Esta práctica que combina las torsiones con el fortalecimiento de los brazos y la activación de los bandhas, va preparando el cuerpo y la mente para culminar con la postura parva bakasana. Las torsiones nos ayudan a eliminar toxinas de los órganos internos y nos centran; mientras que el fortalecimiento de brazos y hombros nos empoderan y levantan el autoestima. El uso de las bandhas trae nuestra atención internamente hacia el movimiento de las energías más sutiles.