A medida que pasan los años, nuestra columna vertebral comienza a rendirse a la gravedad y muchas veces terminamos con la espalda redondeada y los hombros caidos hacia adelante. Esto no solo causa un desequilibrio que afecta a nuestra postura y la capacidad de caminar y pararnos sin miedo a sufrir caidas, sino que además puede fomentar las típicas fracturas que suceden cuando existe osteopenia u osteoporosis. Sin embargo, con prácticas específicas para desafiar a la gravedad, podemos encontrar el balance para revertir la cifosis o el redondeo del torax, fortalecer nuestra columna y alinear nuestra postura.