Esta práctica nos prepara para dormir a través de la atención a nuestra respiración. Empleando largas exhalaciones invitamos a la parte del sistema nervioso que se encarga de activar la relajación a prepararnos para dormir. Ya sea sentada o acostada, practica esta meditación a diario para poder notar como comienzas a condicionar tu mente y cuerpo para descansar.