Esta práctica de meditación focaliza la atención en el momento presente, indaga en la mecánica de nuestra corriente mental y profundiza en la impermanencia de nuestros pensamientos, emociones o sensaciones corporales. Nos ayuda a tomar conciencia de la frecuencia anticipatoria o proyectiva de la mente. Este ejercicio permite atravesar estados de ansiedad o situaciones cotidianas de estrés.