos, sin saber de dónde venimos y hacia dónde vamos, o por qué actuamos de determinada manera. No conocemos el objetivo de nuestra existencia, por lo que a través de esta práctica meditativa de contención y soporte podemos encontrar algunas de las respuestas que aliviarán nuestro sufrimiento. Según Sri Krishna en el Bhagavad Gita la realización del Ser se manifiesta poniéndose en contacto con su verdadero Ser, con su verdadera esencia: el alma.

En cada clase se experimentan como máximo cuatro a cinco posturas en un ambiente de calma y contención. Los movimientos son lentos y gentiles de un asana a otro y requiere un acomodamiento mayor comparado con otras prácticas de yoga. Con la asistencia correspondiente para encontrar el soporte y la postura correcta se ingresa en un estado de relajación profunda en donde el cuerpo y la mente se dejan sostener por los elementos.

La respiración es la gran aliada ya que a través de ella y con ella se logra entrar en lo más profundo para ir conectando, restaurando y re-balanceando desde ahí. Mientras esto sucede, la voz del profesor se escucha guiándo con visualizaciones y respiraciones para dar comienzo a ese camino de restauración.

No solamente se logra la calma a nivel mental y físico de manera inmediata porque dejamos de contraer y nos permitimos experimentar la incomodidad emocional sin reaccionar, sino que permite desarrollar el arte de la atención plena, ayudando así a que esas sensaciones y/o emociones se muevan a través de nosotros en la misma quietud sin escapar y generando más conciencia en el momento presente.

Como terapeuta transpersonal, además de profesora de yoga, utilizo este estilo de yoga como herramienta de sanación y acompañamiento en el proceso que cada uno traiga al momento presente, generando el espacio seguro para poder expresar y expandir cada emoción depositada en el Ser.

¿Por qué practicar Yoga Restaurativo?

Sin duda, necesitamos más este tipo de práctica en donde el tiempo y el mundo en que vivimos está en contínuo cambio. Estudios demuestran que los efectos provocados por estrés en el cuerpo y mente van incrementándose año a año. Todos necesitamos unos minutos de abrazo calmante por día para desconectarnos del exterior y conectarnos con nuestro silencio interior.

Las prácticas restaurativas dan la oportunidad de darse cuenta de dónde se sostiene la tensión tanto física como emocional, y así comenzar a drenar a través de la exhalación, de la no reacción y vamos entrando en un estado de equilibrio.

¿Quién puede practicar este estilo de Yoga?

Tanto para principiantes como avanzados, el Yoga Restaurativo podría ayudar en base a experiencias de alumnos y análisis de casos, a vivir una vida confortable en tu propio cuerpo, a permanecer en la incomodidad sin reaccionar y a permitir observar sin hostigamiento; todos pueden practicar este estilo de yoga ya que existen adaptaciones para cada situación en particular.

En definitiva el Yoga Restaurativo es una experiencia sentida en la quietud que enseña a ocupar el asiento de la conciencia, a observar la mente, a estar completamente presente y a ejercitar el discernimiento antes de actuar.

Acerca del Maestro

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Belu Dominguez
Belén es licenciada en Recursos Humanos y comenzó su camino en el yoga buscando herramientas para su... Leer más