Herramientas para la apreciación cultural (un antídoto para la apropiación)

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Este artículo es una adaptación de "Embrace Yoga’s Roots: Courageous Ways to Deepen Your Practice" de Susanna Barkataki

Como antídoto a la apropiación cultural, en este artículo investigaremos las ventajas de la apreciación cultural, el equilibrio de poder y el ahimsa (no hacer daño). Sabemos que no queremos actuar desde la apropiación. Por esta razón, entender qué es la apreciación cultural y cómo podemos practicarla es fundamental.

Escucho esta pregunta muy a menudo: "Si no soy una persona de India o del sur de Asia, ¿debería enseñar yoga?" Mi respuesta es: "Nadie más que tú puede contestar esa pregunta". Si tienes la misma duda, te sugiero aplicar la práctica de viveka, el discernimiento sabio y la investigación profunda. Utilizar algunas de las herramientas de este artículo y apoyar la apreciación cultural también pueden servirte de guía en tu búsqueda.

La apreciación cultural tiene el objetivo de conectar, desde adentro hacia afuera, con culturas diferentes a la propia, respetando sus códigos, valores y prácticas. La apreciación cultural se manifiesta cuando se disfruta o respeta la cultura de origen; cuando se está dispuesto a aprender con humildad, retribuirla y honrarla, en lugar de dañarla o apropiarse de ella.

Recordemos que para poder existir, la apropiación cultural se vale de dos criterios:

1. El desequilibrio del poder

2. Hacer daño

Análogamente, la apreciación cultural implica dos criterios, el equilibrio de poder y ahimsa (la práctica de no hacer daño o la reducción de daños).

1. Equilibrio de poder: compartir el poder, usar los privilegios y las ventajas para alentar y apoyar a un grupo o a individuos con pocos recursos. Este es un uso apropiado del shakti (poder).

2. No hacer daño (ahimsa): Significa reducir o mitigar el daño, u honrar de manera activa la cultura de origen y su gente. Es la consideración, el cuidado y el respeto que surgen de aprender sobre las personas y su cultura y brindar aliento cuando generalmente no reciben apoyo. Esto puede incluir asistencia y respaldo, ya sea financiero, social, político, emocional o cultural.

Por ejemplo, analizar los privilegios que tenemos y usarlos para apoyar y alentar a otras personas es una forma de equilibrar el poder. Tuve esta experiencia cuando era una joven organizadora con poco más de veinte años y asistí a una reunión para ayudar a coordinar una marcha contra la guerra. La mayoría de los asistentes eran hombres blancos de más de cuarenta años. Mi amigo y yo éramos las únicas personas afrodescendientes, y los dos teníamos más o menos la misma edad. Yo no tenía experiencia en este ámbito y mi amigo era un joven muy seguro de sí mismo. Asumí que él daría un paso adelante para ayudar a liderar la marcha que organizábamos juntos y que yo trabajaría tras bambalinas.

Mientras se discutía quién dirigiría el equipo de prevención de disturbios, mi amigo me señaló y dijo: "Creo que deberías ser la encargada de este equipo". En ese momento, estaba aterrada. No me sentía muy capacitada para liderar y mucho menos para dirigir una marcha de paz que resultó ser de más de 100.000 personas. Intenté evitarlo. Mi amigo insistió.

Efectivamente, terminé liderando el equipo de prevención de disturbios en esa marcha histórica. Si bien estaba aterrada, fue importante que la dirigiera, porque se necesitaba alguien con mucha compasión y dedicación para disolver una pelea entre manifestantes a favor y en contra de la guerra. Mi actitud serena, recién salida del cojín de meditación, ayudó a calmar una situación tensa y evitar que se convirtiera en una lucha campal.

Nunca me hubiera ofrecido para ese puesto y ningún líder normal y corriente me hubiera elegido. Mi amigo usó su privilegio masculino para pronunciarse y otorgarle poder a la mujer más joven y morena de la sala: fue su decisión la que cambió el curso de esa marcha y de mi vida.

En ocasiones, tener una voz que otras personas respetan implica pronunciarse y usarla, no para reclamar el poder para uno mismo, sino para cederle el poder a otra persona.

No solo aprendí que podía liderar una marcha y mantenerla en paz. También aprendí que, en ocasiones, tener una voz que otras personas respetan implica pronunciarse y usarla, no para reclamar el poder para uno mismo, sino para cederle el poder a otra persona.

Esta es una lección que no he olvidado y que llevo conmigo como recordatorio de que el poder debe compartirse.

NO HACER DAÑO: ACCIONES CONCRETAS PARA LA APRECIACIÓN CULTURAL (Y NO PARA LA APROPIACIÓN).

  • Llegar a una cultura con apertura, voluntad de escuchar, respeto y humildad son formas maravillosas de entablar un intercambio. Debemos evitar el daño y atender los desequilibrios de poder.

  • En primer lugar, debemos hacernos cargo de nuestro impacto, no solo de nuestras intenciones. Debemos analizar si nuestras acciones pueden estar causando daño y tratar de reducirlo.

  • Otra forma efectiva de evitar la apropiación es honrar las raíces del yoga. Aprender sobre la cultura desde adentro hacia afuera. Investigar su ascendencia y explorar la extensión de esta práctica mucho más allá de lo físico. Para ello, podemos leer los sutras y citar las fuentes de estas sabias enseñanzas.

  • Como practicantes de yoga, tenemos que pedirle a los maestros que nos enseñen algo más que asanas. Hay que ir más profundo, preguntar y tomarse el tiempo para aprender y practicar más. Es necesario practicar y enseñar tantas ramas y aspectos del yoga como nos sea posible para experimentar una gama más completa de lo que el yoga tiene para ofrecer.

  • Podemos asumir nuestra posición y honrar nuestra ascendencia. Al principio de una clase de yoga, los profesores pueden decir: "Esto es lo que soy, así es como aprendí; tengo mucho respeto por la ascendencia..."

  • Apoyo y aliento activo. Llevemos al centro a aquellos que han quedado fuera. Valoremos el legado y las tradiciones del yoga y consideremos qué cosas podríamos estar omitiendo, ya sea en la historia o en la actualidad. Nosotros, los sudasiáticos, los indios y los desis estamos aquí. Queremos ser incluidos, consultados, invitados, alentados. Por ejemplo, si asistes o eres el organizador de un festival o conferencia de yoga, ya sea en modo presencial o virtual, asegúrate de que la programación incluya a varios expertos del sur de Asia que hablen, enseñen o estén representados de alguna otra manera. La opresión y la omisión histórica nos han quitado la posición central que nos corresponde y la voz que debería ser nuestra para compartir. Inclúyannos y sepan que hay un lugar para ustedes en el círculo y en la práctica.

  • Debemos comprometernos con los alumnos mediante la práctica y la enseñanza. En el yoga, siempre somos aprendices: actuemos como si fuéramos a estudiarlo toda la vida, como si estuviéramos en constante aprendizaje, porque, en realidad, así es. Practicar un poco de humildad y veneración ayuda mucho.

  • Honrar los símbolos y la iconografía. Si usamos imágenes de deidades o elementos sagrados como estatuas, malas (cuentas de oración) o bindis (ornamentos espirituales), asegurémonos de saber de dónde provienen, qué significan, cómo vincularnos con ellos de manera respetuosa y con una intención sincera en el corazón. Profundizar nuestra relación con estos elementos es fundamental.

  • Evitemos la explotación. Demostremos que realmente nos preocupa el bienestar de los demás. El yoga no es solo una cosa que hacemos. Analicemos si utilizamos la sabiduría y las prácticas de otra cultura para nuestro propio beneficio y, de ser así, pensemos cómo podríamos compensarlo materialmente.

  • Participemos en conversaciones valientes en los sitios de yoga. Por ejemplo, podemos conectarnos con la gente de nuestro estudio de yoga o el lugar donde practiquemos e incentivar conversaciones que investiguen sobre el yoga y sus temas culturales. Estas conversaciones no siempre son cómodas, pero son invitaciones a lidiar con lo verdadero. Es necesario hacer espacio conversaciones difíciles como estas. Precisamos apoyarnos mutuamente mientras intentamos cambiarnos a nosotros mismos y al mundo. Todos estamos conectados.

  • Podemos explorar preguntas como estas:

- ¿De qué manera podemos estarnos apropiando del yoga en nuestras acciones, prácticas, clases y productos comerciales? ¿Qué podríamos hacer de forma diferente?

- ¿Cuáles son nuestros puntos fuertes en la práctica y la cultura del yoga?

- ¿Qué aspectos podemos profundizar y practicar de manera más comprometida?

- ¿Cuáles son algunas de las áreas de crecimiento y aprendizaje que podemos adoptar como comunidad?La apreciación implica admiración, respeto, veneración y humildad, todo aquello que se siente al mirar un río caudaloso que ha brindado sustento a bosques y ciudades antiguas durante siglos, del que sabemos que ha estado aquí antes que nosotros y que continuará extenso, fuerte y hermoso después de que nos hayamos ido. Esta perspectiva invita a la admiración y la humildad, más que a la apropiación y el control. Podemos mirar el yoga con la misma reverencia.

Identifiquemos y reflexionemos sobre nuestro poder, brindemos a esta práctica grandes dosis de compasión para nosotros mismos y para los demás.

Extraído de Embrace Yoga’s Roots: Courageous Ways to Deepen Your Practice por Susanna Barkataki. Copyright © 2020 Susanna Barkataki. Reimpreso con permiso de Ignite Wellness & Yoga Institute.

Acerca del Maestro

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Susanna Barkataki
An Indian yoga practitioner in the Shankaracharya tradition, Susanna Barkataki supports practitioners... Leer más