Cuando sufrimos de ansiedad, nuestra respiración se acorta y agita, generando un círculo vicioso de miedo y agitación. Si bien es difícil meditar o relajarse cuando estamos en un estado agudo de ansiedad esta meditación, practicada diariamente, puede prevenir, frenar o disminuirla. Para esta meditación, encuentra la posición más cómoda y relajante para comenzar, ya sea sentada o acostada.